003.

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Hanae abrió los ojos de un solo golpe. Su celular sonaba lejos, bastante lejos y apenas se oía, pero lo sí estaba lo suficientemente cerca como para poder escucharlo. Deprisa, se reincorporó en su cama y miró a los lados, confundida y perdida por despertar tan de golpe. 

En el suelo, un Park Jimin dormía plácidamente sobre el colchón. Las mantas tan solo lo tapaban de torso para abajo, haciéndole cuestionarse a sí misma cómo no tenía frío. Él mantenía sus brazos en una posición característica de él, en donde sus manos estaban bajo su cara, y sus labios estaban algo entreabiertos.  Le habría tomado una foto si tan solo su celular no pareciese estar al otro lado del departamento.

Hanae salió de la cama con sumo cuidado. Trató de no pisar en la absoluto a Jimin, pues tenía que pasar sobre él, quisiera o no. El colchón no era tan grande, pero es que su habitación no era gigante. El simple colchón no dejaba espacio alguno como para cruzar. Y luego de hacerlo, salió disparada de la habitación. Caminó hasta la sala de estar y vio que, sobre la pequeña mesa de cristal, se encontraba su celular con múltiples notificaciones. 

Comenzó a recibir otra llamada, así que se apresuró en contestar

— ¡Rayos!—se resbaló un poco con la alfombra, mas no se cayó. Logró mantener el equilibrio, y por fin pudo tomar el celular—. ¿Sí? 

— Ehm, hola... ¿Cómo estás?—la voz femenina hablaba bastante bajo, como si tuviese vergüenza. Hanae tuvo que agudizar su oído parta entender bien, era como si susurrara—. ¿Estabas durmiendo?

—Pues sí... Pero no pasa nada.

No entendía muy bien por qué Iseul, su compañera de clases en la universidad, la llamaba a esa hora. Si bien sabía, la chica era el perfecto ejemplo de timidez personificada. Se sonrojaba con sólo tener contacto visual con ella y hablaba bastante bajo. Aún así, Hanae había logrado entablar una bonita amistad con ella. No muy estrecha, pues no se conocían mucho, pero bastante bonita.

— ¿No vendrás entonces?

— ¿Ir?—ladeó un poco su cabeza. Poco a poco, trató de recordar de qué hablaba su amiga, y lo hizo—. ¡Ir! Tienes razón, cierto. ¡Claro que sí! En veinte estoy allá, linda.

—De acuerdo, entonces aquí te espero.

— ¡De acuerdo!—asintió—. ¡Ah! Espera un momento. ¿Crees que pueda llevar a Jimin?

Había olvidado por completo al chico. Y una de sus opciones no era dejarlo dormido en su departamento, así que decidió que sería una buena idea. De igual manera, él ya conocía a Iseul. Y se llevaban bien según Hanae.

— ¿A Jimin?—rió un poco, tal vez por incomodidad. Pero a fines de cuenta, se rió—. Ehm... Sí, supongo.

—Oh, entonces genial. ¡Nos vemos entonces!

— Nos vemos...

Hanae alejó el celular de su oreja y miró la pantalla. Con eso se pudo asegurar que la llamada había terminado.

Había olvidado por completo que estaba ocupada ese sábado. No recordaba que, justamente ese día, había quedado con su compañera para ayudarla. Y no podía faltar. Si bien no eran demasiado cercanas, Hanae ya le había prometido que la ayudaría con sus dudas. Iseul era tan tímida que inclusive el levantar la mano en clase, para despejar una interrogativa, le era tan difícil como mover una montaña completa.

Volvió a dejar el celular en la mesa de cristal y, luego de apartar la alfombra a un lado, salió corriendo hacia su habitación. 

Abrió la puerta de par a par.

Love Maze↠p.jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora