Hanae sacudió su celular con desespero una vez más. No había ni una sola llamada perdida y mucho menos algún mensaje de texto. Para ese momento, ya se había tomado el gran vaso lleno de agua, lo único que se había atrevido a ordenar, y estaba agotada de jugar con el menú mientras esperaba que pasara más tiempo. Ya con treinta minutos tenía suficiente como para concluir que él no iba a llegar.
Inclusive, desde su silla, podía sentir la mirada del mesero sobre ella. Sin necesidad de voltearse sabía que la observaba con lástima pura. No lo culpaba, a ojos ajenos, Hanae lucía como una pobre chica que tuvo que experimentar el ser plantada en la primera cita. Y, por dentro, ella misma deseó que esa fuera realmente la situación. Pero no la era.
Así que decidió que era su momento de marchar. Se levantó de su silla sin ser demasiado brusca, pues realmente no deseaba llamar la atención, y procedió a tomar sus cosas con sumo cuidado. Por un momento casi deja caer el vaso de cristal de aquella mesa, y sintió la mirada preocupada de los trabajadores de aquel local. Apenada, tragó saliva fuertemente y colocó el vaso en un lugar fuera de peligro. Su día no parecía poder empeorar, sinceramente sería increíble si llegase a ser peor, así que comenzó a caminar entre las mesas de la cafetería, apresurándose para salir.
No debía negar que estaba disgustada. Llevaba más de dos semanas sin ver a su mejor amigo, todo por culpa de estar atrapada en el corto pero aterrador período de evaluaciones finales, y finalmente había logrado apartar tiempo para verlo. Los dos habían acordado que se verían justamente a esa hora en ese lugar, pero Jimin no llegaba; y Park Jimin nunca la dejaba plantada. No era típico de su amigo. Por eso era que una parte de ella necesitaba saber qué había pasado. Estaba disgustada y preocupada a la vez.
Cuando por fin salió por la puerta del local, el frígido viento azotó sus mejillas e hizo danzar su largo cabello. Era una noche bastante helada, cosa que sólo le hacía amargar aún más, ya que en lo absoluto era fan del clima tan frío. Con el celular todavía en la mano, comenzó a tocar la pantalla y, en seguida de unos segundos, lo llevó hasta su oreja.
Él tardó más de siete segundos en contestar.
— ¿Hola?—su voz se escuchaba agitada, como si se no tuviese aliento. Lo primero que pensó Hanae fue que podía estar enfermo.
— ¡Hey! ¿Estás bien? ¿Sucedió algo?
—No—la voz masculina reflejó confusión. Y volvió a hablar—, ¿por qué?
Hanae juntó su entrecejo al instante. Como bien había escuchado, el muchacho realmente le estaba preguntando por qué lo llamaba tan preocupaba. Con eso ya no cabían dudas, era un gran hecho que lo había olvidado por completo. Pronto su preocupación fue sustituida por indignación total.
—Oye, idiota—suspiró—. ¿Se te olvidó que íbamos a comer juntos o qué demonios?
Y Jimin se quedó callado. Ella pudo imaginarse la expresión de su cara. Estaba más que segura de que tenía esa misma mueca típica de él, la que adornaba su cara cuando sabía que había arruinado algo. Y antes de que alguno de los dos pudiese hablar de nuevo, una tercera voz—bastante aguda como para ser de un chico— participó en la llamada, hablándole a Jimin y, de seguro, pidiéndole que colgara. Y ese último suceso les demostró a ambos que no era su día de suerte para ninguno. Ahora Jimin sentía que había metido la pata el doble de hondo, y el humor de Hanae cayó de picada al suelo.
—Ah, olvídalo. Ya sé qué haces—ella habló entre dientes—. Pues te aviso que ahora estoy enojada contigo, Park. Pero mejor sigue perdiendo tu maldito tiempo con ella y luego me buscas.
Hanae estaba tan enfadada que no le permitió poder rechistar. Después de haber pronunciado las últimas palabras, colgó con celeridad. Tuvo que respirar unas cuantas veces para no lanzar el celular a la calle y patearlo, pues su celular no tenía la culpa. No era su culpa que su mejor amigo fuese un completo idiota.
Llevó sus manos hasta los bolsillos de su abrigo y las metió ahí. Poco a poco fue avanzando por la acera, preguntándose cómo podía estarle pasando eso, de nuevo.
—Ya luego vendrá llorando, Hanae—se dijo a sí misma—. Tú y yo sabemos cómo siempre terminará todo.

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Love Maze↠p.jimin
Fanfiction❝No puedes darte cuenta, ¿cierto?❞. En donde Jimin arriesga lo incorrecto por un amor falso. ❁Prohibida su copia, plagio o adaptación.