030.

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Jimin anticipaba salir con ella esa noche. Sabía ir con Hanae a la feria de verano no era algo del otro mundo, sin embargo, sabía con certeza que iba a ser de agrado para ella. Ambos fueron a un restaurante que frecuentaban cuando querían irse por lo seguro, pues adoraban la comida en demasía; era una buena opción para cuando no querían arriesgarse a llevarse una mala sorpresa en un lugar nuevo. Estando allí pidieron sus platillos favoritos y hablaron durante todo el rato. Sobre cómo les faltaba poco para graduarse, acerca de cómo estaban los padres de Jimin y que debían de visitarles pronto. Hanae le recordó también a Jimin sobre que la nueva estación comenzaba y que debían de aprovechar el clima al máximo.

Después de terminar de comer y de charlar, ambos dejaron el lugar. Sin embargo, antes de que Hanae pudiese pedir un Uber para así devolverse a sus departamentos, Jimin la detuvo y le dijo que aún faltaba algo más, así que ella sólo asintió con curiosidad y guardo el celular en su bolsillo.

Debido a que el verano estaba a punto de comenzar, Seúl tenía una bonita feria para inaugurar el inicio de dicha temporada. Cuando Jimin se enteró, supo que debía de llevar a Hanae. Tal vez las ferias no eran algo que fuese muy entretenido para sus amigos, pero sabía que Hanae la iría a pasar muy bien allí, era simplemente algo que siempre le había gustado.

Así que cuando ambos llegaron al lugar, la cara de Hanae pareció iluminarse de la felicidad al instante, y le agarró la mano con suavidad.

— ¿¡Una feria!?—sonrió de par a par, observándolo—. Claro, cómo pude olvidarlo, el verano ya va a empezar...

— ¿Entonces entramos?

— ¡Claro que sí!

Al recien entrar, el montón de puestos de comida y dulces hacían Hanae los observase con fascinación, y sonrió más al ver el montón de juegos que había después de los puestos. La gran Noria colorida fue lo primero que llamó de atención de Hanae. Se sentía como niña pequeña que no sabía dónde mirar, así que entrelazó los dedos de su mano con los de Jimin. No tardó en dirigirse a un puesto de algodón de azúcar y pedir uno muy grande. No hacía falta comprar otro porque con ese gigante podían comer los dos. Era de un color rosáceo, casi morado. Podía camuflajerse si quería con el vestido de Hanae.

— Tenía tanto tiempo sin venir a una feria—Hanae miró a los lados con emoción. Habían tantas cosas qué observar y qué hacer. Por eso adoraba las ferias: simplemente no se aburría.

— Lo sé, la última vez fue...—el chico trató de recordar la fecha mientras llevaba un poco de algodón de azúcar a su boca—. ¿Cuándo empezábamos el primer semestre de universidad?

— Sí, tienes razón—Hanae asintió al recordar también, y una risita se escapó de sus labios—. Recuerdo que queríamos subir a la rueda de la fortuna pero la cerraron por fallas.

— Sí...—Jimin hizo una pequeña mueca al recordar ese detalle. Recordaba esa noche y lo mucho que habían planeado subir a la Noria para después ver que no estaba funcionando.

Hanae mordió el algodón de azúcar con suavidad, y algunos pedacitos quedaron adheridos sobre sus labios. Le sonrió a Jimin con emoción.

— ¿Crees que esté funcionando ahora?

— Pues sí, veo que hay personas subiendo—Jimin elevó las comisuras de sus labios.

Acercó su cara a la de ella mientras sus manos iban a la cintura de la chica. Jimin era imposible cuando se trataba de querer besarla, nunca se aguantaba ni un poco. Sus labios no tardaron en estar sobre los de Hanae. Los labios de Hanae sabían tan dulces que Jimin parecía saborearlos con delicadeza, Hanae tomó su mano libre para colocarla en el cuello de Jimin y acercarlo más. Todo era con la intención de quitar esos hilos pequeños de azúcar de sus labios, pero el beso tardó más de lo planeado en romperse.

— ¿Qué te parece subir ahora?—le sonrió después de alejarse un poco, aún con sus narices rozándose.

— ¿Ahora?

— Sí eso quieres.

Una sonrisita se escapó de los labios de Hanae, y asintió, dándole un pico en los labios rápido. Antes de subirse a alguna de las atracciones del lugar, debían de comprar boletos. Así que no tardaron nada en ir hacia el puesto en donde vendían estos mismos. La feria estaba repleta de gente, quizás porque era apenas el primer día y las personas solían emocionarse. Sin embargo, aquello no era problema para los dos, sólo se encargaron de agarrarse muy bien las manos para no perderse. Habían pedido boletos para casi todas las atracciones, puesto a que iban a aprovechar la oportunidad de disfrutar al máximo.

Love Maze↠p.jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora