019.

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Los dos hablaron hasta que escucharon que los pasajeros del tren a Busan debían de ir abordando. rompiendo así la burbuja en la que estaban. Al abordar el tren, Hanae y Jimin se sentaron casi en los últimos asientos, y Jimin se sentó en el lado de la ventana, puesto a que Hanae se sentía muy mareada si veía tanto movimiento por esta misma. El viaje en tren a Busan tardaba casi tres horas, así que dudaron en tratar de ponerse cómodos, aunque no era mucho lo que podían hacer.

Los bocadillos y dulces pronto fueron víctimas en los primeros treinta minutos de recorrido. Hanae se sentía asombrada por sí misma, sin embargo, también culpaba al chico por haberle contado. Llevaba desde que se habían encontrado deseando comer algún dulce. Jimin conocía tanto a la chica que se rió al ver su mano escabulléndose entre la bolsa mientras trataba de distraerlo hablando. Sin embargo, fue imposible que Jimin no mirase al oír el sonido tan escandaloso de la bolsa. Al final sí tuvo éxito en su objetivo.

— ¿Qué pasó con tu ukelele?—Jimin le preguntó a Hanae de repente, metiendo una gomita al terminar de hablar. Quizás el aburrimiento de la situación le hizo sacar temas ya olvidados.

—El ukelele...—Hanae mordió su gomita, y entornó los ojos, mirando a la nada. Hace más de siete meses que ella estaba empeñada en que tocar el ukelele era lo suyo. La fiebre no le duró mucho. Hanae no era buena creando hábitos—. Dios, no sé qué lo hice...

— ¿¡Gastaste dinero para ni siquiera saber dónde esta!?—Jimin carcajeó, negando con su cabeza—. Tu emoción sólo duró un mes...

—No es mi culpa que no sea ágil con los dedos, ¿okey?—gruñó, y siguió pensando—. Me hiciste cuestionarme de qué hice con esa cosa.

—Pues si lo encontras, deberías de regalarmelo a mí, ¿sabes?—se encogió de hombros, y llevó otras gomitas a la boca.

—Ajá...—arrugó su nariz. Y pronto el foco se encendió en su cabeza. Enderezó rápido su espalda por poder recordar, tan repentinamente que Jimin la miró asustado—. ¡Se lo presté a tu amigo Taehyung! Se me había olvidado. Me había rogado desde que le conté, que tenía uno sin usar casi, en tu cumpleaños.

Jimin la miró haciendo una mueca.

—Luego le diré que me lo devuelva—Hanae lo miró. Y vio su cara—. ¿Y tú qué?

—Cuando le prestas algo a Taehyung, es muy poco probable que te lo devuelva...

Jimin recordaba su adorada boina, que fue robada dulcemente por parte de el chico en forma de préstamo. Lo que más dolía era el hecho de que Taehyung era tan lindo que presionarlo para que lo devolviese era difícil, y por lo general tan sólo lo dejaban ser. Sin embargo, sí les dejaba la enseñanza de ser más cuidadoso para la próxima. Hanae sólo chilló, lamentándose.

El recorrido a Busan se hizo mucho más rápido con las conversaciones y bromas que de vez en cuando les hacían reír tal vez muy fuertemente. Más de una vez Hanae tuvo que cubrir su boca para evitar que la señora del asiento de al frente la mirara con reproche, mas Jimin no era de mucha ayuda con esos golpecitos en el hombro que le daba por reír también. Parecían niños pequeños sin el cuidado de la madre, mas, lo irónico, era que entre los dos, lo más parecido a una mamá allí era Hanae y era la que estaba siendo escandalosa.

Las horas pasaron bastante rápidas gracias a eso. Apenas el tren detuvo y se aviso que ya estaban en Busan, Jimin y Hanae se miraron sorprendidos. No tardaron en comentar que se había sentido muy rápido, tomando sus muy pocas cosas. Salieron del tren y de la estación con Hanae tomando a Jimin de su camisa, para así no perderse. Jimin conocía más Busan que ella, pues de pequeño había vivido allí. Él era quien la iba a guiar en ese corto viaje.

— ¿Entonces? ¿Qué te gustaría comer?—le preguntó Jimin. Ambos se encontraban caminando a la parada de autobus. Jimin conocía inclusive la ruta qué tomar.

 —Estaba pensando en Bulgogi—Hanae asintió con su cabeza, imaginando el sabor—. Muero de ganas.

—Suena bien—Jimin estuvo de acuerdo.

El llegar al restaurante que, según Jimin era uno de los mejores de Busan, no fue muy difícil. Fue sólo subir al autobus, esperar unos minutos, y simplemente esperar a bajar en la parada correcta. La cual te dejaba a una calle del lugar. Hanae no siquiera recordaba la última vez que había ido a Busan. De hecho, no recordaba cuándo fue la última vez que había dejado Seúl, cuestionándose en que si realmente había estado tan ocupada como para no pasear. No quiso pensarlo demasiado.

Realmente no estuvieron demasiado tiempo en el restaurante. La comida llegó unos cuantos minutos depués de haberla pedido, y desapareció casi por arte de magia. Los dos chicos parecían que no habían comido por siglos, o esa era la impresión que daban al comer como si se tratase del festín más delicioso de todos. Estuvieron otra rato más sentados allí, descansando y tal vez dejando que la llenura se les pasara. Hanae agradecía haberse puesto vestido aquel día, pues con su estómago lleno, los más probable es que haya querido desabrochar el botón de su pantalón. Jimin le había preguntado a Hanae qué era lo siguiente en su lista de cosas qué hacer, emocionado. Ella sabía que no tendrían mucho tiempo, no quería irse a Seúl tan tarde. Le dijo que sólo sería ir a la playa Haeundae, que era un lugar muy bonito, para pasar la tarde. Le explicó también que eso era lo último que faltaría hacer.

[...]

Hanae se sentía muy suertuda. Quizás era por el hecho de haber ido en un día de semana muy atravesado para aquellos que tuviesen horarios difíciles. Pero la playa estaba prácticamente desierta. Claro está que sí habían algunas personas y turistas, pero no eran tantos como se solían ver. Y es que el clima estaba perfecto, el sol, para ser las tres de la tarde, era más bien como un beso cálido en la piel. No estaba exageradamente horroroso ni fuerte, estaba bien. Pero igual tenía que hacer algo al respecto.

—Jimin, ven, ven—lo llamó Hanae, caminando entre la arena. Tanto ella como el chico se habían quitado los zapatos y los habían colocado sobre una manta que Hanae había traido en su bolso, que parecía mágico por guardar tantas cosas. El sentimiento de la arena entre los dedos le daban cosquillas a veces. El chico volteó a verla, pues estaba mirando el mar.

Ni siquiera tuvo que preguntar qué pasaba. Las manos femeninas empapadas de bloqueador solar tocaron la cara del muchacho, masajeándola suavemente y asegurándose que ninguna parte quedase sin protegerse del todo. Hanae se tomaba muy en serio el cuidado de la piel. Jimin sólo soltó una risa tierna al sentir las manos de la muchacha en su cara, y la dejó ser mientras hacía lo suyo. Jimin la miró. El corto cabello castaño de Hanae estaba apenas y controlado por algunos ganchitos, sin embargo, ciertos mechones de cabellos danzaban por su cara. Tenía el ceño ligeramente fruncido, cosa que hacía cuando estaba concentrada, y sus ojos lo miraban con atención. Su nariz era fina, sus cachetes le parecían tiernos por lo rechonchos que se veían mientras tenía sus labios apretados, y un rubor natural las pintaba de un rosáceo. Sus labios brillaran bajo la luz del sol, demostrando que tenía bálsamo labial, y el color cálido de su cara le parecía tan bonito. Su amiga era muy bonita, siempre lo había sabido, pero en ese momento le pareció que era tan bonita que no pudo evitar abrazarla de golpe, apretujándola. La cara de Hanae se estampó en el hombro de Jimin, y ella chilló.

— ¡Hey! ¡Bobo! Aún no he terminado con tu cara—le palmeó la espalda, riendo. Trataba de no tocar mucho su camisa para no llenarla de protector solar. Se supone que después las iba a limpiar con sus toallitas húmedas.

Pudo sentir cómo Jimin reía alegremente encima de su oído.

—Kang Hanae, te adoro mucho—le dijo divertido, pero con toda sinceridad. Y repitió la sentencia casi gritando al cielo—. ¡¡Te adoro taaaanto!!

Se ganaron las miradas de algunas personas curiosas, Hanae murió de la vergüenza.

— ¡Yo igual, Jiminnie! Pero no grites—murmuró.

Sin embargo, no podía negar que Jimin siempre era tan adorable. Terminó aceptando el abrazo de una vez por todas.





Estoy enamorada de este capítulo. Amo cómo se llevan esos dos, son adorables):



Love Maze↠p.jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora