Karamatsu tragó saliva con algo de fuerza, un poco más de la necesaria pero aquella acción le daba un toque más dramático a la situación que estaba viviendo en esos momentos. En su pecho sentía el doloroso latir desbocado de su corazón mientras sus ojos azules estaban fijos en los ojos rojizos de Osomatsu. Aquella noche iba a ser LA NOCHE, ambos así lo habían decidio en un mudo acuerdo tácito mientras disfrutaban de la cena.
Fue algo totalmente inusual, puesto que Karamatsu esperaba algo más romantico, tal vez una cena a la luz de las velas, una botella de vino y una enorme cama con suaves sabanas rojas de seda. Muy por el contrario, lo único que recibió fue a un sonriente Osomatsu quien, después de ayudarlo a lavar los platos y acomodar la vajilla, le arrojó traviesamente un puñado de pequeñas hojas verdes. Al principio el menor estaba desconcertado, sin embargo no iba a dejar que Matsuno se burlara de él de esa manera por lo que tomó las hojas del suelo y comenzó una pequeña batalla campal en medio de la sala.
Misma que bajó rapidamente de intensidad, las bromas y las risas pasaron a ser roces inintencionados, escalando hasta convertirse en calidos abrazos que intercalaban pequeños besos inocentes. Osomatsu llevó el ritmo durante todo ese tiempo, caminando con el menor entre sus brazos como si ambos estuvieran moviendose al compás de una sinfonía que solo ellos conocían, una pieza de vals que no necesitaba escucharse para poder sentirse.
La habitación los acogió con su manto de intimidad mientras que la suave cama los invitaba a recostarse para continuar con la pequeña sesión de besos que habían iniciado momentos atrás. Karamatsu se sentía totalmente nervioso, sabía qué era lo que Osomatsu estaba tramando y aun con todo aquello no pensaba detenerlo, el menor sabía que ambos necesitaban esto, ambos necesitaban escalar un peldaño más dentro de su hermosa relación y ¿qué mejor manera de hacerlo que entregandose mutuamente?
La ropa quedó esparcida por el suelo del cuarto pero eso no les importó en lo más mínimo, mientras sus cuerpos estuvieran unidos, mientras sus corazones estuvieran latiendo en perfecta sincronía, todo lo demás carecía de importancia. Hubo pequeños momentos de dolor, Karamatsu sabía que no todo iba a ser perfecto, pero Osomatsu se encargó de besar cada lágrima derramada, de acariciar cada retozo de piel sin descubrir, Osomatsu se encargó de hacer de aquella primera experiencia un completo disfrute y deleite para Karamatsu.
Ambos dejaron salir su amor y pasión a raudales, sin guardarse ni un solo gemido, jadeo o grito de placer, sin medir su necesidad de contacto, tan solo se dedicaron a disfrutar de aquel hermoso acto hasta que llegó a su culminación; Karamatsu dejó salir un profundo gemido que intentaba emular el nombre de su amado mientras que Osomatsu, un poco menos vocal que el menor, simplemente lo llamó entre suaves jadeos, repitiendo su nombre una y otra vez como si fuese una plegaria.
Lo mejor definitivamente llegó después, algo que Karamatsu disfrutó incluso más que el acto mismo. La calida sensación en su interior al sentir los brazos de su novio rodearlo de manera protectora y esa neblina post orgasmica que le nublaba los sentidos, adormeciendolo benevolamente mientras suspiraba contento de por fin poder sentirse completo por primera vez en su vida. Ambos estaban a unos cuantos segundos de tocar las puertas de Morfeo cuando de pronto una curiosa resolución llegó a la mente del menor.
—¿Osomatsu...? —Lo llamó suavemente, temiendo despertar a su amado en caso de que estuviera ya dormido.
—¿Hmm? —Respondió el mayor, obligandose a abrir los ojos para ver el rostro de su ángel. —¿Qué ocurre? ¿Te duele?
—¿Q-Que...? ¡N-No! No era eso... —El pudor que horas atrás había abandonado su cuerpo pareció regresar con mayor intensidad. —Solo me estaba preguntando... ¿Qué era eso que me arrojaste a la cara cuando estabamos en la cocina?
—Tréboles de cuatro hojas. —Sonrió orgulloso el de ojos rubíes ante el evidente asombro en el rostro de su pareja. —Fue bastante complicado conseguirlos pero definitivamente valieron la pena.
—P-Pero... —De nuevo Karamatsu sintió un súbito golpe de calor explotarle en las mejillas al comprender el significado detrás de las acciones de su novio.
—Para ser sinceros... —Osomatsu carraspeó un poco, tratando de ocultar la vergüenza en su voz. —Ya estaba un poco desesperado por hacerte mío pero tampoco tenía la menor idea de cómo proponertelo... Así que simplemente improvisé un poco, tenía la esperanza de que al ver las hojas pudieras leer entre líneas mi mensaje...
—Bueno, al parecer funcionó aunque no de la manera que estabas esperando. —Se burló un poco el menor, volviendose a acostar sobre el pecho de Osomatsu para poder cerrar los ojos al fin. —Te amo, Osomatsu.
—Yo también te amo Karamachu. —Finalizó Matsuno, besando con cariño los negros cabellos del menor para cerrar los ojos y seguirlo hacia el mundo de los sueños.
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Nueva actualización!! Cortita pero con amorsh.
Espero estén teniendo un hermoso día, tarde o noche!
Gracias por leer!! TwT
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Entre pétalos de rosas rojas y hojas con tinta azul.
Fanfiction-Me llevo este. -El joven florista arqueó una ceja, escéptico. -¿Qué sucede? -No creo que ese adorno sea el adecuado. -Sonrió tranquilo, alejando las flores del mostrador mientras entraba por la pequeña puerta que se encontraba detrás de él. Osomat...