A Karamatsu quello le parecía un hermoso déjà-vu, una de sus memorias más preciadas y que guardaba celosamente en lo más profundo de su psique. La luz de las velas, estratégicamente colocadas en la mesa y los alrededores, era lo único que los iluminaba de manera tenue bajo los últimos rayos de sol de la tarde; el restaurante era bastante acogedor, Akumatsu le había hecho el favor, de nuevo, a Osomatsu de hacer la reservación a su nombre para que pudieran disponer de uno de los balcones con vista al parque.
Justo como el día de su primera cita...
Solo que, en esa ocasión, estaban celebrando algo más importante, más profundo: Su primer aniversario. Osomatsu resultó ser incluso más romántico que Nakamura, llevándolo cuidadosamente durante todo el día por lugares significativos para ambos, pequeños espacios en los cuales habían depositado un pedacito de su amor, donde pasaron tardes llenas de risas, tardes tranquilas caminado de la mano o mañanas en donde lo único que querían y les bastaba era estar en la compañía del otro.
Todo meticulosamente planeado hasta la llegada de la noche, el momento exacto en el cual Osomatsu reveló la sopresa final. Ambos ya habían ordenado hacía rato por lo que podían aprovechar ese pequeño lapso de tiempo a solas para mantener una pequeña charla casual. El menor tenía bastantes cosas que decir, más que nada tenía miles de palabras de agradecimiento y amor eterno dedicadas exclusivamente a aquel increible hombre que tenía enfrente y parecía tener guardada en su sonrisa toda la felicidad del mundo. Iba a comenzar cuando de pronto el mayor se le adelantó.
—Espero te haya gustado mi pequeña sorpresa Karamatsu. —Iba a responder efusivamente pero notó que Osomatsu no lo había llamado con aquel curioso apodo con el cual acortaba su nombre.
—Me encanta Osomatsu, no tenías que molestarte. —Y sinceramente no mentía, a él ciertamente le daba lo mismo estar en el mejor de los restaurantes, en el mejor de los lugares o simplemente en casa viendo una pelicula, mientras su amado novio estuviera a su lado, Karamatsu se sentía la persona más dichosa del mundo.
—Por supuesto que debía hacerlo Karamatsu. —Osomatsu le sacó la lengua mientras se cruzaba los brazos, abriendo apenas unos de sus ojos escarlatas para mirar la reacción de su precioso novio. —¡Es nuestro primer aniversario! El primero de, espero, muchos más...
Ambos bajaron las miradas, un enorme sonrojo cubriendoles las mejillas debido a aquella inesperada resolución. El primero de muchos más... Para Karamatsu, Osomatsu siempre sería el primero de todo, pero principalmente sería el primero y el único en su corazón. Osomatsu tomó una rápida respiración, sintiendo que debía mostrar su última sorpresa, la sorpesa definitiva y era ahora o nunca. Tomando un poco de impulso, el mayor se estiró sobre la mesa solo lo suficiente para atrapar las suaves manos de Karamatsu entre las suyas y no volcar el pequeño florero repleto de lindos tulipanes rojos, sorprendiendo al menor por aquel arranque.
—Karamatsu, he pasado el año más maravilloso de toda mi maldita vida a tu lado, he vivido cosas que jamás llegué a pensar que podría llegar a vivir... —Sus palabras parecías titubear en su boca, Osomatsu tuvo que obligar a sus neuronas a apresurar la sinapsis si no quería que su discurso, preparado con semanas de anticipación, se fuera por el caño. Prosiguió al mirar los profundos ojos de su amado, tan azules como el cielo mismo, pero definitivamente más hermosos. —Nunca pensé que podía amar a una persona con la intensidad con la que te amo a ti, es escalofriante y maravilloso, todo eso al mismo tiempo y me encanta, me encanta sentirme de esta manera, me encanta que tú me hagas sentir de esta manera... Por eso, no quiero separarme nunca de ti, quisiera vivir para siempre a tu lado...
Durante aquella pequeña pausa que dejó a Karamatsu sin respiración por unos instantes, el mayor sacó una caja de mediano tamaño dentro de su saco, era preciosa, con bordes dorados y recubierta casi en su totalidad por un elegante terciopelo de color azul marino. Osomatsu la abrió frente a sus llorosos ojos, dejando ver completamente un precioso collar de oro blanco con un elegante dije con forma de gota de agua, en el centro, un brillante zafiro que definitivamente combinaba con sus ojos. El mayor sacó el collar con cuidado, dejando la caja a un lado mientras volvía a sujetar las manos de Karamatsu.
—No es un anillo de compromiso ni nada por el estilo, quiero decir, tampoco quiero asustarte o algo. —Bromeó nervioso Matsuno pero incluso si hubiera sido el peor chiste del mundo Karamatsu estaba seguro que igualmente hubiera sonreido, justo como lo estaba haciendo en esos momentos, radiante y sin poder contener todo el amor y la felicidad que le bullía en el pecho, derramando varias lágrimas de absoluta alegría. —Es un collar de promesa, Karamatsu. Te prometo, con el corazón en la mano, que dentro de dos aniversarios más voy a poner un anillo en tu dedo y pasarás a formar parte de la familia Matsuno.
No había duda en su resolución, Osomatsu hablaba con tanta seguridad, como si fuera un adivino y ya hubiera visto el futuro que tendrían juntos. Karamatsu no pudo resistirlo más por lo que se levantó abruptamente de la silla, rodeando la mesa apresuradamente para lanzarse sobre su novio y llenandole el rostro de miles y miles de besos de mariposa, las lágrimas seguían cayendo silenciosas por sus ojos, mojando también el rostro de Osomatsu, pero a ninguno de ellos les importaban los pormenores, tan solo deseaban que aquel momento durara un poco más para poder atesorarlo como era debido.
Al finalizar la velada ambos regresaron al departamento justo como habían llegado al restaurante, juntos, acaramelados y tomados de la mano, con la ligera diferencia de que ahora había un precioso colgante adornando el delgado cuello de Karamatsu, brillando intensamente bajo la luz de los faroles, justo como el futuro que se les ponía enfrente, avecinandose como una poderosa pero acogedora luz llena de amor y más aventuras maravillosas, porque el amor eterno sí existía y ellos eran afortunados al disfrutarlo con plenitud.
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Les traigo más diabetes para su organismo! Espero lo disfruten ;3;
El capítulo siguiente es el último y creo que ya saben qué es lo que se viene ewe
Muchas gracias por leer!!
Nos vemos en el final de esta historia! :'D
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Entre pétalos de rosas rojas y hojas con tinta azul.
Fanfiction-Me llevo este. -El joven florista arqueó una ceja, escéptico. -¿Qué sucede? -No creo que ese adorno sea el adecuado. -Sonrió tranquilo, alejando las flores del mostrador mientras entraba por la pequeña puerta que se encontraba detrás de él. Osomat...