Capítulo I: Omegas

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- Pues podría ser peor, calvo — dice su mejor amigo, Rubius, el cual acaba de llegar a visitarlo al búnker que tenía de casa.

- Oye, que no es tan feo, tío — decía el omega — al menos no pasaré frío, que tanto que me cuidas al respecto, ¿eh? — continuó el pelinegro.

- Sabes que siempre busco lo mejor para ti, ¿vale? — menciona el ojiverde.

- Sí, lo sé, y por eso te comportas como un calvo tóxico todo el tiempo — dijo el omega riendo un poco.

- Vale, que es tu culpa, ¿eh? Imán de alfas — rió el alfa ojiverde.

Rubius siempre cuidó de Auron, incluso desde antes de saber que el último mencionado era un omega. La relación que ambos tenían iba a algo más allá que ser mejores amigos, eran casi hermanos, claro que el ojiverde se le insinuó cuando tuvo su primer celo, pero Auron nunca le correspondió, además el ojiverde se mudó a Karmaland a lo que Auron decidió mudarse también un tiempo después para permitir que Rubius dejara sus sentimientos por él y que el alfa interno de Rubius lo dejara en paz, parece que funcionó.

- Jo, que no es mi culpa, joder — se justifica el omega — siempre trato de mantenerme alejado de los problemas — sentencia — además — añade — siempre estarás ahí para protegerme, ¿que no?.

- Claro, para eso tienes a tu alfa, listo pa' sacar la espada cuando haga falta — dice el alfa agitando su espada en el aire. A lo que Auron ríe.

- Oye, Rubius. ¿Podrías ayudarme a decorar la casa? — pide el más bajo.

- ¿Qué? ¿Que Juan Carlos me llama? Aaaa, sí, sí, vale — dice Rubius empezando a alejarse.

- Cabrón — suspira Auron mientras ve al alto alejarse rápidamente a su casa.

Auron se encontraba decorando su casa, cuando escucha a alguien tocar su puerta.

- ¿Quién será? — suelta al aire.

Deja a un lado las decoraciones del decocraft y va hacia su puerta, del otro lado de reojo ve una boina verde. Abre su puerta.

- Hola — menciona el tipo del otro lado.

- Ammm hola — dice Auron un tanto extrañado.

- Eres nuevo aquí, ¿no? — pregunta el tío del otro lado de la puerta.

- Jo, macho. ¿Se me nota tanto? — pregunta divertido Auron.

Se ríe — no, es que acabo de verte hace unas horas — dice el chico — por cierto, me llamo Willyrex pero todos me dicen Willy.

- Mucho gusto, Willy, mi nombre es Auronplay pero todos me dicen Auron — dice el castaño — ostia, qué maleducado soy, ¿quieres pasar? — pregunta el castaño.

- Sí, claro.

Willy entró a casa de Auron.

- Ah, por cierto, casi me olvido, te traje unas patatas para tu huerto, lo necesitarás, Karmaland es un pueblo peligroso de noche — dice un poco preocupado Willy.

- Sí sí. Rubius me dijo sobre eso — dice Auron.

- ¿Conoces a Rubius? — pregunta el de ojos achinados.

- ¿Que si lo conozco? — dice Auron — pues si es mi mejor amigo — menciona el castaño con alegría.

- ¡Ostia! No lo sabía — dice Willy — pero, ¿no te da miedo que sea alfa? — pregunta Willy ya que el mencionado era omega.

- ¿A qué te refieres? — pregunta Auron un poco confundido.

- Bueno — dice Willy un poco nervioso, al parecer se dio cuenta de la extrañeza con la cual Auron preguntó — tú eres omega y sabes lo agresivos que se suelen poner los alfas en su celo, siempre consiguen lo que quieren cuando usan "la voz".

- Oye, ¿cómo supiste que era un omega? — pregunta Auron con sorpresa.

- Pues, tú sabes que el olfato de los omegas es más sensible que el de los alfas y pues, sentí tu olor a canela — dice Willy — y por eso me animé a venirte a saludar.

Auron siempre escondía su olor con supresores, desde que sus padres supieron que era un omega, trataron con todos los medios ocultar su olor, así que Auron casi siempre pasaba por un beta sin olor, aunque sus padres trataron de alejarlo de Rubius también, se dieron cuenta que el chico no quería nada con Auron y que hasta lo defendía de los alfas groseros que querían aprovecharse del indefenso omega.

- Ostia, algo debe pasar con los supresores — dice Auron.

- No te preocupes, tío — menciona el pelinegro — como te dije, los omegas somos más propensos a detectar los olores — mencionó el omega pelinegro dándole una sonrisa al castaño.

Esto pareció calmar al castaño.

- Por cierto, tío. Estaba decorando, ¿me podrías ayudar? — pregunta el castaño.

- Claro — dijo el de boina verde.

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PD. Esta historia mejorará narrativamente hablando, te lo prometo.

Buenas, mi primer omegaverse, espero les guste y disculpen si algo no concuerda con este universo, no sé mucho del omegaverse y me está costando lo de aplicarlo a Karmaland, pero haremos nuestro mejor intento, uwu. Espero les guste, bye.

Un Omega en Apuros // LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora