Un Omega en Apuros // Luzuplay

Capítulo XVII: Un Flechazo al Corazón en el Día de la Elección.

Canción en multimedia: I Wish You Would – Taylor Swift – 1989

- Vamos, cariño – el omega intentaba animar al más alto – respira lentamente y repite de nuevo, ¿vale?

- No puedo, Auron – el alfa le vio directo a los ojos, con un rostro que reflejaba frustración – me pongo muy nervioso – se excusó el pelinegro.

- Sigamos intentando – intentó razonar con él. El contrario se había posado de brazos cruzados parado en la sala de su casa, con un omega que le veía con aire esperanzador, deseando que hiciera lo que le había pedido.

- Está bien – cedió el alfa suspirando un poco, tomando aquel papel con un pequeño discurso que habían escrito entre los dos para cuando proclamaran a Luzu como ganador de la contienda electoral a la alcaldía de Karmaland de este año.

- Pueblo de Karmaland – repitió el alfa mirando al escrito de soslayo, mientras Auron lo veía fijamente con una pequeña sonrisa intentando animarlo – quiero agradecerles... por... por... – oh, no. Al pelinegro le temblaban las manos y comenzaba a sudar mucho, su cara de seriedad cambió a una de nerviosismo. Auron le tomó de las manos – oye – le llamó calmadamente el omega – mírame – pidió amablemente mientras apretaba un poco las manos del contrario – todo saldrá bien – del omega salió una pequeña sonrisa – lo prometo – se acercó lentamente a él hasta toparse con el alfa. Se recostó en su pecho que subía y bajaba por los nervios que tenía el contrario que poco a poco iban disminuyendo, Auron escuchó como los latidos del mayor disminuían hasta ser más tranquilos, mientras sentía que la respiración del de sudadera le provocaba picazón. El alfa se dejó estar, sintió como su omega lo envolvía en sus brazos, como se apegaba fuertemente a él y le daba un pequeño beso en el pecho, el alfa se recostó en su cabeza y así estuvieron, amándose y apoyándose.

Un alfa ojiverde se encontraba en su cama, medio dormido, medio despierto, con el cabello desordenado y medio hilo de baba que caía de su boca y acababa mojando la almohada, con pequeños ronquidos que salían de su boca.

Un pequeño cachorro se encontraba atado a las afueras de su casa, impaciente por atrapar una pequeña mariposa roja que rondaba por ahí, pero el pobrecito no podía correr como él quería, la soga le estorbaba y sus fuerzas no podían arrancarla, entonces hizo lo mejor que sabía hacer... ladrar. Lo hizo tanto y constante que despertaría a quien sea, incluso a nuestro malhumorado pelicastañocasirubio.

- ¿Quién hace tanto ruido, coño? – dijo el alfa acostado en su cama, intentando tapar sus oídos con una de las pequeñas almohadas que adornaban su cama.

Los ladridos eran incesantes, el pequeño peludito quería desatarse y jugar, quería correr tras los cerdos y las ovejas que pastaban por el lugar, pero la soga se lo impedía (de nuevo), entonces ladró más fuerte para hacerse oír.

- ¡Que alguien calle a ese perro, joder! ¿Qué no ven que es muy temprano! – alfa descarado, era casi mediodía y él molesto porque un pequeño perrito lo estaba sacando de su (eterno) descanso.

Pero eso no era suficiente para nuestro cachorrito, después de ver un pedazo de carne que alguien había arrojado por ahí, no se detendría por nada ni nadie hasta que alguien llegara a desatarlo y estando algo cerca de la puerta del ojiverde, seguro este sí oiría.

- No recuerdo que durmiera mucho, pero no te preocupes, pequeño, te estoy ayudando a que salga – un ojimorado espiaba por ahí cerca.

El alfa soltó un pequeño gruñido y, desperezándose, salió a toda prisa de su casa, azotando la puerta – callaos, ya – gritó, pero al ver que no había nadie afuera, se sintió como un completo idiota – debo estar enloqueciendo – dijo al aire, mientras rascaba su cabeza y bostezaba al mismo tiempo, estando a punto de dar la vuelta y cerrar su puerta, sintió como algo húmedo y un poco rasposo pasaba por su pie. El alfa giró su vista hacia al suelo, esperando no encontrarse con algo asqueroso que se estuviera paseando por su pie. Cual fue su sorpresa al ver a un pequeño cachorrito de pelaje gris brillante jadeando mientras lo veía.