Capítulo VI: Pero, ¿Qué Coñ*?

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Luzu se quedó afuera de la puerta, viendo como Auron observaba al alfa más alto alejarse. Sin duda alguna, Luzu estaba celoso.

- Aaam, Auron — llamó Luzu la atención del contrario.

- Ostia, perdón, Luzu. Pasa, pasa — le dijo apenado, mientras se hacía a un lado para dejar que el alfa pasara. Al pasar Luzu, Auron sintió el hermoso aroma de menta que dejaba Luzu por todas partes, ese aroma imponente de un alfa lleno de poder, eso asustó un poco a nuestro omega.

Luzu entró, dejando la estela de su menta, Auron le siguió.

- Y... ¿qué hacía Rubius aquí? — preguntó el alfa, sin querer dejar notar su molestia al respecto.

Auron se quedó pensativo, ¿como por qué Luzu querría saber eso?

- Aaam, pues sólo me visitaba y ya está — dijo Auron, sin más.

Luzu no le creyó al 100%, sentía que algo le ocultaba el omega y eso no le gustaba, odiaba que le ocultaran las cosas, sin embargo no dijo nada.

- Ven, vamos a revisarte esas heridas — dijo, dándole una sonrisa perfecta al omega, quien, al ver esos hermosos ojos y esa hermosa sonrisa, se sonrojó violentamente.

Luzu sonrió victorioso, de seguro el otro alto y estúpido alfa (sin ofender) no podría provocar eso en el omega.

Auron se acercó y se sentó en su sillón, viendo como Luzu se sentaba a la par suya, mientras abría su inventario y sacaba vendas nuevas.

Luzu quitó el vendaje anterior y observó la herida, ya estaba sanando y cicatrizando debidamente, sonrió al notar eso, Auron se notaba un poco nervioso, la cercanía del alfa lo tenía impaciente y su lobo estaba muy agitado.

- ¿Qué tal está? — preguntó Auron.

- Pues yo bien, ¿tú? — contestó Luzu, empezando a reír. Auron le vio como qué chiste más malo, tío.

- Me refería a la herida, Luzu — le sonrió Auron.

- Ah, eso, pues está bien, tío. Está sanando y cicatrizando — dijo Luzu.

Auron se relajó un poco.

Luzu procedió a vendarle con mucho cuidado y esmero, como si el omega fuese un muñeco de porcelana de colección, Auron jamás había sido tratado con tanto esmero y dedicación. Se sintió bien, se sintió único.

- Bien, he acabado — dijo Luzu victorioso.

- Gracias, Luzu — dijo Auron dándole una hermosa sonrisa a la que el lobo del alfa se removió en felicidad, complacer al omega lo hacía sentir muy feliz.

El estómago del alfa gruñó.

- ¿Tienes hambre? — preguntó Auron.

- Sí, tío, disculpa — dijo Luzu apenado, maldiciendo por lo bajo.

- Sabes, dijiste que eras bueno cocinando, ¿por qué no hacemos algo juntos? — dijo el omega, quien se arrepintió al instante y sus mejillas se colorearon.

- ¡Qué buena idea, tío! — dijo Luzu — en mi inventario traje unas cosas para que cocinemos.

- Vale — dijo Auron.

La cocina era un caos espectacular, sartenes se escuchaban golpeándose contra la pared, había unos charcos de agua regados por el suelo, mientras en la mesa se encontraba una mezcla muy rara entre rodajas, julianas y cuadritos de muchos vegetales esparcidos por toda la amplitud de la misma, incluso había tomates destripados y estrellados en las paredes y unos cuantos volcanes de harina.

Un Omega en Apuros // LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora