Capítulo 3

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Fernando estaba en su pequeño departamento en el centro de la ciudad, tras perder su casa, el seguro le ofreció un hogar más pequeño, era lo menos importante para él, su vida había cambiado de repente en un abrir y cerrar de ojos, y un lugar pequeño ayudaba a no sentirse tan solo, 
Rubén le había ofrecido unirse a la Policía, aún estaba dudando de su decisión. Pero a la vez sabía que había hecho lo correcto. 
-Lo que quiero es venganza- dijo para si mismo, al llegar a su habitación, dejó la caja sobre su cama y volteó a ver el panorama desde su ventana, se veía todo el corazón comercial de la ciudad, edificios, autos, bullicio, nunca le había gustado, pero ahora ya no importaba. estaba solo, su único propósito en la vida era acallar el dolor en su interior, y la bulla ayudaba a huir. 
Tras contemplar la ventana unos minutos, volvió a ver la caja que había traido, sacó las fotos de Sofia y de Camila y las puso en su mesita de noche junto a la cama, lo demás lo llevó a su oficina improvisada en la cocina, dejó todo y se preparó un café, el día siguiente sería el inicio de su nueva vida, y sabía que no sería fácil. Agotado y aburrido regresó a su habitación y se quedó rendido encima de la cama. 

Despertó con el sonido la alarma de su celular a eso de las 5am, se puso ropa deportiva y salió a correr por la manzana, siempre había sido un hombre acostumbrado al ejercicio, y le gustaba trabajar su cuerpo, la camiseta deportiva apretada mostraba sus brazos fornidos y sus pectorales vigorosos, al correr en la calle las mujeres que andaban por ahi lo notaron y no dejaban de observar, a Fernando no le interesaba las miradas, pero esta vez prefirió terminar rápido su carrera y regresar a casa. Tras bañarse y vestirse, salió tomando la llaves de su coche y su celular. Arrancó y se dirigió a la Comandancia General de la Policía del Estado. 

Rubén, ya lo esperaba en su oficina, abrió la puerta y le ofreció la mano para saludarlo. 
-Pensé que ya te habías arrepentido. 
-¿Acaso llegue tarde?
-Pues no, pero tal vez lo consultaste con la almohada y te echaste para atrás. 
-Me citaste a las 8am y aquí estoy. 
-Gracias Fer, dejame presentarte con tu nuevo equipo de trabajo. 
-Sólo te pido algo- Fernando habló con tono serio. 
-Dime amigo. 
-No quiero un compañero, si he de trabajar bajo tus órdenes, quiero hacerlo solo.  
-Pero Fer. 
-No quiero involucrar a nadie, tu sabes porque acepté tu oferta y no quiero que nadie esté conmigo cuando logre mi cometido. 
-Está bien. 
Ruben invitó a Fernando a salir de su oficina y pasar a una salón más alejado del edificio central. Ambos hombres llegaron y al entrar, Fernando se encontró con un grupo de aproximadamente diez personas, muchos de ellos jóvenes, que no pasaban de los treinta años, al verlo llegar se pusieron de pie y dejaron de hacer lo que hacían, Todos querían ver al nuevo integrante. 
Rubén carraspeó para le pusieran atención. 
-Buenos días equipo, quiero Presentarles a nuestro nuevo integrante, el agente Fernando Tellez.
Todos miraban a Fernando emocionados, de seguro ya lo conocían, como el Fiscal implacable, en otros tiempos él hubiera dado un discurso alentador, pero estaba vez prefirió guardar silencio. 
Rubén tuvo que romper la tension, todos empezaron a mirar temerosos al nuevo compañero. 
-Ya el grupo está completo, espero que logremos nuestro objetivo, que es luchar contra la lacra de nuestra sociedad. Ahora vuelvan al trabajo. 
Fernando agradeció que todos dejaran de verlo, se acercó a su amigo para darle la mano.
-¿Estás bien Fer?- le dijo Rubén. -No eres el mismo de siempre. 
-Ya no soy yo, ya no tengo nada dentro de mi, no quiero que me digas nada, simplemente dime que debo hacer, cuando empiezo. 
-Fernando, por favor, ¿Estás seguro?
-Si Rubén, yo sólo seré una sombra, una sombra asesina, que buscará a quienes le hicieron daño para acabar con ellos. 
-Entonces empecemos, vamos a la oficina, tengo ya algunos casos que quiero que analices. 
-Ok
Ambos entraron de nuevo a la oficina y se pusierona a hablar de trabajo. desde ese momento Fernando se trazó la meta de encerrar a cuanto ladrón se le cruce enfrente hasta encontrar a los que le desgraciaron la vida. 

Los días pasaron, las semanas como un rayo, Fernando había implementado un sistema de vida muy metódico, se levantaba muy temprano y salía a correr o al gimnasio, estaba empecinado en mejorar su estado físico, iba a la Comandancia y pasaba todo el dia, cumpliendo misiones, tras el trabajo se iba a su departamento y se ponía a analizar el caso del día siguiente. Su vida se había convertido en montón de acción y adrenalina, pero siempre solo, y silencioso. 
Un día alguien lo vio en la Comandancia y se le escapó una comentario. 
-Ahi llega el agente Shadow.- al verse descubierto por Fernando, se puso colorado, esperando su destino final, todos le tenían mucho respeto porque en su mirada infundía temor, pero Fernando encontró gracioso el apodo y lo miró sin rencor. 
-Gracias, me gusta ese apodo- le dijo al muchacho que estaba empezando a sudar frio. Todos vieron atentos la escena y al ver que a Fernando no le incomodaba, respiraron aliviadoS. 
Desde ese momento Fernando se había quedado con ese sobrenombre. 

-Hey Shadow- le dijo Rubén unas semanas después, en su reunión de rutina. 
-Si Comandante- le dijo Fernando. 
-Así que no te molesta el apodo. 
-No Rubén, es justo como quiero que me conozcan, como una sombra. 
-Está bien, te tengo buenas noticias. 
Tenía un archivo en las manos, lo puso encima del Escritorio de Fernando, él lo tomó y sacó de él, unas fotografías. 
-¿Quién es?
-Ella es Sara Gonzáles, una mujer aparente inofensiva. 
Fernando seguía viendo las fotos. había ido tomadas en distintos ángulos, en una de ellas se veía con más claridad su rostro. Era alta, casi de su porte, Cabello rubio algo largo, y unos ojos verdes impresionantemente seductores. 
-Nos dedicaremos a vigilar mujeres inofensivas- Fernando usaba el sarcasmo muy a menudo. 
-Pues te diré que no Shadow, ella es la mujer Del Chacal. 
Fernando se puso de pie de inmediato, eso no se lo esperaba, su oportunidad había llegado. 
-Por lo que hemos averiguado, el Chacal podría salir por buen comportamiento en unos meses.
-No es posible- Fernando cerraba los puños y los chocaba contra su escritorio. 
-De seguro irá con ella. 
-¿Qué tengo que hacer?
- Quiero que te involucres con ella, de seguro el Chacal tiene mucha mas cola que le pisen, así que de seguro tendremos armas para volverlo a encerrar, si te infiltras y la seduces, obtendremos mucho y tú habrás logrado tu cometido. Pero eso si ahora yo te pido algo. 
-¿Qué cosa?- Fernando estaba muy inquieto,
-Lo quiero vivo Shadow, muerto no podría pagar todo lo que le debe a la Justicia, incluyendo todo lo que te hizo a ti, de nada te serviría estando muerto. 
-Está bien- Fernando no sabía en ese momento, si llegaría a cumplir lo que su jefe le pedía. 

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