El Agente Shadow

Capítulo 22

La Güera condujo a Fernando hacia la zona de carga, detrás de ellos estaban Quevedo y Alex, ella ya no peleaba para zafarse, sabía que era inútil, pero estaba esperando cualquier movimiento en falso para escapar. Sara estaba demasiado feliz con la situación, ella tenía el control, al llegar a la habitación donde había estado Alex, Sara apuntó y obligó a Fernando a que se parara mirándola de frente. 
-¿Qué es lo quieres?- dijo Fernando. 
-Pues sólo quiero que veas como tu bella novia muere ante tus ojos. 
Miró a Quevedo, éste llevó a Alex y la sentó en la misma silla donde fue atada al inicio, no la ataron esta vez, pero Sara estaba de pie apuntándole con su arma. 
-Déjala en paz Sara, ella no es parte de lo que pasó entre tu y yo. 
-Tal vez no lo sea, pero es un arma muy potente para hacerte sufrir. 
Sara tomó del pelo a Alex y la jaló, Fernando detestaba esa actitud, se quiso mover pero Sara puso el ama en la sien de la agente. 
-Ves que tengo razón, da un paso más y ella se muere. 
-No le hagas caso Fer- dijo Alex, tenía que pensar cómo salir de esto. 
-Calla estúpida- dijo Sara con el arma apuntándole a la cabeza- ¿No te das cuentas que él sólo utiliza a las personas? ¿O sino por qué crees que sigue llevando su anillo de matrimonio?
Alex por primera vez desde que conoció a Fernando se había percatado de ese detalle, en verdad Fernando aún llevaba su anillo de matrimonio. 
-Eso no tiene nada que ver- Fernando alzó la voz, Sara sólo estaba poniendo las cosas a su favor- Alex, sabes que te amo, lo que ella dice es mentira. 
-No le creas, lo mismo hizo conmigo, es un maldito infeliz. 
-Ya basta Sara, si quieres matarme, aquí estoy- Fernando infló el pecho como invitando a disparar. Sara señalo a p y éste volvió a sujetar a Alex, se puso delante de Fernando. 
-No me digas, no te hagas el valiente Shadow, eres un maldito cobarde, yo estuve ahi cuando mataste al Chacal, y no fue en legítima defensa.- Sara puso el arma en el pecho de Fernando él no se inmutó, pero Alex empezó a temblar, esa mujer era capaz de matarlo y no lo iba permitir. 
-Estás mal Sara,¿Tanto te pudo afectar que yo no haya sido el hombre con el que ibas a huir?
-Tu arruinaste mi vida- dijo Sara. 
-Por favor Sara, tu vida era de lo mejor con el Chacal, y tras su muerte te hiciste cargo de sus negocios, fuiste más astuta que tu novio, no creo que te haya ido mal, al contrario, fue lo mejor que te pudo pasar, si hubiera huido conmigo, tu destino hubiera sido la prisión, tú nunca fuiste una buena mujer, yo no arruine tu vida, te hice un favor. Así que al diablo con todo esto, dispara, de una buena vez. 
Sara lo miró con malicia, Fernando encontró el momento oportuno y en un ágil movimiento, tomó con la mano derecha el arma de Sara, rápidamente la desarmó y la lanzó a un lado, empujó a Sara hacia el piso, para poder ir con Alex. Sara no lo vio venir. 
-Maldito Shadow- dijo Sara desde el piso. Quevedo se distrajo y fue Alex esta vez la que le dio un puñete para despistarlo, haciéndolo tambalear, en respuesta, el hombre la empujó y la hizo caer al suelo. 
-Sueltala maldito- dijo Fernando, Alex se había golpeado la cabeza y no pudo levantarse rápido, estaba algo mareada. 
Fernando se acercó para socorrerla, ella no reaccionó. 
-ALEX- gritó. Ella tardó en responderle, pero se sujetó el vientre, sentía dolor. 
Fernando no se aguantó y le dió otro golpe a Quevedo, el hombre cayó de nuevo y Fernando arremetió contra él. 
-Una vez me quitaste todo lo que amaba, no te dejaré hacerlo de nuevo. He estado esperando esto desde hace mucho. 
-Entonces no esperes más- Quevedo se hacía el valiente e invitaba a Fernando a la pelea. 
Ambos hombres empezaron a pelear a puño limpio, Alex se levantó por fin del piso y avanzó para tomar el arma que estaba en el piso, Sara se le acercó. 
-Ni lo sueñes- golpeó a Alex, pero ella también le devolvió el golpe, ellas se pusieron a pelear, y a jalonearse. 
Fernando y Quevedo tenían su lucha aparte. 
-Sabes pelear Shadow- dijo Quevedo- pero otra vez volverás a perder todo, no sabes cómo disfruté el haber acabado con la vida de tu esposa, me suplicó que dejara libre a la pequeña, disfruté mucho viendo su sufrimiento. 
-Cállate, no vuelvas a hablar mal de los míos - Fernando volvió a golpearlo, pero recibió un fuerte puñetazo en el estómago, que lo hizo arrodillarse. Alex esta vez se espantó. 
-FER- gritó, Sara la tomó de los pelos y siguió luchando con ella.