Capítulo 14

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Era hora de entregar regalos en la reunión, a Fernando eso lo tomó por sorpresa, él no sabía nada de traer un regalo. 
-Está bien muchachos- dijo Rubén- sabemos que es hora de los regalos, pero recuerden no sabíamos si Fernando estaría aqui, así que lo hemos pillado de sorpresa- todos rieron ante el comentario, Alex estaba mirándolo con ternura Fernando sentía su rostro de los mil colores, como un adolescente.- pero eso tiene solución. 
Ricardo se acercó con una pequeña caja muy navideña. 
-Fernando este es un regalo de todos nosotros para tí- dijo el muchacho- es un pequeño detalle, porque estamos muy orgullosos de tenerte en el equipo. ábrelo por favor. 
Fernando sonrió, no la hacía hace bastante tiempo, todos estaban a la expectativa de su reacción, no se imaginaba que la gente lo quisiera de esa forma.
Abrió la caja y estaba un estuche nuevo para su arma de reglamento, y una tarjeta navideña con la firma de todos los miembros del escuadrón. un frase en medio decía -Gracias por ser parte de la familia, queremos que seas muy FELIZ, Feliz Navidad. 
A Fernando se le fueron las palabras, esto fue muy lindo de parte de ellos, todos vieron y aplaudieron, sus ojos buscaban a Alex, ella lo vio con una mezcla de orgullo y ternura y aplaudía con los otros. 
-Gracias muchachos- dijo Fernando, realmente emocionado- no se crean, pensé que yo no podía encajar con ustedes, porque no me he portado bien con ninguno, he sido bastante egoísta, lo admito, y sé que algunos aún me tienen miedo, pero después de estos detalles, deseo de todo corazón que sean parte de mi vida, ustedes son mi nueva familia, y tengan por seguro, que si necesitan de mi, siempre estaré para ustedes, y no dejaré que nadie esté en riesgo, si caemos, caemos juntos, pero antes que nada, la Justicia, nosotros somo la Justicia. 
Rubén miraba orgulloso a su amigo, estaba volviendo a ser el mismo, todos volvieron a aplaudir y brindaron en honor de la familia que habían formado. Fernando después de un buen rato de seguir compartiendo, se retiró a su oficina para guardar su regalo, tomó las llaves de su coche y decidió irse a su departamento, en el camino al ascensor, se encontró con Alex. 
-¿Ya te vas?- preguntó ella. 
-Si, estoy cansado, ya es tarde. 
-Si tienes razón, yo también creo que es mejor que me retire. 
-Si deseas te llevo ¿O traes coche?. 
-No te preocupes, yo pido un taxi. 
-Nada de eso, somos amigos ¿Verdad?
Alex lo miró y no pudo objetar más, le sonrió y subió junto a él al ascensor, no hablaron hasta salir al estacionamiento. 
Fernando, como todo un caballero, le abrió la puerta de su coche, la acomodó, cerró la puerta y se subió. 
-Alejandra, tu dime a donde vamos. 
-Se supone que a mi apartamento- ella sonrió y prefirió mirar hacia otro lado, estar asi de cerca de Fernando la ponía muy nerviosa. 
-Esta bien. 
Arrancó el coche y seguia la indicaciones de Alex, no hablaron mucho en el trayecto, estaban a una cuadra cuando Fernando se estacionó de repente. 
-¿Sucede algo Fer?
Fernando miraba hacia adelante, tratando de toma valor para lo que iba a decir
-Está bien, hay algo que me ha dado vueltas en la cabeza desde que te conocí
-No te entiendo 
Fernando se dio vuelta, mirándola directamente a los ojos, a Alex le entraron los nervios de nuevo, no podía dejar de verlo a los ojos, era adictivo, pero muy peligroso. 
Fernando dejó de tomar el volante y puso su mano sobre la de ella, sintió como Alex se ponía a temblar. 
-No es un secreto, que algo está pasando entre nosotros, no te voy a negar que me gustas Alejandra, eres distinta, especial, una mujer diferente y eso atrae mucho. 
Alex lo miraba, con esas palabras, estaba a punto de dejarse llevar, pero sus nervios y el temor de siempre estaban tomando el control de su cuerpo de nuevo. 
-Pero lo que me intriga, es que cuando estoy cerca tuyo, o cuando hago esto- Fernando le acarició la mano con mucha suavidad, pero ella reaccionó y sacó la mano con rapidez- te pones a temblar, hace días, pensé que era temor hacia mi, pero me comentaron que sientes lo mismo cuando los demás se te acercan. 
-Yo- empezó a decir Alex, no quería que supiera nada de ese temor que la acecha- yo, no puedo, es que es difícil. 
-Tranquila, sé que no tengo derecho a indagar sobre tu vida, pero la verdad me atraes mucho Alejandra, y quiero conocer todo de ti. 
Alex, no resistió más, abrió la puerta del coche y salió, seguir ahi era algo demasiado peligroso y muy duro, Fernando quería saber mas de ella, y su interior tenía miedo de decir toda la verdad.
Fernando también salió detrás de ella, muy intrigado por su actitud, pero consciente que había muy lejos con su pregunta. 
-Lo siento Alejandra, si no quieres hablar lo comprendo
-No es fácil, pero tengo miedo y vergüenza de lo que pueda contarte- Alex estaba empezando a llorar, ella se secó las lágrimas, con rapidez, para Fernando no se diera cuenta, pero él muy hábilmente la atrajo hacia él, y le limpió las lágrimas con sus dedos. Alex respiró hondo y empezó a hablar. 
-Al igual que tú, yo no empecé en la Policía por vocación, la vida me puso en este lugar hace 15 años. 
-¿tantos años?- preguntó Fernando. 
-Yo estaba estudiando leyes en la Universidad, ya llevaba la mitad de la carrera, yo no tuve familia, me criaron en un orfanatorio, y quería salir adelante y formar la familia que la vida me negó, era una chica con sueños y muchas ganas, y es más, tu carrera como fiscal del Estado me sirvió de inspiración. 
-¿Entonces qué pasó?
-Una noche, después de una reunión de estudio con mis compañeros de facultad, tuve que ir sola por una zona muy oscura y peligrosa, no encontraba un taxi para poder regresar a mi apartamento, y pasé sin percatarme unas cuantas cuadras, entrando a una zona muy peligrosa. 
Fernando estaba adivinando que seguía, le pareció muy triste. 
-En eso, pasé frente a un grupo de hombres que estaban fumando y me miraron con mala intención, yo empecé a correr y creí que me había librado de ellos, al dar vuelta en una esquina y muy cerca a la autopista, me sentí vigilada y me dí la vuelta, en eso sentí como un hombre me tapó la boca para que no gritara. 
Alex no contuvo las lágrimas y siguió contando su tragedia entre sollozos. 
-Es maldito me llevó hacia una zona muy oscura, me tumbó en el suelo y-no pudo terminar la frase, empezó a llorar con más fuerza, Fernando estaba atónito, sin poder decir nada. sus ojos se nublaron y se sintió impotente ante esa historia. 
-Me dejó ahí, despues de haberme desgraciado la vida, me levanté del piso sin fuerzas, me sentía ultrajada, sucia, manchada, dejé todo ahí, mi vida no sería la misma, llegue a mi apartamento después de haber caminado por horas, desorientada, lloré por muchos días, encerrada en mi habitación, no tenía ganas de vivir, dejé la Universidad y a mis amigos, dejé todo y me consumí. Denuncié el hecho a la Policía pero no me ayudaron, entré en depresión, sentía que mi vida no tenía sentido, hasta que una mujer policía que era mi vecina, me ayudó a superar ese dolor, y hacer justicia por otras mujeres indefensas como yo. Así fue como conseguí el empleo, tratando de sanar mis heridas ayudando a otras mujeres.
Pero cada vez que alguien se me acerca, que alguien tiene contacto físico conmigo, me acuerdo de esa noche, tengo pánico que me vuelva a ocurrir, me muestro dura y fría a veces, pero en el fondo, tengo miedo, tengo mucho miedo. 
Alex tras contar su tragedia se puso a llorar, Fernando solo la abrazó, quería que ella sintiera protección en sus brazos, que supiera que eso no volvería a pasar , ella se acurrucó, las lágrimas no dejaban de caer. 
-Shh, tranquila, yo estoy aquí, nada malo volverá a pasarte, yo te cuido. 
Estuvieron abrazados por mucho rato, sin decir una sola palabra, ella ya estaba más tranquila y sus miedos se iban disipando, su interior estaba siendo reparado en el abrazo de Fernando, ya no temblaba, sólo quería estar así para siempre y envejecer a lado de eso hombre. 
Fernando le secó las lágrimas con los dedos, y besó su rostro con suavidad, todo el rostro hasta llegar a su frente. 
-Te prometo Alejandra- le dió un beso tierno, puso la mano en su barbilla y dirigió su mirada hacia la de ella . sus ojos se conectaron- que daré mi vida si es necesario para salvar la tuya, no importa dónde estemos, ni lo que pase después, siempre estaré para tí. 
-¿Por qué Fernando?
-Por que me estoy enamorando de ti, y no lo niegues, también sientes lo mismo. 
Fernando puso la mano en la nuca de Alejandra y la otra sobre su cintura, con determinación la atrajo hacia su cuerpo y la besó. Por poco pensó que ella se negaría,  pero la realidad fue otra, ella puso una mano en el hombro de Fernando y la otra también tomando su cuello, los miedos ya no existían, sólo el amor. 
-Déjame sanar tu corazón- Fernando dejó de besarla- que tu vida sea plena de nuevo, déjame sanar junto a ti, Te amo Alejandra- 
-Y yo a tí, hay que sanarnos juntos- dije Alex. 
Fernando sonrió y volvió a abrazarla, su contacto era mágico y tibio, por fin habia dicho lo que tenían que decirse.

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