Capítulo 19

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Y los días y semanas fueron los más terribles después de esa noche, Fernando y Alejandra sólo se veían en la oficina, es más, sólo se dirigían el saludo, él decidió respetar su decisión, pero le dolía verla y no poder abrazarla, estar a unos metros de ella y no poder hablarle, sólo despedían con un -hasta mañana- o se decían simplemente adios. Alex, por su lado, intentaba concentrarse en su trabajo, pero al llegar a casa lloraba al no poder vivir plenamente con el amor de su vida. 

Fernando aún no estaba trabajando en campo, porque su brazo aún seguía sanando, pero se dedicaba a trabajo de oficina, lo cual lo tenía aburrido, Alex si había salido algunas ocasiones a algunos operativos y había realizado algunos interrogatorios, los hombres al mando de Quevedo, dieron pistas de la mercancía de la Güera, a cambio de reducción de condenas y otros beneficios, Rubén fue con los demás agentes y encontraron un laboratorio completo de drogas y dos almacenes de armas, las cuales serían trasladadas a los depósitos del Juzgado, como evidencia. 
-Es muy extraño- comentó Fernando una mañana, mientras revisaba los informes y las declaraciones- al parecer a Sara no le importa si estamos tras su negocio, cada vez deja más evidencia y cabos sueltos. 
-Estará nerviosa- dijo Rubén, que estaba firmando documentos- ya no se concentra. 
-No lo creo, presiento que esto no es bueno, ella algo está tramando, ella podría llegar a ser aún más astuta que su fallecido novio el Chacal, mira que fingir ser un alma filántropa por tanto tiempo, mientras amasaba fortuna con negocios ilícitos, ella quiere algo más. 
-Te quiere a tí- Rubén lo miró serio, no habían hablado de ese tema desde el accidente en el evento de hace 2 meses
-Lo sé. 
-Vamos Fer, estamos a punto de atraparla, estamos muy cerca. 
-Espero que sea pronto, siento que algo malo pasará. 
-Lo que a mi me preocupa, es la salud de Alex. 
Fernando lo miró y empezó a preocuparse. 
-¿Qué pasa? ¿cómo que su salud?
-No se ve nada bien, desde hace algunos días, la he visto algo pálida, la veo tomando siempre agua, y ayer la escuché devolviendo el estómago en el baño de damas. 
Fernando se quedó callado, tenía ganas de dejar todo e ir a buscarla. 
-No se arreglaron las cosas ¿Verdad?
-Ambos nos culpamos del plan fallido de embarcadero, pero ella me pidió tiempo, y cada día es una agonía, tengo tantas ganas de estar con ella, decidí respetar su decisión, pero no hay ni un sólo momento que no la extrañe, y verla aqui todos los días es algo muy doloroso para mi. 
Rubén se acercó a su amigo y lo abrazó, Fernando le agradeció el gesto, era muy difícil cargar toda esa tristeza y seguir adelante. 
-Todo acabará pronto, ella también se siente muy mal, piensa que su debilidad hizo que la Güera escapara, le dije que no era verdad, pero ella no entiende. 
-Gracias, tendremos que aguantar, cuando Sara deje de ser un obstáculo para nosotros, podremos pensar en un futuro juntos. 
Fernando sonrió ligeramente y salió de la oficina de Rubén, iba caminando por el pasillo cuando vio salir de su oficina a Alex, era cierto que su semblante no era saludable, hasta había bajado de peso, Fernando la contempló por unos momentos, quería acercarse, abrazarla, cuidarla, apretaba los puños aguantando el impulso, ella volteó y al verlo se puso muy colorada e intentó seguir su camino. 
Fernando no aguantó más, la intercepto a unos pasos del ascensor, ella intentó huir pero le fue difícil, Fernando era muy fuerte y no la dejó escapar. 
-No podemos seguir asi Alex- le dijo, la tomó de la mano- Te extraño demasiado mi niña. 
-Fernando por favor no lo hagas más difícil, dijiste que respetarías mi decisión. 
-Es absurdo, tenerte todos los días frente a mi y no poder decirte que te amo, no puedo aguantar. 
-Por favor Fernando no quiero hablar de eso, adiós. 
Alex se subió al ascensor sin decir más, dejando a Fernando mudo, él totalmente rendido se fue a su departamento, Alex le estaba poniendo las cosas muy difíciles, se acostó pero sin poder dormir, pensando en hacer algo para terminar esta situación. 

Al día siguiente, en al oficina todos estaban alegres porque Ricardo regresaba después de una larga recuperación, todos lo recibieron con alegría, Pero Alex no estaba con los demás, 
-¿Viste a Alex?- le preguntó Fernando a Rubén. 
-Me llamó temprano y me dijo que se sentía indispuesta, me pidió el dia libre, le pedí que vaya al médico- dijo Rubén. 
-Tengo un mal presentimiento, no me gusta nada de lo que está pasando. 
En eso, un muchacho nuevo de la oficina, llegó y le entregó un sobre sellado a Fernando. 
-Me pidieron que le entregara esto, agente Tellez.- el joven puso el sobre en sus manos y se fue. 
Fernando intrigado revisó el sobre, para ver si tenía remitente,, sólo se visualizaba el destinatario, pensó que lo prudente era abrirlo en su oficina a solas, le indicó a Rubén que saldría y se fue a su despacho. 
Cerró la puerta y abrió el sobre, eran unas fotos, todas tenían un sólo objetivo. 
-No puede ser- dijo Fernando tomándose la cabeza con desesperación- Maldición
Tiró la fotos en su escritorio y salió corriendo, rumbo al ascensor, no se detuvo ante nadie, subió a su coche y se dirigió al departamento de Alex, tocó varias veces, pero nadie salió, de seguro ella en verdad estaba con el médico. 
Trató de llamarla por teléfono, pero ella lo había bloqueado, en eso entró una llamada desconocida, Fernando lo dudó por unos segundos, y luego contestó
-Bueno- dijo él. 
-¿Qué te parecieron las fotos que te envié’- Era Sara. 
-¿Dónde está Alex?
-¿En serio lo quieres saber?
-No juegues conmigo Sara. 
-Ella no está conmigo, pero muy pronto, tu y ella serán míos. 
-Deja a Alex en paz, tú sólo me quieres a mi. 
-No te hagas el héroe Shadow, yo te conozco, no tienes las agallas para enfrentarme, tu disparas a traicion. Muy pronto nos veremos las caras Shadow, yo sé todo lo que haces y ten por seguro, que tu noviecita no la pasará nada bien, ya tendrás otra tumba a la cual visitar- Y cortó
Fernando miraba el teléfono con ira, esto no era lo que esperaba, lo estaban siguiendo, siempre lo estuvieron siguiendo, y ellos no se dieron cuenta, lo primero que debía hacer era encontrar a Alex.
Regresó a la Comandancia, preguntó a todos si habían visto a Alex, pero ninguno dio razón. 
-¿Qué pasa Fer?- Rubén lo vio muy desesperado. 
-Esto pasa- Fernando le mostró las fotos que estaban dentro del sobre, todas eran fotos de Alex, desde que ellos habían empezado su relación, fotos en su departamento, en la Comandancia, en la playa, en el resort, cuando se besaron por primera vez, Sara lo estaba vigilando de cerca. 
-Y no encuentro a Alex, espero que no le haya pasado lo que imagino. 
-Déjame lo marcó- Rubén marcó el número de Alex. pero no contestó, Fernando empezó a caminar de un lado al otro del despacho, estaba muy nervioso. 
Al tercer intento Alex contestó, Rubén le preguntó dónde estaba y ella dijo que camino a la oficina. Fernando respiró algo aliviado. 
-Gracias a Dios, pero ahora ¿Que hago?
-Debes contarle, ella merece saber. 
-Pero no quiere hablarme- dijo Fernando caminando de un lado al otro. 
-Seré yo quien la convenza- dijo Rubén -la llevaré a la sala de juntas, entra en 5 minutos. 
Rubén salió, Fernando estaba muy nervioso, tenía que hacer algo, porque de seguro Sara sabía que si algo le pasaba a Alex, Fernando haría todo por ella, estaba jugando con fuego. 
Pasados los 5 minutos y con una ansiedad horrible, Fernando fue a la sala de juntas, Alex estaba ahí, tenía el semblante algo más lozano, pero aún así se veía mal, eso le dolió mucho a Fernando. 
-No tengo nada que hablar contigo- dijo ella algo nerviosa. 
-Esta vez no te irás, tengo que hablar contigo. 
-Creo que dijimos que nuestro trabajo es más importante, debemos atrapar a la Güera. 
-Al diablo el trabajo, tú  no debes continuar aqui. 
-¿Perdón?¿Qué quieres decir? 
-Si alguien va a atrapar a la Güera, solo seré yo. 
-Vamos Shadow, no intentes hacerte el héroe, esto es trabajo en equipo. 
-Esta vez no, Vega. Esto lo haré solo, no quiero que la enfrentes. 
-¿Por qué?
Fernando no quería decirle nada, se negó a comentarle sobre esas fotos. 
-Simplemente yo haré este trabajo solo. 
-Dame una razón lógica. ¿Se te olvida que me mandaron aquí justamente para atraparla?
-No es algo que está en discusión, tu no iras a atraparla. 
-¿Acaso no me crees capaz de hacerlo? Recuerda que una vez te salvé la vida. 
-No es eso. 
-¿Entonces qué?- Alex empezó a levantar la voz, era ilógico lo que Fernando se proponía- Siento que estás tomando una decisión que no te corresponde, ¿Por que me quieres fuera?. ¿Crees que porque el hombre que trabaja con esa mujer, es el desgraciado que me destrozó la vida, yo no podré con él ? ¿Crees que a pesar de todo aún le tengo miedo y pueda fracasar y malograr el plan?
-No es eso Alex. 
-¿Entonces dime porqué? ¿Te crees demasiado fuerte para hacer el trabajo tú solo?- Alex se puso a la defensiva, estaba perdiendo la paciencia, se paró delante de Fernando, a pesar de sentirse algo mareada con toda la discusión, no quería que Fernando la viera como una damisela en peligro- Dime Fernando, ¿crees que tengo miedo?
-No- Fernando se sentía aterrado, en su interior no quería que viera que estaba asustado por la amenaza de Sara. 
-Contesta Fernando ¿Por qué no quieres que vaya contigo? Dime Fernando, por favor dame una buena razón. 
Fernando ya no pudo más su miedo fue más fuerte que su orgullo. 
-PORQUE NO QUIERO PERDERTE, tengo miedo de perderte- Fernando no aguantó y algunas lágrimas salieron de sus ojos . Alex lo vio rendirse y sintió tristeza, él había guardado esos temores para sí mismo- ella es capaz de todo, y NO QUIERO PERDERTE.
Alex no pudo contener sus ganas, y lo abrazó, Fernando la acogió en sus brazos, estos meses había soñado con ese momento, ambos querían que el mundo se detuviera y les dejara amar, ambos estaban llorando, renegando de su destino, ambos querian consolarse mutuamente. 
-No soy tan fuerte mi niña, no quiero perderte. 
-Yo tampoco mi cielo, me moriría si algo te pasa, pero tampoco puedo permitir que te entregues a esa mujer, ella de seguro acabaría contigo, por favor hay que hacer esto juntos. ¿Está bien?
-Esta bien mi vida, te amo- Fernando tomó su mentón, la obligó a mirarlo a los ojos, y la besó, eso era la mejor medicina a tanto dolor, a meses de tanta pena y pánico, ese beso encerraba la necesidad de cariño, ese que les estaba siendo esquivo. 

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