◎Mαɾʋҽʅ αƈαԃҽɱу◎

Navidad (Thorki)

En casa de los Odinson se estaba celebrando la mayor de las fiestas. El padre de Thor no había puesto ningún tipo de pega a la celebración que había impuesto su progenitor.

En la gran Sala donde ahora la comida y la bebida abundaban, Thor gritaba junto a sus mejores amigos y trataba de que su pareja se uniese a la fiesta. Mientras tanto, Loki se escabullia para ir a su habitación. La fiesta había comenzado por la mañana, ya desde el desayuno, la gente había empezado a llegar. La casa era grande, por lo que tenía una gran capacidad para invitados.

—¡Loki! ¡Baja aquí! —Gritaba Thor algo alcoholizado.

El pelinegro solo le ignoraba ¿y como no hacerlo? Odiaba ese tipo de fiestas, había mucha gente, ruido, suciedad... Un asco.

Sin saber que hacer, Loki mantenía una conversación amena junto a Tony por mensajeria. Ambos hablaban sobre que debía ponerse Tony para su cita con Steve y de como podía Loki ignorar a Thor.

Poco más tarde, la conversación fué interrumpida por Natasha y sus problemas de estilismo.

Una vez Loki no tenía nada que hacer, y había empezado a escuchar como las cosas se rompían, salió de la habitación para dirigirse a la sala de estar. Su sorpresa fue cuando vio a su hermana discutir acaloradamente con los amigos de Thor.

Thor, como actual anfitrión, ya que sus padres ahora estaban haciendo compras para la gran cena de esa noche, no sabía que hacer. Intentaba separarles pero nadie le hacia caso.

—¡Paren de pelear! ¡Por Odín! —Gritó entonces a pleno pulmón.

—Thor-pe, no sabes como amansar a las bestias. —Dijo Loki con su tono burlón.

—¿Y cual es tu plan? —Suspiró su hermano.

—Fácil, ¿como crees que se calma la gente? Ponte en medio de ellos y separales. —Una sonrisa burlona. Su plan era simple: Crear una pelea aún mayor entre todos.

Pero para su desgracia, Thor había conseguido separar a todos  y la pelea había llegado a su fin.

—¡Gracias hermano! —Gritó nada más terminar con la pela.

La fiesta volvió a empezar, Hela y Loki se mataban con la mirada. Ambos estaban cruzados de brazos, vestidos ella con un vestido negro, y él con un traje del mismo color.

—¿Seguro que no eres tú el adoptado Thor? Loki, siendo de otra familia es más parecido a tu hermana que tu. —Murmuró Sif.

—Querida Leidy Sif, yo soy igual que mi padre y que mi madre, ¿seguro que soy yo el adoptado? —Sonrió entonces el rubio. Había escuchado más veces aquel comentario, y es que era verdad, Hela y Loki parecían gemelos, de no ser por que Loki era el más pequeño de los tres.

Y cuando parecía que los dos pares de ojos saldrían rayos, alguien tocó la puerta.

Una de las muchas personas que disfrutaban de la fiesta, fue y abrió la puerta, dejando entrar a una mujer un poco morena, y de pelo azabache ondulado.

—Por fin, Valkiria. Ya pensaba que me ibas a dejar sola con estos... Bárbaros. —Exclamó Hela haciendo bufar a más de uno.

—Lo siento. ¿Llego muy tarde? ¿Todavía quedado bebida? —Esa fueron sus únicas preocupaciones.

Mientras que allí, todas las mujeres iban con vestido y el escote sugerente, la recién llegada iba con ropa normal y corriente, pero no por eso menos elegante.

La fiesta volvió a dar comienzo cuando el resto de la gente empezó a llegar. Aun así, Loki no era capaz de estar agusto. Él quería hacer una fiesta de Navidad tranquila y corriente.