Yuta permaneció en la sala de música al menos durante media hora más después de que Sicheng huyo de allí, luchando por poner freno a su arrolladora pasión y esperando a que el fuego que incendiaba su sangre se enfriará. Se colocó la ropa y se pasó una mano por el cabello al tiempo que meditaba, malhumorado, cuál debería ser su siguiente movimiento.
—Sicheng—musitó, más preocupado y confuso de lo que había estado jamás. El hecho de que un muchachito lo hubiera dejado reducido a ese estado resultaba de lo más indignante.
El, cuya capacidad como negociador habilidoso y disciplinado era bien conocida, había hecho la oferta más torpe que se pudiera imaginar y había sido rechazado de plano. Y lo tenía bien merecido. Nunca debería haber intentado que él pusiera un precio antes de haber admitido siquiera que lo deseaba.
Pero la sospecha de que podía estar acostándose con Wu -¡Con Wu, de entre todos los hombres que podía elegir!- había estado a punto de volverlo loco de celos y sus acostumbradas habilidades lo había abandonado.
Al recordar lo que había sentido al besarlo, al acariciar por fin esa piel cálida y sedosa, Yuta se daba cuenta de que la sangre amenazaba con hervir de nuevo en sus venas. Dada la experiencia que tenía con las mujeres y jovencitos, había supuesto que conocía todas y cada una de las sensaciones físicas imaginables. No obstante, este reciente encuentro le había hecho tomar conciencia, de un modo bastante drástico, de que acostarse con Sicheng sería una cuestión totalmente distinta. La experiencia no sólo involucraria a su cuerpo, sino también a sus emociones.., unas emociones tan alarmantes que todavía no se sentía con fuerzas para examinarlas de cerca.
La atracción entre ellos se había convertido en algo peligroso; no tanto para él como para el jovencito. Y
estaba muy claro que tenía que analizar la situación desde cierta perspectiva. Sin embargo, en ese momento, su mente no funcionaba con claridad.Abandonó la sala de música al tiempo que murmuraba una maldición y se enderezaba el nudo de la corbata de seda negra. La tensión se había apoderado de sus músculos, de modo que su forma de caminar no resultaba tan fluida como era habitual y de camino al salón de baile, se sentía como un depredador de temperamento volátil. La idea de asistir a otra velada social lo sacaba de quicio. Nunca se había mostrado muy tolerante con ese tipo de fiestas que se alargaban durante varios días, no era un hombre que disfrutara con horas de conversación insustancial ni con diversiones ociosas. De no ser por la presencia de Sicheng en Stony Cross, se habría marchado bastantes días atrás.
Ensimismado, entró al salón de baile y estudió a la multitud brevemente.
Localizó a Sicheng de inmediato, sentado en una silla dispuesto en un rincón, con lord Moon a su lado. No había duda de que Moon estaba enamorado de él, la expresión embelesada con que lo contemplaba convertía la cuestión en un secreto a voces. Sicheng parecía apagado e inquieto, y evitaba la mirada de admiración del aristócrata. No participaba en la conversación y permanecía sentado con las manos apretadas sobre el regazo.
Yuta lo contempló con los ojos entornados. Por irónico que fuese, el comportamiento inseguro y apocado de Sicheng en aquellos momentos había conseguido que la atracción que Moon sentía por él echará por fin raíces. Sería una desagradable sorpresa para él que al final consiguiera ponerle el lazo al cuello y descubriera, poco después, que su esposo no era el tímido jovencito ingenuo que aparentaba ser. Era de un carácter apasionado, una criatura decididamente ambiciosa que necesitaba una pareja que poseyera su misma fuerza. Moon jamás sería capaz de manejarlo. Era un hombre demasiado caballeroso para Sicheng: demasiado moderado, demasiado inteligente en el sentido equivocado. El jamás lo respetaría, así como tampoco encontraría satisfacción alguna en sus virtudes.
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Verano (Yuwin)
Fanfiction"Un chico decidido a contraer matrimonio podía superar cualquier obstáculo, salvo la ausencia de un dote." Entra para conocer más UwU