Verano (Yuwin)

Capítulo 7

Cuando la charla posterior a la cena hubo concluido, la mayoría de los huéspedes se retiró a sus habitaciones. Cuando Sicheng atravesó uno de los arcos de entrada al salón, vio que los demás floreros lo estaban esperando. Respondió con una sonrisa a la expectación que reflejaban sus rostros y luego se encaminó con ellos un lugar en el que pudieran intercambiar unas cuantas palabras en privado.

— ¿Y bien? — preguntó Taeyong. —Mamá y yo iremos a dar un paseo con lord Moon mañana por la mañana —dijo. Sicheng. — ¿A solas? —A solas —confirmó Sicheng—. De hecho, nos encontraremos al alba para evitar la compañía de una horda de cazadores de maridos.

De haberse encontrado en un lugar más privado, bien podrían haber gritado todas de alegría. En cambio, se conformaron con intercambiar unas exultantes sonrisas mientras Chenle movía los pies en una pequeña y eufórica danza de la victoria

— ¿Có-como es? —preguntó Mark. —Tímido, pero agradable —contestó Sicheng—. Y parece tener sentido del humor, algo que no me habría atrevido a esperar.

— ¡Y encima tiene dientes!—exclamó Taeyong. —Tenías razón al decir que se asustaba con facilidad—dijo Sicheng—. Estoy seguro de que Moon no se sentiría atraído por un chico de carácter fuerte. Es circunspecto y de voz suave, trato de comportarme con timidez..., aunque es muy probable que acabe sintiéndome culpable por semejante engaño.

—Todos los jóvenes hacen eso durante el cortejo... y los hombres también, si a eso vamos —dijo Taeyong de forma prosaica—. Tratamos de ocultar nuestros defectos y de decir las cosas que creemos que el otro quiere escuchar. Fingimos ser siempre encantadores y de temperamento dulce y pasamos por alto las pequeñas y asquerosas costumbres del otro, como si no nos molestasen. Y después de la boda, nos quitamos el disfraz.

—No creo que los hombres finjan tanto como nosotros, la verdad —replicó Sicheng—. Si un hombre es corpulento o tiene los dientes manchados, o si resulta de algún modo aburrido, continúa siendo un buen partido mientras siga siendo un caballero y tenga algo de dinero. Sin embargo, se espera que nosotros nos atengamos a modelos mucho más elevados.

—Razón por la cual todas so-somos floreros —dijo Mark. —No lo seremos por mucho tiempo —prometió Sicheng con una sonrisa. Tiffany, la tía de Mark, llegó desde el salón de baile ataviada con un vestido negro que la hacía parecer una bruja y que no le sentaba nada bien a su tez cetrina. Había poco parecido familiar entre Mark, con su cara redondeada, su cabello rojo y su cutis pecosa, y su malhumorada tía, que era un alfeñique.

—Mark —dijo con brusquedad al tiempo que dirigía al grupo una mirada de desaprobación mientras le hacía un gesto al chico—, te he advertido que no desaparecieras de esa manera... he estado buscándote por todas partes, al menos durante diez minutos, y no recuerdo que pidieras permiso para reunirte con tus amigos. Y de todos los muchachos con las que habrías podido relacionarte... — sin dejar de parlotear con desprecio, la tía Tiffany se encaminó hacia la majestuosa escalera mientras Mark; comenzaba a caminar tras ella.

Como sabía que lo estaban mirando, Mark colocó la mano tras su espalda y agitó los dedos para despedirse. —Mark dice que su familia es muy rica —señaló Chenle— Pero también dice que son todos infelices, del primero al último. Me pregunto porqué será...

—Dinero viejo —replicó Taeyong—. Padre dice que no hay nada como toda una vida de opulencia para hacerle a uno consciente de lo que no posee. —Entrelazó su brazo con el de Chenle—. Vamos, querido, antes de que madre se dé cuenta de que hemos desaparecido. —Miró a Sicheng con una sonrisa interrogante —. ¿Quieres, pasear con nosotros, Sicheng?

—No, gracias. Mi madre se reunirá conmigo a los pies de la escalera dentro de un momento. —Buenas noches, entonces. —Los ojos oscuros de Taeyong resplandecieron cuando añadió—: Para cuando nos despertemos mañana, ya habrás salido a pasear con Moon. Espero un informe completo durante el desayuno.