Capítulo 3

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Yoongi caminaba por los pasillos de aquel gran castillo cuidando que Jungkook no lo viera, aquel alfa aprovechaba cualquier tipo de distracción del omega para agredirlo o insultarlo. Desde su primer celo en el castillo tanto como su padre como su hermano lo insultan o golpean por el simple hecho de que es un omega, su papá decía quererlo mucho, pero los arranques de ira lo hacían volverse loco, Jungkook aprendió mucho de ello, las palizas que su padre le daba a su hermano omega ayudaron a que el odio a la raza omega aumentara. Al llegar al comedor vio a la servidumbre un poco ansiosa y preocupada.

        - ¿Qué es lo que sucede Jisoo? – le pregunto a la beta de unos 28 años encargada del aseo de las habitaciones.

        - Es su madre, hoy que regresaron de Busan llego mal, el doctor se encerró en la habitación de su madre y no han salido – informó la beta con impaciencia.

        - Muchas gracias Jisoo - dijo Yoongi para ir al cuarto de sus padres, y paró en seco cuando vio a su padre llorar y a su hermano en shock.

        - ¿Qué fue que pasó? – preguntó Yoongi con tranquilidad, aunque los nervios se lo estén comiendo por dentro, su padre por eso se enojaba muy seguido con él, su serenidad lo impacientaba en momentos tan tensos.

        - Tu madre acaba de morir – sollozó el alfa, su pecho se encogió al volver a mencionar a su esposa y compañera de vida.

Yoongi analizó la situación y llorar no serviría de nada, llorar no traería de vuelta a su madre, llorar jamás solucionaría sus problemas, aquel pequeño omega muy pocas veces lloraba y cuando lo hacía era por culpa de Jungkook, dio la vuelta y se dirigió al jardín el cual estaba muy bien cuidado por su madre, que se encargaba de cuidar y mantener en buen estado aquellas rosas rojas y blancas, recordaba como su madre le decía que le debía hablar con cariño a las plantas para que crecieran bien, y soltó una pequeña risa rota que más bien pareció un sollozo, sin darse cuenta Yoongi estaba llorando mientras acariciaba las rosas, deseaba que la muerte de su madre fuera una pesadilla y en un momento despertaría, más nunca paso. Su padre y Jungkook lo observaban desde la ventana del despacho del alfa.

        - No quiero que lo molestes más – ordenó el alfa dirigiéndose a su hijo, la culpa lo azotaba, ver morir a su omega le había hecho recapacitar demasiadas cosas con los tratos que le daba a su hijo.

        - ¿Por qué no? Los omegas son inservibles, ve mamá murió – musitó el joven alfa sin medir las palabras en medio de una risilla burlona

Su padre sonrió y le soltó dos bofetadas a su hijo, él había dicho algo como eso hace poco tiempo cuando su padre omega murió.

        - No quiero que la menciones, para ti no es tu madre, no te atrevas a mencionarla. – Jungkook estaba en shock pues su padre jamás le había dicho eso.

Aquel alfa había herido el orgullo de su hijo con lo que había dicho, Jungkook salió de aquel despacho directamente con su hermano para molestarlo. Al llegar con Yoongi lo empujó haciendo que cayera hacia atrás de aquí banco negro de madera pulida, el omega se quejó en su lugar gracias al golpe que se dio con él suelo, alzó la mirada y se le quedo viendo indiferente a su hermano, se levantó para volver a sentarse y seguir jugueteando con sus anillos, aquello había dejado a Jungkook en shock, aquel omega siempre lloraba o le reprochaba, Jungkook lo volvió a empujar haciendo que Yoongi gruñera y lo retara con la mirada, estaba harto de los tratos de su hermano, Jungkook vio en los ojos del omega que no pudo descifrar, siempre sus ojos demostraban miedo o temor a él, pero ahora no demostraban absolutamente nada o bueno nada que el pudiera leer, el omega retomó su postura y se volvió a sentar jugando de nuevo con sus anillos, Jungkook se fue de una vez por todas de aquel lugar dejando solo al omega, no tenía muy claro que es lo que quería su hermano al retarlo, a él, a un alfa.

Algunas semanas después de que la omega de Seúl muriera, el hijo omega no se encontraba tanto tiempo en el castillo donde creció, su tiempo era gastado en casa de un chico que conoció en él pueblo, su nombre era Lee Min-Ho, un omega con experiencia en defensa personal el cual había sido despedido por ser omega, aquello estaba prohibido, que un omega ejerciera ese tipo de habilidades no era digno y estaba penado a muerte por su padre; los omegas solo servían para procrear y servir al alfa, aquello ya tenía harto a Yoongi. Algo había cambiado en su hogar, algo, pero el aun no hallaba que, su hermano lo seguía agrediendo, las sirvientas lo trataban como siempre, su padre... Su padre era el, su padre se había atrevido a golpearlo, había usado su voz de mando y lo había herido, cuando él había prometido no hacerlo de nuevo. El día que velaron a su madre. Yoongi se quedó sentado en el sofá de aquel omega con la mirada perdida en el banco blanco forrado de terciopelo.

        - ¡Ey, Yoonie! ¿Qué sucede amigo? – preguntó el omega sentándose a su lado.

        - ¿Ah? No nada estaba pensando en algo. – Contestó con una pequeña sonrisa tranquilizando a su amigo

El contrario lo miró para que siguiera hablando.

        - ¿Me podrías enseñar? – al principio el omega no sabía a lo que se refería, pero al captarlo negó efusiva mente con la cabeza.

        - ¿Para qué? – preguntó desconfiando de el aun, sabía los problemas que Yoongi tenia en casa con su hermano

        - Solo quiero distraerme un poco – Respondió Yoongi con falsa inocencia.

        - Ay dios como puedo decirte que no – dramatiza llorando falsamente haciendo reír al omega.

Las "clases" habían dado comienzo, y Min-Ho estaba enseñándole a Yoongi a manejar un poco el arma blanca empezando con la navaja de mano.

        - En el centro Yoon – ordenó Min-Ho después de darle un ejemplo y la manera correcta de tomar la navaja de mano

El omega lanzó la navaja dando en el blanco, acertando varias veces en los blancos puestos, Min-Ho lo felicitó por su puntería yendo a descansar después de un rato de estar practicando, Yoongi agradeció por las enseñanzas y ofreció pagarle a Min-Ho, más él no lo acepto diciendo que lo tomara como un favor, el omega menor asintió no muy convencido despidiéndose de su amigo para regresar al castillo donde lo esperaba su padre y su hermano molestos y con el ceño fruncido. Rodó los ojos y siguió su camino, la voz de mando le afectaba mucho aun, eso él lo quería cambiar mas no sería correcto así que obedeció cuando los dos alfas la usaron sintiéndose muy, muy pequeño.

        - ¿Dónde demonios estabas Min Yoongi? – Pregunto el alfa mayor y padre de ambos chicos.

El omega lo miró indiferente y alzó los hombros en repuesta. En resultado recibiendo una bofetada del el padre de el mismo y solo pudo reír un poco, porque había confiado en que su padre cumpliría su promesa

        - Cuando pregunte algo tienes que contestar – ordenó el alfa – ¿entendiste?

En ese momento a Yoongi se le paso una idea muy loca en su pequeña y retorcida mente ¿Qué tan malo seria matar al rey? El omega río para su adentros diciéndose que estaba loco, después de un momento asintió con la cabeza y su padre soltó su rostro, el omega se paró de aquel banco y subió a su recámara.

        - ¡Maldita sea espero se mueran algún día! – gruñó el omega

Mi Destino. |JimSu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora