Mi Destino. |JimSu|

Capítulo 1

Reino de Seúl.

Narra Yoongi.

Las mañanas para mí son extremadamente largas, me obligan a levantarme súper temprano para que me den las clases privadas mientras mi hermano es entrenado por mi padre para ser un gran alfa. Yo sinceramente agradezco ello pues no me gusta soportarlo a esas horas, yo aun no conozco mi raza, mi madre pone el pretexto de que solo es porque tengo 12 años y aun soy pequeño para que mi celo llegue, mi padre por otro lado dice que es porque soy omega, y eso en cierta forma le causa desilusión, mi maestro llegó justo a las 9 de la mañana como de costumbre, yo aún estaba en mi habitación mientras mi madre arreglaba mi cabello y ponía un poco de rubor en mis mejillas, ya que mi piel demasiado pálida me hacía ver algo enfermo. Me encaminé al salón de su mano y mientras me contaba las noticias mañaneras, cabe destacar, que en él se encontraban libros, un piano marrón, una mesa alta que era donde mi maestro se sentaba y se encontraba una simple silla con una paleta que era donde me sentaba yo, a pesar de que era el hijo del rey ese hombre me trataba mal ¿por qué? Ni yo mismo se, la gente tiene la fea costumbre de tratar mal a la gente cuando se cree superior a los demás solo por tener ciertos conocimientos mas que otros.

Mi madre, por otro lado, jamás me creía las veces que el me llegó a golpear y solo ponía la excusa de que a mí no me gustaba aprender, no me mal entiendan amo a mi madre, pero a veces ella me exasperaba, me encanta aprender, se mas del mundo de lo que este hombre sabe. La clase había empezado y ya habían pasado casi 2 horas de ello, estaba casi durmiendo en mi silla hasta que empecé a sentir una punzada en mi vientre y un calor subía por mi cuerpo, el omega que me enseñaba solo me miro y sonrió de una manera malévola, lo que me hizo temblar de miedo, grité inmediatamente a mi padre, hermano o madre, ya que su mirada y el acercamiento que hizo el hombre me aterrorizó. El grito solo se largó a un gemido, pero el grito seguía allí, enseguida mi hermano entró al salón y preguntó qué pasaba yo le explique y solo sonrió casi maquiavélicamente y me cargó llevándome a mi cuarto. ¿Por qué mierda sonríen cuando les digo lo que me pasa? ¿Acaso no ven que duele hijos de puta?, me recostó en mi cama y salió para así después de un rato llegar con mis padres, mi padre solo me miraba con desaprobación y negaba sutilmente con la cabeza, lo contrario a mi madre quien sonreía casi orgullosa.

¿Qué mierda estaba pasando? ¿Por qué sonríen?
¿Me moriré?

        - ¿Qué es lo que sucede? – pregunté con temor.

        - NADA  – Susurró mi padre usando su voz de mando yo solo me encogí en mi cama.

        - Eres un omega cariño – dijo mi madre, vaya forma de descubrirlo.

¡Viva el sarcasmo!

¡Un maldito omega!, bueno no es tan malo pero mi padre no está contento y mi hermano sonríe de manera casi maquiavélica... Después del incidente de mi celo todos salieron de mi habitación a excepción de mi madre la cual se sentó a mi lado.

        - ¿Cómo te sientes cariño? – preguntó con un deje de curiosidad, mas no de preocupación en su voz, eso me decepcionó tanto que solo la mire.

       - ¿Me puedes dejar solo por favor? – dije entre dientes, jamás me verían llorar por falta de afecto, jamás me verían llorar por ningún motivo.

El día pasó extremadamente lento para mí, mi madre me había traído supresores, una jarra de agua y un vaso, a decir verdad, pude controlar mi cuerpo con los supresores, pero no quise salir de mi habitación, me sentía demasiado mareado como para salir y ayudar como era mi costumbre, la noche llegó y todo iba completamente normal hasta que Jungkook apareció en mi habitación, todos en el castillo sabían que cuando mi hermano quiere algo lo consigue y el algo quería. Al momento de que lo quise correr de mi habitación uso su voz de mando haciendo que todo mi cuerpo reaccionara sumisamente y un pequeño gemido de dolor saliera de mi garganta. Por un momento odie demasiado ser omega, Jungkook jamás volvería a ser bueno, la mirada que me dedicaba solo era de repulsión, era de asco absoluto a mi raza y persona