Mi Destino. |JimSu|

Capítulo 26.

Narra Yoongi

El día pasó más rápido de lo que hubiera querido, no había hablado con Park, solo algunas veces por el lazo pero no más, cuando todos se fueron, sentía a mi lobo chillar por Jimin, pero realmente estaba dolido con él, era la primera persona de la me enamoro y resultó ser una completa mierda.
Jin me veía con algo de pena y Hoseok estaba furioso con Jimin, lo veía en sus ojos, Jimin se quiso acercar un par de veces pero Taehyung y Jungkook me jalaban con ellos, veía a Jimin bufar y ellos reían, la noche calló y con ella un tema que debíamos hablar como pareja Jimin y yo, realmente mi mente solo decía que huyera y que dejara las cosas como están, pero otra parte me decía que no fuera idiota y que lo arreglara, entré a la habitación que compartía con Jimin y el olor a omega me mareo, era más fuerte que en la mañana, miré a Jimin y me miró avergonzado.

        - Lo siento, aquella colonia después de que pasa el efecto hace los olores más fuertes – me miró. – Gatito ¿podemos hablar?

        - No me digas Gatito – ordené indiferente. – Habla, te estoy escuchando. – lo miré mientras desabotonaba los puños de mi camisa.

El suspiró y se tensó.

        - Mmm ya veo, vamos, quiero escuchar tu escusa – dije burlón y el bajó la cabeza. – ¿Por qué lo hiciste Jiminie? – pregunté acercándome a él

Me miró y me alarmé un poco.

       - Yo solo iba a hablar con ella – contestó con voz ausente – Pero el olor de esa mujer es embriagante para mí. – bajó la cabeza avergonzado. – perdóname Yoongi.

Sonreí por instinto y tomé su mejilla con cariño.

        - Eres bastante idiota Jimin. – susurré con mis ojos llenándose de lágrimas. – iré a bañarme. – solté su mejilla y me metí al baño

Si él quiere que mi confianza de regreso tendrá que luchar de nuevo, no soy una persona que perdone fácil.
Ingrese a la ducha y me metí esperando relajar mis músculos.

*Narradora*

Una vez Yoongi en la ducha Jimin se echó en su cama sin más, realmente le dolía la indiferencia de Yoongi, pero sabía que se la tenía bien merecida.

El omega salió de la ducha 1 hora después con una sonrisita de satisfacción en su rostro, sintió como su lobo brincaba de felicidad y realmente no sabía porque, camino a su closet con una toalla enredada en la cintura y comenzó a buscar algo holgado y que cubriera su pequeño cuerpo. Jimin le seguía con la mirada y se sobresaltó al escuchar a su lobo.

Maldito idiota, ahora no me puedo acercar a mi omega

¡Mierda Minié, me asustaste! Y además es tu culpa, tampoco te pudiste resistir

Humano idiota

Dijo aquel animal y se fue con la cola entre las patas avergonzado, Jimin suspiro y habló.

        - ¿Quieres cenar algo en particular? – preguntó mirando como Yoongi cubría fielmente una cicatriz en su rostro.

        - No, lo que sea está bien – contestó mirándolo a través del espejo

Jimin asintió y salió de la habitación, fuera de esta se encontró a Jin quien ni lo miró y entró a la habitación del alfa y omega.

         - Yoonie, ¿me ayudas con los cachorros? – preguntó Jin entrando – es que Hoseok entró en celo – se excusó.

        - Claro, vamos – sonrió y se levantó de su cama.

Caminaron tranquilamente hasta que escucharon a los bebés llorar fuertemente, se alarmaron un poco y entraron apresurados, un tipo de capucha negra había salido por la ventana con la bebé en sus brazos mientras lloraba, Yoongi reaccionó y salió por donde mismo, corrió tras el hombre y se tiró encima aun siendo consciente de que traía a la bebé en brazos, soltó un quejido y soltó a la pequeña cachorra una vez Yoongi dio 4 patadas en un costado sin llegar a tocar a la niña, Yoongi la tomó y habló a un guardia para que llevaran al hombre a los calabozos.
El guardia estaba impresionado, pues el omega había dado cuatro simples patadas y lo había dejado inconsciente, Jimin salió precipitado del castillo y revisó que la bebe estuviera bien llevándola adentro una vez cercioró su estado, Yoongi suspiró y miro la herida en su pierna.

"Jungkook" pensó al ver la herida, había sido en el mismo lugar donde Jungkook lo había lastimado, entró cojeando un poco y pidió hilo y aguja, alcohol y gazas, Jimin al escuchar eso se sintió mal, se había preocupado por su hermana y no por su omega, dejo a la niña con una sirvienta y se acercó a Yoongi, mas este le dedicó una mirada helada, se acercó y toco a Yoongi para poder cargarlo más este se alejó.

        - No me toques Park – gimió de dolor.

Jimin sintió su corazón hacerse pequeño ante la herida que tenía, ¿eso era un vidrio? Se alarmó un poco, sin embargo, no hizo nada.

Las cosas que había pedido llegaron y comenzó a curar y sacar el vidrio con cuidado, suturó la herida y puso una gaza para finalizar con una venda, se levantó y fue con Jin sin dirigirle una mirada a Jimin.

Vale, el entendía que era su hermana y un bebé, pero joder él la había salvado y ahora ese tipo pagaría, desvío su camino hacia los calabozos y entró viendo como el tipo estaba desorientado.

         - Buenas noches – saludó Yoongi serio – Veo que ya estas despierto, espero puedas ayudarme. – pidió con una sonrisa casi psicópata.

El hombre frunció el ceño y miró al omega.

         - ¿Qué me podrá hacer un inservible omega como tú? – preguntó con repulsión.

         - Sabes, últimamente me han hecho esa pregunta varias veces, y todos comprueban de lo que soy capaz – sonrió acariciando el cabello del hombre con suavidad

Un momento después, el omega revisó el lugar detenidamente tomando un pequeño bisturí, se acercó a la mano del hombre y comenzó a hacer cortes en toda su mano, el hombre hacia gestos mientras intentaba zafarse de la silla.
Una navaja de mano fue tomada y corto brazos y piernas, Yoongi se estaba divirtiendo.

         - Bien, ¿Quién te ha mandado? – preguntó Yoongi mirando la pared con una sonrisa

         - ¿Qué te hace creer que te lo voy a decir? – preguntó el hombre.

Yoongi río y asintió.

         - No lo sé, tal vez... Esto ayude – sonrió y habló con voz neutra y fría.

Los alicates fueron tomados y el hombre dio un grito cuando Yoongi simplemente corto su dedo anular.

         - Entonces hablarás – sonrió tierno.

El hombre lo miro horrorizado y adolorido, pero negó.

         - Mm, de menos eres leal, bien, tenemos toda la noche – sonrió casi con orgullo

Esto apenas comienza.