(Editado)
El valle era tranquilo, digno de tomarle una foto y enmarcarla, parecía como si los pies humanos nunca antes hubiesen pisado ese lugar; pero entre las colinas, había una casa de piedra, que en lugar de manchar la naturaleza del valle, parecía ser parte del mismo.Algunos animales comenzaron a asustarse, al sentir la presencia de desconocidos. Escuchaban pisadas ágiles y veloces acercarse cada vez más.
Algunos pedazos de césped llegaban a levantarse en cada pisada. La velocidad de sus cuerpos, generaba viento que movía las flores. Al llegar a la cima de una colina, se detuvieron abruptamente.
Priscila bajó de la espalda de Félix, y miró colina a bajo cerciorándose que estaban en el lugar indicado.
—Bueno, hemos llegado —Priscila se colocó delante de los vampiros impidiéndoles avanzar —pero antes tengo que decirles que, mi amiga es algo... diferente.
—¿A que te refieres con diferente? —preguntó Demetri fijando su mirada en la casa de piedra.
—Dentro de poco lo sabrás —dio pequeñas palmadas sobre su hombro —y sobre todo, no dañen a sus mascotas.
—¿Y que pasara si lo hacemos? —preguntó con burla.
—Moriremos —dijo con simpleza mientras comenzaba a descender por la colina —bueno, yo no moriré a manos de ella, pero si en las de Jane por dejar que mataran a su hermano. Jane ya me torturo una vez, no quiero que vuelva a hacerlo otra vez. Duele.
Los vampiros, se miraron entre si para después seguir los pasos de la morena.
—¿Como nos dijiste que se llamaba tu amiga? —Alec miraba con atención el jardín de la casa.
—Bastet.
—¿Como la diosa gato? —preguntó confundido.
—Pues espero y te gusten los gatos.
Los vampiros olfatearon el aire, topandose con un fuerte olor a gatos que podía sentirse por toda la casa, y ni hablar del sonido de maullidos y ronroneos.
Priscila no tuvo que tocar la puerta, pues esta se abrió antes de hacerlo.
Los vampiros, no pudieron ocultar su sorpresa, al ver quién había abierto la puerta. Era una mujer robusta, con múltiples tatuajes en su rostro que le hacían asemejarse a un gato. Sus ojos eran de un color amarillento y tenían la misma forma que los de un felino, al igual que su boca. Y como toque final para su apariencia de mujer gato, tenía unos grandes bigotes.
—Priscila, cuanto tiempo sin verte —su voz era como un ronroneo —espero no estés metida en problemas, pero viendo que estas acompañada de Vulturis, no estoy tan segura de eso.
—Ahora trabajo con ellos —Bastet desvío su atención de los Vulturis a Priscila —comida, un techo... acción, fue suficiente para convencerme.
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Pysches I: El Frío en La Sangre / Alec Vulturi. [TERMINADA]
RandomPriscila, vive una vida normal, pero ella no es normal. Se ve obligada a despertar sus demonios, al caer en las garras de los Vulturis. Su vida da un giro al enterarse que esta encadenada a uno de los miembros de la guardia Vulturi, Alec, un sádico...