Riley iba a la cabeza dirigiendo el ejercito de neófitos. Se detuvieron al pisar el muelle, fijando su vista en el mar delante de ellos.
Bree estaba confundida. No veía a Diego por ningún lado, pero al preguntarle a Riley sobre el paradero de su novio, este le dijo que se había adelantado. No le creía.
Riley miró sobre su hombro, sabía que en algún lugar entre las sombras, Victoria y los vulturis los observaban. Saltó al agua, seguido de los demás vampiros, sólo esperaba que en el ultimo minuto Victoria decidiera acompañarlos.
Los Vulturis y Victoria, se acercaron hasta la orilla del muelle una vez que el ejercito de neófitos se alejó nadando.
—Es hora de irnos —habló Victoria.
—Nosotros no iremos contigo —Jane la miraba con burla.
—¡Que! —Victoria los miraba incrédula.
—Priscila no ha comido nada desde ayer, primero iremos a que coma algo —una pequeña sonrisa se formó en el rostro de Jane —partiremos después de que se alimente, pero tú, ya tienes que irte.
La mandíbula de Victoria se tensó. Soltó un gruñido antes de saltar al agua. Paso de ser la jugadora de su juego, a una pieza más en el tablero.
—¿Enserio voy a comer algo? —preguntó Priscila sorprendida.
Lo único que tenia en su estomago, eran las dos manzanas que Alec le había dado. Y tenía mucha hambre.
—No —contestó secamente —no me importa si mueres de hambre, nos harías un favor. Esperaremos unos minutos antes de partir.
Priscila se sentó cruzándose de brazos y piernas, ya sabía que no hablaba enserio.
Alec sacó del interior de su capa una barra energética, se la entregó a Priscila, quien la tomó gustosa comenzando a comerla de inmediato.
—Cambiaste el fruto prohibido, por chocolate y calorías —saboreaba el dulce en sus papilas gustativas —sigue haciendo esas cosas, y pensaré que te preocupas por mi.
—Tal vez te esta cortejando —bromeó Demetri.
Alec tensó la mandíbula y dijo:
—¡Silencio! Los gruñidos de su estomago me sacaban de quicio, y mucho más ahora, sus parloteos.
—Esta bien, tranquilo —Priscila levantó las manos —¡cielos! Ustedes no tienen sentido del humor.
—Con el tiempo vas a acostumbrarte —Demetri palmeo su cabeza.
Alec los fulminó con la mirada, no le agradaba la cercanía de esos dos. Sólo deseaba que esa misión terminara pronto. Soltó un bajo gruñido, no entendía que era lo que le estaba pasando. Se sentía enojado, amenazado... Y algo ¿triste?.
¿Que me esta pasando? Pensó.
Aquellos dos no paraban de hablar. Dio unos pasos al frente, colocándose en medio de Priscila y Demetri.
Jane fruncio el ceño al ver que su hermano se había apartado de su lado.
—Es hora de irnos.
En un punto del viaje, Priscila bajó de la espalda de Félix, pues comenzaron a caminar a velocidad humana por el bosque.
Priscila caminaba detrás de los vampiros, y tendría que permanecer ahí a no ser que algo pasara. Ella era un secreto que los Vulturis querían mantener, por el momento.
Entraron a un claro, y continuaron avanzando hasta colocarse delante de los vampiros con ojos dorados.
Al ver la suciedad en sus rostros y ropas, se notaba que había sido una dura pelea, la cual habían ganado. Eso preocupaba a Priscila.
ESTÁS LEYENDO
Pysches I: El Frío en La Sangre / Alec Vulturi. [TERMINADA]
RandomPriscila, vive una vida normal, pero ella no es normal. Se ve obligada a despertar sus demonios, al caer en las garras de los Vulturis. Su vida da un giro al enterarse que esta encadenada a uno de los miembros de la guardia Vulturi, Alec, un sádico...