Los tres ancianos, y los miembros de la guardia presentes, miraban extrañados el comportamiento de Alec. Si bien, sabían que Alec tenía una actitud diferente con Priscila, nunca antes lo habían visto con sus propios ojos (hasta ese momento). Alec estaba preocupado, esta vez no hizo el intento de ocultar sus sentimientos, a pesar de que muchos lo estaban viendo.
Una fugaz sonrisa apareció en el rostro de Marcus, se alegraba que el muchacho ya no negara sus nuevos sentimientos. Los aceptaba. Si bien, aún no lo hacía del todo, poco a poco estaba prosperando.
Alec cargó a Priscila, estrechándola contra su pecho. Miró expectante a Aro, esperando por su consentimiento. Al verlo asentir levemente, se encaminó para salir de la sala.
—¿Que crees que estas haciendo? —Jane lo tomó del hombro girándolo con brusquedad.
Alec, tuvo que sostener fuertemente a Priscila para evitar que cayese al suelo. Indignado por el comportamiento de su hermana, soltó un gruñido que la estremeció por completo.
—Eres la mayor de los dos, actúa como tal.
En ese momento, veía a Jane como una amenaza para su compañera.
—Por una vez en tu vida ¡deja de ser tan inmadura!
Jane retrocedió sorprendida, las palabras de Alec habían sido como una bofetada para ella.
Cuando Alec salió de la sala, las miradas cayeron en Jane. Su hermano nunca antes la había tratado así.
—Jane —la llamó Aro.
Nunca antes se había sentido tan humillada. La habían humillado delante de todos, y peor aún, su propia sangre lo había hecho. Se sentía traicionada.
—Quiero estar sola —dicho eso, salió de la sala.
Un silenció sepulcral se formó, intentaban procesar aquella situación. Habían sido demasiadas emociones por un día.
Jane estaba indignada por el comportamiento de su hermano, ¿porque preocuparse por ese saco de sangre?. Todos se sorprendieron cuando Alec le grito a Jane, era la primera vez que lo hacía.
Solían salir todas las noches, pero desde que había llegado Priscila, dejaron de hacerlo. Alec prefería quedarse en su habitación, para cuidar a Priscila por si tenia una pesadilla.
Jane se sentía traicionada. Veía a Priscila como una amenaza. Alec era su hermano, y toda su vida la había pasado con él. Tenia miedo que la remplazara.Alec estaba sentado en el borde de la cama. Tenia un cuenco de agua sobre las piernas con el que de vez en cuando mojaba el trapo, para limpiar el rostro de la chica. Ella sudaba y balbuceaba palabras que no podía entender. Puso su mano en la frente de Priscila y fruncio el ceño, no entendía que era lo que le pasaba a la chica. Acarició el cuello de Priscila, dándose cuenta que ya no estaba roto. La regeneración de la chica era rápida. Coloco nuevamente la mano sobre su frente, era tan extraño, si la regeneración de Priscila era tan rápida; entonces, ¿porque tenia fiebre?
«Ella ya viene»
«Ella ya viene»
»Ella ya viene>»—Él ya viene —esa voz, era tan dulce. Rue.
Se levanto de donde estaba. Su cuerpo estaba perlado de sudor, hacía demasiado calor, y pronto pudo descubrir porque. Todo estaba en llamas.
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Pysches I: El Frío en La Sangre / Alec Vulturi. [TERMINADA]
AcakPriscila, vive una vida normal, pero ella no es normal. Se ve obligada a despertar sus demonios, al caer en las garras de los Vulturis. Su vida da un giro al enterarse que esta encadenada a uno de los miembros de la guardia Vulturi, Alec, un sádico...