La Vendetta de Selene / capitulo 27

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Todos estaban en sus respectivas posiciones, totalmente estáticos hasta el punto de parecer estatuas. El único sonido en la sala, era el constante tamborileo del pie de Priscila.

Félix, Demetri, Chelsea, Renata, Jane, Alec y Priscila, toda la guardia principal reunida. Sólo en los casos mas importantes y secretos, Aro solía llamarlos sólo a ellos, tal y como lo había hecho en esa ocasión.

Priscila estaba cansada, nadie hacía ningún sonido o movimiento, y eso la desesperaba. Abrió la boca dispuesta a entablar alguna conversación, pero antes de poder hablar, los vampiros cambiaron sus posiciones estáticas a unas de ataque.

Las puertas se abrieron bruscamente, dejando a la vista un pasillo vacío, pero podían escuchar el sonido de unas pisadas acercándose. Algo que inquietaba a los vampiros, era que no podían oler a aquellos seres. Las pisadas eran cada vez mas cercanas, hasta que por fin, pudieron divisar tres siluetas acercarse.

—¿Porque tardaron tanto? —Preguntó Caius con brusquedad a los recién llegados.

Todo quedo en silencio. Los dos guardianes parecían temblar de miedo, al parecer Caius era atemorizante, o tal vez, la verdadera razón de su miedo, era la mujer que se escondía en sus espaldas.

—Selene, cuanto tiempo sin vernos —Aro le hablaba como si fuera una vieja amiga —¿cuando fue la última vez que nos vimos?

Con pasos elegantes, salió de las espaldas de sus escoltas. Se sorprendieron al ver el físico que tenia, no era como la recordaban. Su cabello rubio y sedoso, paso a ser uno negro y descuidado, tenia la piel grisácea con algunas grietas negras; por su aspecto, parecía como si se hubiese pasado de la luz, a la oscuridad. Irónicamente, así había sido.

—La ultima vez que nos vimos, estaban quemando mis castillos —su voz destilaba ira, pero también tristeza.

—Como olvidarlo —habló alegremente Aro —recuerdo haber desmembrado a tu hermano, al igual que a ti. Ahora que recuerdo bien, tu cuerpo fue el único que no incineramos.

Algunos de la guardia, soltaron pequeñas risas, lo cual sólo aumentó el enojo de Selene. Apretó los puños intentando reprimir sus emociones, sólo esperaba poder quitarles las sonrisas de la cara.

—Tan confiado como siempre, Aro —gruñó Selene —¿como sabes que no soy peligrosa?

—Eras peligrosa junto a Andriev, pero él ya no esta. Además, antes no eras rival para nosotros, y mucho menos ahora

—Eres insignificante, una vampira débil —se burló Caius.

—Pero aún así, con gusto te recibiríamos en nuestras filas.

—Es algo irónico viniendo de un vampiro sin poderes como tú, Caius —habló Selene ignorando a Aro —dudo mucho que estar enojado todo el tiempo sea un don.

Priscila reprimió una carcajada, aumentando la ira de Caius. Tenso la mandíbula y miró fulminante a la latina, pero su mirada volvió a posarse en Selene.

—¡Como te atreves a hablarme así en mi casa! —se levantó bruscamente de la silla —¡podría matarte ahora mismo con mis manos! eres una...

—Ya veo que no toman en serio mi presencia —la tranquilidad que Selene había tomado, era inquietante —tal vez, podría hacerles una demostración... de mis nuevos poderes.

Selene, miró fijamente a los dos vampiros que le habían escoltado. Flanquearon al tener la mirada de la vampira sobre ellos.

—¡Corran! —gritó uno de ellos.

Se sobresaltaron e inquietaron, algo no andaba bien.

Ambos vampiros trataron de correr a la salida. Antes de siquiera tocar la puerta, una espesa neblina negra los alcanzó, desintegrandolos por completo.

Pysches I: El Frío en La Sangre / Alec Vulturi.  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora