sabor agridulce / capitulo 12

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(Editado)

Priscila pensaba que Florencia era un lugar hermoso, y lo era, pero no del todo. El lugar en donde estaban parecía estar abandonado, y al ser de noche, su aspecto era aún mas atemorizante.

Tragó saliva al ver el edificio en el que tendrían que entrar, nunca le habían gustado los lugares oscuros, y ese edificio no tenía nada mas que oscuridad.

-Trabajo es trabajo -murmuró intentando darse valentía.

-¿Que estas haciendo? -Alec miraba como Priscila se terminaba de atar el cabello en una coleta alta.

-¿Que no es obvio? -dijo mientras arremangaba sus mangas -me gusta estar cómoda cuando peleo.

-Tu te quedas aquí, no serías más que un estorbo. Yo puedo ver en la oscuridad, tú no.

Priscila retrocedió sorprendida ante las palabras del castaño. Sin duda alguna, esa había sido una patada a su orgullo.

Alce comenzó a avanzar, no sin antes fulminarla con la mirada.
Priscila sacudió su cabeza y apretó los puños, no dejaría que la tacharan por débil. Corrió para rebasar al castaño.

-Apuesto que puedo matar más neófitos que tú -miraba con burla al castaño mientras trotaba de reversa.

-Esto no es un juego -gruñó Alec.

-Para mi si, y voy a ganarte -una fuerte brisa paso a su lado haciendo que casi perdiera el equilibrio.

Un estruendoso sonido, la hizo girarse en dirección al edificio, Alec había derribado la puerta de una patada. Priscila soltó una risita, era muy fácil hacer que Alec perdiese los estribos.

-Esto será divertido.

Transformó su brazo derecho en una gran hacha, y corrió hasta adentrarse en el edificio.

...

-Esto fue aburrido -puchereo Priscila mirando la pila de cuerpos arder -es más divertido matar a alguien que se defiende, que a alguien que esta paralizado.

Alec no contesto, simplemente se encogió de hombros. Para él, era mas divertido usar su don, le gustaba ver como se petrificaban con su neblina. Podría matar a todo un ejército sin la necesidad de hacer un esfuerzo.

-Tienes hambre -miraba ceñudo el estómago de Priscila.

-No.

Su estomago soltó un sonoro gruñido. Rápidamente esquivó la mirada del castaño ocultando su sonrojo.

-Tal vez tenga un poco de hambre.

Alec rodó los ojos. Priscila siguió los pasos de Alec para salir del edificio, pero este al bajar todos los escalones, se detuvo abruptamente haciéndola chocar contra su espalda.

-Te dejaré en casa de Bastet para que comas algo -Alec hizo un ademán indicándole que subiera a su espalda.

-Y tú, ¿no buscarás a que encajarle los dientes? -preguntó mientras se aferraba a la espalda del castaño.

-No podré hacerlo contigo presente.

-Me vas a ser infiel -dijo fingiendo indignación -irás en busca de otras chicas a mis espaldas.

-¿eso importa?

-Sí -afirmó -no quiero que haya infiledidades en nuestra relación.

-No tenemos ninguna relación -sentenció Alec.

-Pues alguien más ya escogió por nosotros.

Alec no contestó, comenzó a correr en dirección a la casa de la mujer gato. Sólo demoraron unos cuantos minutos para volver a estar en el jardín de la casa de piedra.

Pysches I: El Frío en La Sangre / Alec Vulturi.  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora