Priscila cayó de espaldas al suelo, y al igual que Alice, primero observo si su compañero se encontrara bien. Se levantó del suelo y al pasar delante de Aro se detuvo.
Aro no necesitaba que Priscila hablara para entenderla, su mirada decía una sola cosa «Porfavor»
Caius miraba fascinado a Priscila, quien nuevamente estaba custodiando a las esposas. Habían cometido el error de dejar pelear a Priscila en ultimo minuto, pero si la chica se encargaba de matar a Bella y el vampiro que había hecho temblar el suelo, tendrían la batalla asegurada.
-El futuro de todos nosotros esta en tus manos, Aro -espetó Alice encarando a Aro.
-En ese caso, sera mejor que comencemos a votar -habló Aro arrastrando las palabras.
La mayoría ya sabía cuales serían los votos de Caius y Marcus, eso dejaba el destino de todos en manos de Aro.
-Mi voto es ¡Sí! -alzó la voz Caius para que todos lo escucharan -la niña sigue siendo una gran amenaza.
Marcus alzó los ojos al escuchar a Caius, sólo esperaba que Aro tuviera un poco mas de cabeza.
-No veo un peligro tan inmediato. La chica es bastante segura por ahora. Siempre podemos evaluarla otra vez mas adelante, no tenemos porque tentar a la muerte. Mi voto es no.
Tal y como lo esperaban, el destino de todos estaba en las manos de Aro. Antes de que pudiera dar a conocer su voto, el progenitor de la niña dijo:
-Tal vez estamos ignorando algo, tal vez falta una pieza para terminar de armar este rompecabezas.
-¿A que te refieres Edward? -preguntó Aro extrañado.
-Si podemos demostrarte, que se mantendrá oculta de los humanos ¿podremos irnos en paz?
-Por supuesto ¿pero como piensan hacerlo? -cuestionó Caius.
-Ya te lo dirán.
Las palabras de Edwad quedaron en el aire, pero fueron remplazadas al escuchar el sonido de unos cascabeles. Dos figuras se adentraban captando todas las miradas, un hombre y una mujer, con vestimentas extrañas y piel morena. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, escucharon el extraño corazón del hombre.
-Estuve buscando mis propios testigos en las tribus ticunas de Brasil -Alice se giró hacia los tres vampiros.
-Hay suficientes testigos -gruñó Caius.
-Déjala hablar -pidió bruscamente Aro
-Yo soy mitad humano, mitad vampiro, como la niña -habló el moreno -Un vampiro sedujo a mi madre, quien murió al darme a luz. Mi tía Huilen, fue la que me crió, yo la hice inmortal.
-¿Cuantos años tienes? -se notaba algo de desespero en Isabella.
-Ciento cincuenta años -de algún modo, su repuesta pareció calmarla.
-¿Y tu dieta? -preguntó Aro.
-Sangre, comida humana, puedo vivir de ambas.
-Estos niños, son como nosotros -agregó Marcus.
Caius comenzaba a molestarse, tenían la oportunidad de destruir a su más grande amenaza, y no dejaría que se arruinara. Aún había más razones para atacar.
-No es la única norma que han roto, los Cullen son amigos de los lobos -dijo mirando a Aro, esperando que ambos aún siguieran de pie ante la idea de acabar con los Cullen.
-Queridos mios, aquí no hay peligro alguno. Mi voto es no - soltó Aro con pesar -no habrá pelea, hoy.
Caius estaba sorprendido por tal decisión de Aro, y no era el único, todos en la guardia lo estaban.
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Pysches I: El Frío en La Sangre / Alec Vulturi. [TERMINADA]
RandomPriscila, vive una vida normal, pero ella no es normal. Se ve obligada a despertar sus demonios, al caer en las garras de los Vulturis. Su vida da un giro al enterarse que esta encadenada a uno de los miembros de la guardia Vulturi, Alec, un sádico...