Pysches I: El Frío en La Sangre / Alec Vulturi. [TERMINADA]

La redimición de Irina / capitulo 23

Había pasado por miles de misiones, y cada una de ellas mas difícil que la anterior. Enseñarle a leer a Priscila, superaba por mucho a las demás.

Su cabello estaba alborotado. Las veces que había pasado su mano entre sus cabellos, superaban las palabras que Priscila lograba leer.

—¿No podías escoger algo más fácil?

Alec la miró horrorizado.

—Este libro es de Preescolar.

Priscila le arrebató el libro de las manos. Uno de sus dedos de transformo en la punta de una daga roja.

—Ups —cortó el libro por la mitad.

Alec alzó los ojos.

—Tengo más libros como esos. Creí que querías aprender a leer.

—Ya no quiero, ¡me niego! Se leer muy bien en maya, me conformó con eso.

—Pues, si aprendieras la escritura moderna, lograría leer toda la información acerca de tus ancestros.

—La escritura moderna es difícil.

—Solo tienes que poner de tu parte, no es tan difícil.

La chica se encogió de hombros y se levantó de la cama.

—No entiendo tu esmero para que aprenda a leer —Priscila se dejó caer exhausta entre los libros.

—Leer te puede ayudar en muchas cosas —contestó Alec

—¿A si? ¿Como en que? —le retó Priscila.

—Te ayuda a pensar, alivia el estrés, mejora tu memoria, te hace mas inteligente...

—Pero eso no te ayuda a ganar combates —interrumpió —mañana es la pelea, y no he visto a nadie entrenando.

—No es necesario —soltó arrogantemente —conmigo y Jane, será más que suficiente. También estas tú. Será una pelea muy sencilla.

—Aun así estoy preocupada —confesó.

—He hablado con Aro, esta vez dejaremos a más sobrevivientes —Alec miraba como la chica hojeaba unos libros y luego los dejaba de lado —los nahuales estarán incluidos, sería bueno tenerlos de nuestro lado.

—No entiendo la obsesión de Aro por el poder.

—No es el poder lo que importa, es el miedo —el comentario de Alec, había captado la atención de Priscila —los demás clanes, no nos respetarían si no nos temieran, por eso le interesa el poder. Mientras mas temor nos tengan, es mas fácil imponer las reglas.

Priscila suspiro, el cambio repentino de conversación le había hecho olvidar lo que en verdad le preocupaba, él. Se levanto del suelo y se sentó junto a Alec. Recobrando las viejas costumbres, recargó la cabeza sobre su hombro. Restregó su mejilla, disfrutando de la suavidad del abrigo de Alec. Pensó: