Querido lector fantasma:
Por favor vota o comenta este capitulo para saber que la historia fue de tu agrado.El lazo que los unía se retorció y tensó dolorosamente, algo no andaba bien, y el lo sabía perfectamente. Llevó su mano a donde antes solía latir su corazón, pues aquel lugar no dejaba de dolerle hasta tal punto de querer arrancárselo del pecho. A pesar de que no necesitaba respirar, tomó una gran bocanada de aire.
-¿Que tienes? -Jane dejó de lado su libro al notar el comportamiento extraño de su hermano.
El estruendoso sonido de una silla y un libro impactando el suelo, quedo opacado por el sonido de la puerta abriéndose y cerrándose bruscamente.
Existe algo llamado ley de la gravedad, donde una fuerza descomunal te atrae fuertemente a un punto desconocido. Comienzas a correr, sin saber porque lo haces o a donde te diriges, pero no paras, ¡corres mas fuerte! Tu cuerpo se mueve por si solo, y no tienes control sobre el, pues no es tu cerebro quien le ordena a tus pies que se muevan, es tu corazón quien lo hace; pero nada importa, lo único que quieres es llegar a tu destino. Y después de la caminata mas larga de tu vida, llegas. Todo tiene sentido y a la vez carece de lógica, pero todo encaja perfectamente. Por unos momentos te quedas en blanco, intentando procesar lo que ha pasado. Después reaccionas.
Alec no se molesto en tocar la puerta, simplemente la empujó con fuerza, ocasionando que cayera al suelo. La casa se inundó en un sepulcral silencio, incluso los gatos habían dejado de maullar ante la inesperada visita.
Agudizó sus sentidos mirando cada rincón de la habitación, y nada. Había llegado tarde.
-Que grata sorpresa, Alec -Bastet tenia la mirada clavada en el fuego de la chimenea -¿porque estas aquí?
-Eso ya lo sabes.
-Hay personas que son importantes en tu vida -dejó caer al fuego lo que tenia entre las manos -pero no forman parte de ella.
Alec retrocedió unos pasos, ya no tenia nada que hacer ahí; pero antes de irse, miró el fuego de la chimenea que tanto miraba Bastet. Entonces, su mirada se quedó clavada ahí, donde una hoja de papel era consumida por las llamas. Tal vez se estaba volviendo loco, pues el fuego parecía burlarse de él y no parar de repetirle:
Has perdido.
Con el paso de los días, el dolor en su pecho cada vez se hacía más insoportable, nunca antes se había sentido tan vacío. Actuaba con indiferencia ante todo, y eso alarmaba a Aro, sabia que sólo era cuestión de tiempo para que el chico comenzará a tener ideas suicidas.
Alec tenia una sensación constante de estarse ahogando, sentía que en cualquier momento iba a enloquecer. Deseaba que el dolor en su pecho desapareciera, pero dicen que debes tener cuidado con lo que deseas, pues un día, el dolor simplemente se detuvo. El lazo que tenia con Priscila ya no dolía, porque ya no había lazo. No sabia que era peor, si sentir dolor, o no sentir nada.
Jane se alegró cuando se fue Priscila, pero su alegría no duro mucho, prefería tenerla devuelta, a tener que ver a su hermano sufriendo. Salía con Demetri para buscar a Priscila, pero este no encontraba rastro alguno, era como si ya no existiera.
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Pysches I: El Frío en La Sangre / Alec Vulturi. [TERMINADA]
RandomPriscila, vive una vida normal, pero ella no es normal. Se ve obligada a despertar sus demonios, al caer en las garras de los Vulturis. Su vida da un giro al enterarse que esta encadenada a uno de los miembros de la guardia Vulturi, Alec, un sádico...