Todas la decisiones traen inseguridades / capítulo 21

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-¿Que tal te ha hido en el trabajo? -Bianca, lavaba los platos que habían ocupado anteriormente.

-Sólo mira su cara -Gianna masajeaba los hombros de Priscila -convertirte oficialmente en un miembro de alto rango, no debe ser fácil.

-No es eso, o no del todo -Priscila tenia los ojos cerrados, las manos de Gianna eran mágicas -no he podido dormir bien en los últimos días, semanas... meses.

-Lo sabemos -afirmó Gianna -puede que no te salgan ojeras, pero tu cara de cansancio te delata.

-Es mi cara de cansancio y agonía.

-Creí que estabas feliz por unirte a la guardia, dijiste que así comenzarían a respetarte -dijo Bianca mientras tomaba asiento delante de la castaña.

-Y lo logre -afirmó Priscila -me temen tanto que me respetan.

-Saber que tienes al diablo por dentro, debe ser aterrador, para ellos.

-¡Gianna! -regañó.

-Tiene razón, Bianca -suspiró -los moustros, me ven como un moustro. Al menos ustedes no lo hacen.

-Y nunca te veremos así -Bianca tomó suavemente la mano de Priscila -si fueras un moustro, no me hubieras ayudado cuando Aro casi me mata por tener mala ortografía.

-Pero no entiendo porque te molesta que te teman -soltó de repente Gianna.

-Eso no es lo que me molesta -confesó -me molesta que no puedo encajar en ningún lugar. Al parecer, ser la jaula de un dios, no es algo muy normal en el mundo vampiro.

-Normal nunca a sido un concepto que va contigo -dijo Bianca con suavidad.

-¿Y se supone que eso debería hacerme sentir bien? -preguntó Priscila conteniendo una carcajada sarcástica.

-Lo normal es aburrido -agregó.

-Tienes razón, yo no soy aburrida -dijo mientras se levantaba -me gusto pasar tiempo con ustedes, pero tengo que irme. Aro, a estado como loco desde que el clan olímpico tiene una nueva integrante; y Caius, me odia después de haberte defendido.

-Lo siento -Bianca se encogió en su asiento.

-Siempre que recordamos eso te disculpas, ya te dije que no tienes que hacerlo -Priscila dio unos pasos para salir de la cocina -era lo mínimo que podía hacer para la persona que me da de comer.

Priscila, camino a pasos lentos a la gran sala. Después de haber hecho varias veces el recorrido de la cocina hasta la sala, había memorizado el camino. Al principio se perdía y alguien tenía que ir a buscarla, pero con el paso del tiempo, ya no fue necesario. Podría recorrer el castillo de noche sin perderse.

Pensó que después de que Aro la integrara formalmente a la guardia, las cosas cambiarían; comenzaría a hacer misiones y no solo estaría encerrada como normalmente lo hacía. Se equivoco. Priscila, sólo podía estar presente en los juzgados, y, usar sus poderes cuando se tenia que asesinar a alguien. Se había convertido en el verdugo, eso le gustaba, pero no le permitían ni salir al jardín del castillo.

Los rumores corrieron rápido, y los clanes no tardaron en enterarse que, la nueva integrante de los Vulturis, era una mujer y humana. No entendían porque los Vulturis se interesaron en una humana; no sabían que clase de poderes tenia (o si los tenia). De algo estaban seguros, tenían que preocuparse. Los Vulturis, sólo integraban seres poderosos en sus filas.

-Es una linda puerta ¿verdad? -Demetri había aparecido de la nada colocándose a un lado de Priscila -te le quedaras viendo mas tiempo, o vas a entrar.

Pysches I: El Frío en La Sangre / Alec Vulturi.  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora