6.

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El alfa abrió la puerta, escuchando los sollozos del omega. Su corazón pateó con fuerza porque en toda esa semana siempre había visto a YoonGi de otra forma, y aunque fuese tan poco tiempo y cualquiera pensara que no era normal, él sabía bien que ese omega no lloraba a diario. No supo si entrar o dejarle su lugar, así que se atrevió a adentrarse a la habitación que estaba en tonos naranjas, ya rozando la noche. Eran las seis.

Se acercó con cuidado, viendo su cuerpo estremecerse. Se sentó entonces a su lado, en silencio, porque no sabía qué decirle. No lo conocía demasiado. Los días pasaban rápido por su trabajo, pero casi siempre ninguno de los dos hablaba algo, no se decían nada más que estupideces. Quizás, pensó, que era momento de intentar hacerle saber que ahora no estaba solo. Que no era necesario que se escondiera para llorar, porque JeongGuk lo iba a apoyar en todo momento. A pesar de la impresión que tuvo de él al principio, le cayó bastante bien porque YoonGi no estaba molesto con él por un compromiso que seguro no quiso nunca.

Era bueno con él, a su manera, pero eso le dejaba saber que este no lo odiaba. Tragó con fuerza, sintiendo el sudor bajar por su espalda. YoonGi seguía llorando, ahora más bajo, como si le doliera hacerlo a su lado, como si no se atreviera porque siempre le habían recriminado por ello como si fuera algo por lo cual avergonzarse. Le observó triste, tomando su mano con nervios a saber cuál sería su reacción. Su mano, un poco más grande que la suya, pálida y fría. YoonGi la apretó como respuesta.

—La odio —gruñó entre dientes. Jeon pudo ser capaz de ver su rostro arrugado por las emociones que sentía. Vio sus ojos rasgados brillantes por las lágrimas. Su mano se apretó hasta el punto que sus pequeñas uñas se empezaron a enterrar en su piel y JeongGuk se puso pálido del dolor—. La odio tanto que voy a matarla.

—Y-ya, no le hagas caso —intentó tranquilizarlo pero el omega seguía apretando cada vez más fuerte y el alfa soltó un chillido. El otro pareció salir de su odio, observándolo. Entonces la fuerza en su mano descendió de inmediato.

—Ya, lo siento —susurró, acariciando ahora la misma. Luego se calmó, notándose más afectado. Le observó, sus pestañas estaban divididas, mojadas al igual que sus mejillas y nariz roja—. Es que... siempre que la veo dice cosas de mi, duda y me tira, como si yo no valiera nada. Me duele, a pesar de todo. Pero la odio, la odio como nunca a nadie. Maldigo el día en que tuvo sexo con ese idiota y pensé que era el mejor momento para vivir en esta miseria, en serio.

—E-eres mi esposo, no digas esas cosas.

YoonGi se levantó, respirando fuerte y le miró por encima del hombro.

—Sí, soy tu esposo, pero, ¿de qué me vale eso? Si no estuviéramos casados, ¿qué pensarías de mi? Dime, JeongGuk. Lo dices porque eres igual que yo y nada más, porque sino, estarías normal sin mi. ¡Seguro tú pudiste haber escogido a alguien a quien de verdad quisieras! No tendrías que estar atado a mi y-

JeongGuk se levantó, tomándolo de sus muñecas para mirarlo bien y con seriedad le mantuvo tranquilo, sin que dijera nada más. YoonGi apretó sus labios.

—Estás diciendo incoherencias —murmuró, apenado—. No me gusta que hagas eso, que pienses así de ti.

—Tú ni siquiera sabes cómo es que pienso de mi mismo como para hablarme de esa forma.

—Aún así, me desagrada por completo esta parte de ti donde te criticas —admitió, tomando ahora sus manos para mirarlo con una sonrisa mientras intentaba darles un poco de calor—. No me importa los problemas que tengas con tu familia ni cómo te expreses de ellos. Si ellos te ofenden, si te hacen sentir mal, es mi problema entonces cuidarte. Eres mi omega aunque no nos hayamos conocido antes, aunque no haya amor de por medio, si nos casamos fue para que todo vaya poco a poco. No es necesario nada ahora, ni en dos meses ni en tres años... Puedes fingir con todos allá afuera, con tu madre y tu padre, con los míos, con los amigos, pero... Aquí estamos solos tú y yo, aquí no necesitas venir acá para llorar ni decirme lo que sientes. Por favor, no lo hagas más y... confía en mi. Confía en que siempre me vas a encontrar y te daré una mano cuando lo necesites. Soy tu compañero.

Anormal [KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora