8.

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—¡Vamos a la playa!

JeongGuk abrió sus ojos con cansancio, observando al omega ya vestido y con una sonrisa que cubría todo su rostro. Aunque no estaban abiertas las cortinas, ya podía sentir el sol calentar todo su cuerpo y darle dolor de cabeza. YoonGi se acercó, tomando la almohada para darle en la cabeza repetidas veces. Estaba harto de ver cómo JeongGuk se dormía de nuevo.

—¡Vamos a la playa! Bajemos, tengo tanta hambre.

—Bien, bien, dame unos minutos.

—¡No! Ya te conozco, te vas a volver a dormir apenas decida irme unos segundos, andando.

JeongGuk se sentó entonces. No abrió sus ojos ya que estaban hinchados.

—¿Q-qué hora es?

—La hora en que te levantes y te compres un reloj. Son las diez de la mañana.

No pudo pelear porque era una hora decente como para salir a dar un paseo. Se salió de la cama como si fuera un muerto mientras recibía almohadazos del más pequeño, quien iba detrás suyo para asegurar que no se cayera en ningún momento. Se bañó casi dormido hasta que salió de su habitación bien vestido y perfumado. Llevaba su cartera en uno de los bolsillos del pantalón. YoonGi comía demasiado así que debía comprar mucha comida.

Este último iba con una sonrisa a su lado, en silencio.

—Vamos, vamos.

——No se nos va a ir la playa —susurró, bostezando. YoonGi le miró con molestia.

—Si tienes algún problema, me lo dices. ¿Estás molesto por lo de ayer?

JeongGuk abrió bien sus ojos al recordar aquello, negando con rapidez. El omega vio cómo su rostro se coloreaba y decidió no seguir metiéndose en eso. No era bueno.

—No.

—Oh, si tanto te molesto entonces debería dar un paseo yo solo y dejarte en paz —comentó cansado, metiéndose en el elevador. Jeon suspiró.

—No he dicho eso.

—No, lo digo yo —como no había nadie en el ascensor, las puertas se cerraron e indicó el primer piso, que es en donde estaba todo. Luego ambos se quedaron quietos en las esquinas, pero al no haber nadie, YoonGi decidió continuar—. Así como dices que eres mi alfa y que debes protegerme, soy tu omega y es normal que quiera complacerte.

—No eres mi trofeo —respondió el otro.

—Nunca me he cosificado. Sólo te estoy diciendo una verdad. Un alfa Anormal no toma las riendas, no busca el sexo, debo hacerlo yo si quiero, porque si es por ti, nunca tendré un demonio de esos. ¿Quieres que no sienta libido? Aunque la verdad es que casi nunca lo siento, pero si es por ti entonces no lo hago.

—No te estoy diciendo que no sientas el libido, es normal tener... eso.

—Pero me lo dices como si fuese un pecado.

—No me gusta hablar de esos temas —zanjó, sin querer hablar más. YoonGi entonces puso su mejor cara. Claro, no era que quisiera tener sexo. Al final de cuentas lo había dejado muy claro desde que supo que tenía un prometido. Él no lo tendría nada por el momento a menos que fuese para procrear, además de que su libido no era que estuviera por los cielos, no tenía ninguna urgencia aunque pareciera lo contrario. Lo que le molestaba era el hecho de que JeongGuk hiciera parecer el sexo como algo que no se debía hablar y que no haría. En fin, dejó esos pensamientos cuando las puertas se abrieron y tomó la delantera por par de pasos. Aunque claro, quien tenía dinero en tal caso era JeongGuk, y no él. En realidad, no había sido capaz de manejar los billetes por alguna vez en su vida. Su familia nunca lo había dejado.

Anormal [KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora