—Te dije que no es necesario —comentó por décima vez, hastiado. JeongGuk estaba delante suyo, buscando con su mirada prendas de ropa que le quedaran bien, sin hacerle caso. YoonGi le seguía desde atrás con una mueca de desdén, odiaba mantener en sus manos bolsas y bolsas llenas de ropa que hacían entumecer sus articulaciones. El castaño tomó un pantalón de cuero, volteándose donde se encontraba para ponerlo cerca de sus piernas, revisando si le quedaba. YoonGi bufó—. JeongGuk, vámonos ya.
—No, todavía no tienes suficiente ropa. Además, necesitamos los zapatos y esas cosas. Vamos a ir a cortarte todo ese cabello que tienes en malas condiciones y buscaremos luego algo de comer.
YoonGi quiso dejarse caer del cansancio cuando escuchó todo el plan que el menor tenía para ese día porque era terrible. Se habían despertado temprano a petición del alfa, quien le había movido con alegría antes de decirle que iban a salir y a eso de las nueve se habían ido del hotel para irse al centro comercial ya que según el menor, él no tenía ropa ninguna además de dos harapos en su casa. La mantendrían en bolsas hasta la llegada a su hogar para ponerla en el armario. Pero como tal, a él no le gustaba en nada esa idea porque le gastaba energía sin siquiera saberlo.
—JeongGuk, en serio, luego podemos hacer esto.
—¿Tienes entonces alguna idea de qué podríamos hacer hoy? Claro, además de ir a la playa como esa costumbre que tienes —informó, siguiendo con su vista lo que mejor le podría quedar al omega. Entonces tomó un abrigo marrón que parecía ser bastante bueno para tiempos de frío y lo dejó en el carro sin siquiera ver el precio.
YoonGi chasqueó la lengua, indignado.
—¿Tienes algún problema con mi costumbre de ir a la playa?
—No, claro que no —dijo rápido, algo nervioso pensando que había dicho algo malo por la cara del otro—. Pero hay cosas que podemos hacer y que no sean ir a la playa a sentarnos y tomarnos unas margaritas.
—Dime algo diferente tú si tanto quieres cambiar.
—¿Te gusta el golf?
—Es... lento —admitió luego de echarse par de segundos pensando sobre qué decirle sobre su propuesta—. Además, en ese deporte hay que pelear mucho con la naturaleza. El viento, si llueve, el calor. Hay pros, y hay contras. Prefiero no pensar mucho sobre eso.
—¿Los bolos?
—No, gracias. Fui hace años cuando era pequeño. De tanto que me enojé porque todos los bolos se iban por el caño, tiré uno y rompió un televisor. No me dejaron volver por lo que ha restado de mi vida. Todavía recuerdo la cara de enojo del dueño, y ha sido el único alfa regular que le he temido cuando me miró.
JeongGuk se giró, sorprendido. Le habían comentado que era normal que los Alfas regulares no lograran intimidar a ese tipo de omega (el que era su esposo) así que se sintió un tanto aliviado de que hubiese alguien que le pusiera los pelos de punta porque a diferencia del pálido, él siempre se asustaba de todo. Así no se sentía tan idiota.
—Deja ver... Creo que leí que había un acuario cerca —titubeó, mirándolo—. ¿Te gustaría o prefieres ir al cine?
—Nunca he ido a un acuario, creo que está bien —sonrió de la nada al mirarle, haciendo que las mejillas de JeongGuk tomaran color. Su mirada se apartó con brusquedad, sintiendo que de repente su corazón apretaba las costillas y los pulmones. YoonGi dejó de sonreír y se extrañó al ver que el alfa apretaba su mano contra su pecho—. ¿JeongGuk? ¿Estás bien? ¿Te duele algo?
Este le observó, para segundos luego negar con una sonrisa nerviosa. Con rapidez empezó a caminar para cualquier lado, provocando que el omega con fastidio tuviese que seguirlo. Se mantuvieron otra hora en la misma tienda hasta que el carrito estuvo hasta por la mitad y se acercaron a la mujer que estaba en la caja. Esta se espantó un poco al ver toda la ropa, pero empezó a aceptarla cuando JeongGuk la ponía en montículos para pagar.
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Anormal [KookGi]
FanfictionFic publicado igualmente en Sweek. «YoonGi, hay que decir, tiene una actitud... que no es apropiada para un omega. Él nació diferente, todos lo sabían. Su padre arrugó la nariz la primera vez que el niño le gritó, su madre alzó su mano iracunda cont...