Sin embargo, se había equivocado en cuanto lo que había pensado que podría suceder al respecto a las decisiones que ambos habían tomado esa madrugada. Cuando YoonGi se había levantado, rondando a eso de las una de la tarde, bien era cierto que seguía teniendo las mismas actitudes con él, que hablaba igual de malo y le insultaba de una forma que no sabía sí debía tomárselo enserio o no. Claro no estaba esperando un cambio y sonrió al ver que seguía igual que siempre y que le dijo que no volvería a llamarlo como lo que era, un alfa, pero...
Pero había algo diferente, aunque no pudiese discernir lo que era, sí podía sentirlo allí, molestando cada vez que cruzaban miradas. No era nada que pudiese observarse a simple vista a pesar de todo, no era el temperamento, ni su carácter, ni la personalidad, nada de ello. Sólo que...
YoonGi parecía un... ¿un qué?, ah, un cachorro. ¡Sí, sonaba algo bien loco! Pero no se refería a la ternura de un animal así, o bueno, quizás un poco, no era que YoonGi fuese por completo alguien adorable, pero tampoco podía negarlo, ¡bien lo era!, sí, sí, ¡volviendo a la actitud de su esposo que estaba tan extraña esos días! No era que su comportamiento fuese como un animal, sino que lo sentía más...
Más abierto. Como si estuviese esperando algo cada vez que hablaba con él. Muchas veces antes de dormir se le quedaba mirando, pero cuando preguntaba sí sucedía algo, temeroso por una pelea, porque con su esposo no se podía saber nada ni predecir la conducta, el otro negaba y se acostaba a dormir como si no le hubiese echado el ojo como criminal a su víctima. Entonces, siempre le miraba con esas orbes, como si le pidiera algo a cambio, por lo que el corazón de JeongGuk se aceleraba, el miedo estaba allí, presente, porque no, ¡no sabía que era para sus lamentos!
Miró a YoonGi. Había regresado cansado del trabajo, y allí estaba el omega esperándolo, con seguro la comida hecha y con la ducha lista para que la usara. Le miró como tantas veces, dejándole entrar. Dudoso lo hizo, sintiendo sus hombros tensos. El sol se estaba poniendo, de colores naranjas y rosas. Por fin estaba en su casa, se dijo con una gran sonrisa, porque no había algo que le hiciera más feliz que regresar y estar con su lindo omega. Al girarse, el otro le empujó, haciéndole caer con fuerza al piso. Asustado con que hubiese hecho algo mal, y tuviese que disculparse también por algo que no tenía ni idea, abrió sus ojos, pero notó que el omega se le sentaba, con una mirada oscura.
—Venga, no me digas que no has podido notarlo —dijo con obviedad, tomándole de su corbata para acercarle a su rostro. JeongGuk ahí entró en verdadero pánico porque no tenía ni idea de lo que le estaba comunicando. ¡¿Qué podría ser capaz de querer YoonGi sin él saberlo?! ¿Era qué acaso le había estado enviando indirectas qué él no podía descifrar por lo tonto que era? Al no recibir respuesta alguna, YoonGi suspiró—. No, no te has dado cuenta.
Se asustó más de lo pensado.
—Y-YoonGi.
—Ah, no es nada, venga
El omega se levantó, ayudándole a hacer lo mismo. No sabía en serio, qué era lo que podía desear el otro. Pronto le envió a qué se fuese a bañar, y así lo hizo. Estando allí en el baño, y bajo el agua, tuvo que cerrar los ojos, obligar a su mente, y esperar a que algo apareciera y qué le brindara ayuda. Enojado, abrió los mismos para sentir que el champú se le entraba a su visión, entonces maldijo por lo bajo por el ardor que se estaba causando él mismo.
Después del ardor, pensó de nuevo. ¿Qué podría querer YoonGi?
Bien, había que dejar par de cosas claras. Principalmente, esos ojitos todos bellos y hermosos que parecían de víbora (claro, sin ser malinterpretado, las víboras a pesar de todo eran animales majestuosos, pero lo mejor era callarlo, YoonGi no se lo tomaría bien) habían estado mirándole de forma fija después de... de lo que habían tenido esa mañana donde sus manitos se habían ido por otros lares que le seguían avergonzando. Entonces, algo tuvo que haber pasado allí, como para que una semana después, todavía siguiera persiguiendo su figura.
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Anormal [KookGi]
FanfictionFic publicado igualmente en Sweek. «YoonGi, hay que decir, tiene una actitud... que no es apropiada para un omega. Él nació diferente, todos lo sabían. Su padre arrugó la nariz la primera vez que el niño le gritó, su madre alzó su mano iracunda cont...