36.

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JeongGuk abrió la puerta con una sonrisa que decayó progresivamente al no ver a su esposo esperándolo como acostumbraba. Algo extrañado dejó caer la maleta en el piso, cerrando el pedazo de aluminio que separaba el interior con el exterior. Por instinto alzó su nariz, olfateando. El olor a comida le parecía lejano, distante, por lo tanto supo bien que no había sido calentada hasta ese momento.

Con cuidado comenzó a caminar, echando serias ojeadas a los interiores del lugar. Observó la cocina, la sala, el cine en la parte de abajo, la salida a la piscina, la casa del vecino TaeHyung, por si acaso. Asimismo se dedicó a contemplar con advertencia el baño al subir, pero no, no se encontraba en ninguno de esos lugares. Inspeccionó poco después la entrada al gimnasio. Ahí tampoco se encontraba su cónyuge. Con el corazón revoloteando del mal gusto se fue entonces a su habitación, esperando encontrarlo ahí dentro.

Movió la manija, observando. YoonGi estaba sentado en la cama, de espaldas a la puerta. Con alivio JeongGuk relajó la tensión producida en sus hombros. El calor descendió por su frente en gruesas gotas que le hicieron detenerse al percatarse del agrio olor que inundaba cada espacio de la habitación matrimonial. Ahora, ¿qué había pasado como para que su omega se estuviera sintiendo mal? Sus piernas dudaron en moverse, porque el piso de pronto se iluminó con cientos de puntos rojos que indicaban que un mal paso, simplemente podría costarle mucho de ahí en adelante. Suave como un algodón se despojó de su saco, caminando lento y en silencio.

Se bajó hasta su lado, fijando sus orbes oscuras y enojadas al rostro de su compañero. YoonGi le miró, secando como podía sus lágrimas. Su lobo interior comenzó a gruñir ante la idea de que alguien le hubiese hecho algo en su ausencia. Alzó su mano, de igual forma muy nervioso, dejando que su tacto pudiera acariciar su helada mejilla.

-YoonGi, ¿qué ha ocurrido?

El omega se quedó en silencio, soltando un roto suspiro al transcurrir los segundos. Cerró sus ojos, apretando los mismos antes de abrir para verle.

-Nada, no... no ha pasado nada, JeongGuk. Tengo que calentar la comida, ve a bañarte.

YoonGi se levantó para irse del cuarto. Era obvio para cualquiera ver sus intenciones; sólo quería escaparse por un momento de su presencia. El alfa de inmediato le siguió, tomando su muñeca para detener sus pasos. El chico soltó un suave quejido, apartándose de inmediato mientras parecía acariciar aquella zona. No era idiota tampoco. El odio en su mirada se elevó a niveles estratosféricos y agarró su mano para apartar un poco de la abundante tela color grisácea que había llevado puesta su esposo. Se percató se inmediato al ver unas extrañas y feas marcas violáceas en su pálida piel. Con su otra mano siguió apartando tela, encontrándose con más de esas horribles marcas dibujadas en sus hermosas manos.

-¿Quién te lo hizo?

YoonGi no solía tenerle miedo a ningún alfa. Naturalmente su instinto le decía que debía pelear siempre por sus derechos y que no debía dejarse amedentrar siquiera por su asquerosa madre y su terrible padre, no obstante el sentimiento de terror que acogió su cuerpo cuando la delicada e inocente voz de JeongGuk cuestionó el nombre de quien le había realizado aquellas marcas fue tanto que se quedó más pálido de lo que ya era.

-Fue... fue un error -susurró, queriendo que dejara de mirarlas tanto. Sin embargo, eso no se pudo. JeongGuk apretó su mandíbula, dejando ver sus furibundos ojos repletos de una incontrolable ira. YoonGi se sintió pequeño a su lado, porque su omega se había ido aterrorizado de la situación-. No te preocupes. Tengo que calentar tu cena, déjame ir.

-¿Crees que soy imbécil? ¿Qué clase de error hiciste? -soltó en cólera, tomando su camisa desde la orilla para quitarla. Aunque el otro no quiso, el alfa lo realizó de todos modos, sin ver mucho. Su piel estaba impecable, el pecho, los hombros, su abdomen y espalda. Eran sus brazos los del problema-. Responde, ¿quién lo hizo?

-Tsk, si te lo digo, ¿me dejarás en paz?

-Sí -mintió. El omega asintió.

-Regresé a casa de esos diablos otra vez cuando te fuiste de trabajar -comentó, ignorando el rostro de su esposo, quien le había advertido que no lo quería ver por allí por si acaso-. Deseaba ver de nuevo a mis hermanos, pero justo hoy esos cabrones llegaron temprano de la casa de otros de mis hermanos y me vieron allí. Ya que dejé de ser como tal su hijo para simplemente ser tu esposo, ellos creyeron que estaba en búsqueda de mis hermanos y me acusaron de querer invadir territorio, por lo que tuve que combatir con el alfa por el sitio. Claro que iba perdiendo y eso fue lo que pasó finalmente... por eso las tengo así. Lloraba sólo porque... es fácil ver a los demás con papás normales, padres que no te tratan mal, padres que te quieren y que harían todo por ti. No como esas mierdas que decidieron tenerme.

JeongGuk dejó de mirar sus manos.

-No vuelvas a ese lugar.

-Tsk, no me mandas.

-Soy tu alfa -gruñó en signo de que no debía pelear en contra de eso. YoonGi apretó la mandíbula, enojado con que su omega se derritiera por dentro al saber que sí, había alguien que podía dominar al humano. Con cuidado cubrió sus brazos y muñecas, sonriendo al percatarse de que le había hecho caso y no había peleado. Con cariño agarró su rostro, dejando un beso en su boca-. Haré lo posible porque tus hermanos estén con nosotros, no te preocupes, no vayas, no quiero que te hagan algo peor.

Volvió a besar sus labios, suspirando. Se dio la vuelta para encaminarse al baño, y su omega, debido a que obviamente no lo veía, dejó de lado el hecho de que JeongGuk había sonreído de una forma en que no parecía ser la misma de siempre. YoonGi miró entre preocupado y molesto el interior de su habitación al darse cuenta que no la habían cerrado, y se enfocó, siendo precisos, en el piso, debajo de la cama, donde aquella caja estaba escondida y dentro suyo, un libro que había sido en realidad el causante de la pelea que se había en su anterior casa. Cerró su habitación, rogando porque JeongGuk no lo encontrara.

Hola gente, ¿todo bien?

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Hola gente, ¿todo bien?

Quería disculparme un tanto por haber dejado tirada esta historia. Hace poco que empecé el semestre universitario otra vez y de nuevo tengo los nervios de punta por estar procrastinando. Aunque no es motivo, pero bueno. Me falta un año y par de meses para terminarlo y siendo justos, he tenido otras historias con otros personajes en mente, así que no me he enfocado en el KookGi. El capítulo es cortito porque lo hice en par de minutos.

Sin embargo intentaré actualizar más a menudo. Por lo tanto, lo de JiMinxV no lo pondré ahora, sino cuando acabe la historia. Cuídense mucho.

Con amor, N.

Anormal [KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora