El hombre me toma desprevenida.
—Que niña tan tonta, te dije que es un área restringida —Parece muy molesto.
Me lleva de nuevo a la intersección donde ya todos han salido del baño y me suelta con brusquedad frente a mis compañeros, allí también está el guía. El hombre corpulento le dice algo en ruso que no entiendo pero me hago a la idea por su tono molesto, luego se va.
Continuamos con el recorrido, no presté mucha atención pensando en mi sueño y la relación que tiene con este lugar.
Al finalizar el tour nos dirigimos a la puerta principal y noto que los trabajadores también están organizando sus cosas para irse, ¡es mi oportunidad!
Me separo del grupo sin que nadie se dé cuenta y corro de vuelta al estacionamiento. Cuando llego al cine comienzo a ver los carteles de películas en la pared, no puedo asegurar que sean los mismos de mi sueño, pero ¿quién pondría carteles de películas en un cine que aún no está en funcionamiento?
—¿Por qué querías venir aquí? — Escucho una voz muy conocida y me vuelvo para identificar a su dueña.
Shelby está ahí parada mirando nuestro entorno, supongo que alguien sí se dio cuenta que me fui.
—¿Qué haces aquí?
—Eso mismo te pregunté yo.
—...¿El grupo sabe que estamos aquí? —Le pregunto porque no quiero más gente conmigo.
—Tal ves —Eso me sirve.
—Vuelve con ellos, y no les digas donde estoy —Respondo autoritariamente.
—Tengo una mejor idea...volvamos juntas.
No llegué hasta aquí para volver con las manos vacías, quiero respuestas.
—Queridos visitantes, se les informa que las puertas de este establecimiento ya han sido cerradas y las luces se apagarán en 70 segundos —Volví a escuchar el mismo altavoz con el mismo aviso de mi sueño, sorprendentemente lo decía en inglés.
—¿Ves? Ya debemos irnos —Shelby me sujeta la mano para arrastrarme hacia la puerta por la que llegamos, pero ella es la que acaba siendo arrastrada.
Hago un leve movimiento con la mano y ella termina bajo mi agarre. No podemos irnos por donde llegamos, podríamos meternos en problemas, decido tomar la misma vía por la que salí en mi sueño.
—Ven, conozco otra salida —En parte me gustaría seguir un rato más para averiguar otras cosas, pero debemos irnos.
Ambas corremos a la salida del estacionamiento mientras que la mujer en el altavoz continúa la cuenta regresiva y notamos que la puerta comienza a cerrarse.
—¡No! —Evitar gritar en esta situación no es una opción, estamos a punto de perder nuestra única salida. Aceleramos el paso pero no es suficiente...llegamos tarde. Ambas chocamos contra la puerta de metal.
—¡Abran, aún hay gente aquí dentro! —Comenzamos a hacer lo que una persona normal haría, pedir ayuda: golpear la puerta, gritar, insultar al que esté del otro lado, insultar a la puerta, son ejemplos bastante acertados de lo que hicimos, pero nadie llegó a rescatarnos.
Cuando al fin nos cansamos y llegamos a la conclusión de que nadie nos ayudaría, comenzamos a escuchar ruidos muy misteriosos. Shelby ya se estaba alarmando, así que encendí la linterna de mi teléfono, no tengo casi batería y la linterna consume mucha energía.
Shelby pasa por una pequeña faceta de negación, y sigue golpeando la puerta, yo prefiero usarla para recostarme en ella y aceptar mi destino.
En mi sueño, la fuerza misteriosa no me dejó salvar a Carlos y a su madre. A mi parecer, sobreviví porque estaba sola, nadie me estaba retrasando, Shelby es estúpida por seguirme aquí, si esto es igual a mi sueño, ambas moriremos por su culpa. Ahora yo estoy en la fase de culpar a todo el que tengo en frente.
Vuelvo a revisar mi teléfono y solo me queda 20% de batería.
—Estamos a punto de quedarnos a oscuras.
—¡¿Qué?¿Cómo puede ser?¿No lo cargaste en el hotel?! —Por sus preguntas noto que sabe que no tengo batería.
—Salimos a las 8 a.m. ¿Sabes qué hora es? ¡Las 6 p.m!
—Deberíamos buscar los circuitos, por lo general están en el sótano —Es la primera buena idea que tiene en su vida.
Yo le respondo con un asentimiento de cabeza y nos encaminamos en la búsqueda del panel de circuitos. Aún se escuchan los ruidos extraños que a cada minuto se parecen más a los de mi sueño. Vuelvo a revisar mi teléfono y solo le queda 10% de batería, no le digo a Shelby para no alarmarla y evitar sus gritos de desesperación.
Después de un rato de buscar sin conseguir nada, sólo me queda 2% de batería, pienso en buscar la puerta por la que llegamos, de ahí ya se por donde ir si nos quedamos sin luz, tal vez Shelby no quiera ir conmigo, pero sé que tampoco quiere quedarse sola, me aparto de ella sin decir nada y me sigue como un perro a su dueña.
—¿A dónde vamos? —Me quedo callada hasta que al fin veo la puerta, ahí mi teléfono se apaga y los ruidos se vuelven más fuertes. Tomo a Shelby de la mano y ambas corremos a la puerta de metal. Está cerrada.
—¡¿Ahora qué hacemos?!
—Resignarnos —Mi repuesta no sonó muy placentera pero sé que vamos a morir.
—¡¿Qué?!, no ¿De qué hablas? aún hay salida
—No, no hay salida, vamos a morir y no hay nada que podamos hacer al respecto, más que confesarnos.
—¿Qué?
—¿No has visto esas películas en las que saben que van a morir y dicen las cosas de las que se arrepienten?, ¿No quieres llegar a la otra vida sin preocupaciones? —No me encanta la voz de Shelby pero prefiero escucharla hablar que gritar.
—Supongo que lo que dices tiene sentido...