Ya pasaron los 30 min que le dieron a Kevin para prepararse, los cuales utilizó para afilar sus cuchillos con una roca. Las criaturas aparecen para llevarnos a la arena, Will y yo parecemos prisioneros de guerra, Kevin es como un gladiador que está a punto de enfrentarse a una muerte inminente.
Horast: —Al fin aparece el hijo pródigo, ¿Listo para pelear hombresito?: —Le pedí a Will que me tradujera la conversación.
Kevin: —No vine aquí a hablar sino a pelear.
Horast: —Lo que digas.
Ambos se ponen en posición de pelea paro Horast parece más relajado. Él es el que da el primer golpe y Kevin lo esquiva, golpea el suelo ahora hay un crater, luego le clava los cuchillos en la espalda a Horast y queda colgando, suspendido en el aire. Mientras la gigantesca rata intenta quitárselo de encima, Kevin libera uno de sus cuchillos y se lo clava donde termina el cuello, un chillido ensordecedor digno de una bestia recorre la cueva, supongo que ahí había un punto de presión. Horast cae de espaldas aplastando a Kevin. Él no puede levantarse, la enorme criatura es muy grande y pesada. Horast sujeta la cabeza de Kevin que sobresale de su hombro.
Horast: —¡Es tu fin!, jajajaja (risa psicópata) —Está halando la cabeza de Kevin para arrancársela.
Yo: —¡Vamos Kevin, tu puedes! —Supongo que mis palabras se escucharon muy claro, porque capté la atención de Horast, suficiente para desconcentrarlo por un momento y que Kevin pudiera sacar alguno de los cuchillos.
Nuevamente, le clava el cuchillo a Horast en el cuello y lo desliza hasta su hombro, la rata chilla de nuevo y luego le quita el cuchillo a Kevin, apunta hacia su cara y cuando está a punto de clavarlo, Kevin le sujeta el brazo con una sola mano. Veo sus músculos tensarse por detener el movimiento de Horast, debe estar haciendo un esfuerzo enorme. Al fin el gigante cede y suelta el cuchillo.
Luego se levanta, Kevin está muy adolorido, toma el cuchillo y también se pone de pie.
Kevin: —¡¿Eso es todo?!
Horast: —Debiste quedarte en el suelo, no puedes ganarme, soy más fuete que hace 10 años.
Kevin: —¡Deja de comparar esto con esa ocasión! —Su tono suena molesto.
Kevin le arroja el cuhillo que tiene en la mano a Horast y aterrisa en el su ojo, ese fue más un acto de impulso que uno planeado, aunque muy efectivo, la inmensa criatura vuelve a chillar de dolor, Kevin aprovecha la oportunidad para abalanzarse sobre él y golpearlo en la cara, aturdiéndolo, pero no por mucho.
Horast: —¡¿Aún no lo entiendes?!, no importa lo que hagas, no puedes ganarme.
Kevin: —¿De qué hablas?, yo soy el que tiene un cuchillo en tu ojo.
Horast: —Esta no es una pelea justa, si lo fuera ya estarías muerto. ¡Traíganlo!
Unas criaturas aparecen con un gran contenedor, se van acercando hacia la arena y cuando se detienen, Horast sujeta a Kevin como si fuera un muñeco y se lo quita de encima, luego se va corriendo hacia el contenedor con cara de niño en navidad.
Kevin: —¡Vuelve y pelea! —Se levanta con dificultad.
Horast sujeta el contenedor por la asas y lo vierte en su boca, bebe el conetido hasta el fondo.
Horast: —Ahora sí será una pelea justa. ¿Aún puedes pelear? —Se ve más confiado que antes. ¿Qué era ese líquido?
Horast se saca el cuchillo del ojo y lo arroja hacia Kevin quien lo esquiva por poco, luego lo desentierra del suelo y se prepara para el segundo round, corre hacia Horast y se desliza entre sus piernas, cuando se levanta, sálta y sujeta el cuchillo que aún yace clavado en su espalda y regresa a la zona segura.
Kevin se prepara para lanzar el cuchillo que acaba de tomar y cuando me doy cuenta, el cuchillo está clavado detrás de mí en una pared rocosa.
Horast: —Fallaste.
Kevin: —No te apuntaba a tí, idiota.
Algo debe estar pasando para que desperdicie sus cuchillos conmigo. Voy a buscar el arma y encuentro un gravado en el metal "Huyan". Desencajo el cuchillo y tomo a Will de la mano para prepararme antes de salir corriendo.
Yo: —Nos vamos —le susurro a Will y comenzamos a caminar lentamente hacia la salida sin llamar mucho la atención.
Will: —¿Qué estamos haciendo?, si nos vamos las criaturas lo notarán.
Yo: —Están muy ocupados viendo la pelea.
Mis supocisiones fueron erroneas, supongo que una criatura nos vió y le avisó a las demás, porque todas voltearon para mostrarnos una cara de deseo por comernos. Yo les apunto con el cuchillo pero no los intimido. Will y yo salimos corriendo sin importarnos lo que pase, las criaturas nos siguen a toda velocidad pero Will se detiene.
Yo: —¡¿Qué te pasa, ya te cansaste?!
Will: —No es eso, Kevin me dijo que te protegiera, así fuera con mi vida y eso haré: —Saca el palo de madera lo más afilado que puede estar de sus pantalones y se prepara para pelear —No dejaré que te pase nada, ¡Huye!, yo los distraigo.
Yo: —No tienes que hacer esto, ¡¿Vas a morir por salvar a una chica tonta?!
Will: —¡Sí!, de cualquier forma, ya nadie me recuerda, ahora solo soy uno más en la lista de desaparecidos. ¡Vete ya!
Si esto es lo que quiere, lo haré, no será un heroe a los ojos de nadie pero siempre recordaré el nombre del hombre que dió su vida para salvar la mía. Espera, no sé el apellido de Will.
Yo: —Antes dime tu apellido.
Will: —Strudl.
Yo: —Will Strudl, siempre te recordaré.
Luego me voy corriendo de vuelta al refugio, escucho muchos gritos de dolor y me duele saber que son de Will.
Casi no recuerdo el camino de regreso pero solo necesito caminar hasta encontrar una pequeña luz naranja. Cuando al fin la encuentro, trato de escalar el risco, pero si a penas pude soportar subir en la espalda de Kevin, no creo que pueda llagar a la cima yo sola.