No toma mucho tiempo desde que salimos hasta que llegamos al estacionamiento.
—Bien Kevin, ¿Hacia dónde? —No veo nada en esta oscuridad.
—Izquierda —Kevin me lleva por un camino que no conozco, hacia el cuatro de máquinas.
—No entiendo, he estado todo este tiempo sin beber nada a parte de la sopa y ahora es que quieres traerme a buscar agua?
—Si, porque ahora es que lo necesitas. Ten cuidado aquí hay cosas peligrosas.
—¿Cómo qué?
—No quieres saber.
—Bien —Hay algo que me pasa por la cabeza —Si es martes, ¿Las luces no deberían estar encendidas?
—Buena observación, sí pero no siempre encienden las luces aquí abajo, solo fue para la visita.
—Ah bien.
Llegamos a una puerta blanca de metal, del otro lado hay luz y encontramos unas escaleras que nos llevan otros tres pisos hacia abajo, otra puerta blanca, también de metal, nos da la entrada a una habitación con muchas tuberías pintadas de blanco en las paredes.
—¿Búsco una válvula?
—No, yo me encargo, tu sígueme y no te distraigas —Está muy concentrado para mirarme, supongo que lo que busca es muy importante —Aquí está —Es una válvula en una tubería que parece oxidada. Yo encuentro una que si parece de agua para tomar.
—Hey aquí dice agua potable, o eso creo.
—Pues aquí tengo algo mejor que eso —Gira la válvula y se abre otra puerta de metal, también oxidada, de un lado.
—No sabía que eso estaba ahí.
—Esa es la idea, que nadie sepa que está aquí —Se para en el marco y revisa que no haya nadie, luego me extiende la mano —¿Vienes o no?
—Claro —Paso por la puerta y encuentro una cascada en medio de una cueva. Generalmente no me asombro por ver un montón de agua cayendo, pero después de estar casi 4 días sin bañarme, esto es como el paraíso —Kevin..., gracias.
—De nada, disfrútalo y no preguntes.
—No iba a hacerlo.
Él se sienta en una roca y se recuesta, yo corro al pequeño lago que forma esta catarata y me deleito con el sabor del agua (ya sé que el agua no tiene sabor), no pienso en que Kevin está a unos cuantos pasos de mi, solo pienso en que me quiero bañar y ya, me quito la ropa y me zambuyo en el agua. Supongo que eso despertó los reflejos de Kevin.
—¡Casey! —Justamente en ese momento, él corre a buscarme en el agua.
—Hola —Salgo del fondo y lo saludo.
—¡No vuelvas a asustarme así!, y sal del agua, es peligroso.
—Pensé que eras el hombre del peligro.
—Yo si, tú no.
—Relájate, solo es agua, es tan cristalina que puedo ver el fondo. Ven, te enseñaré a nadar.
—Sé nadar.
—La mayoría diría que sí cuando una chica lo invita a nadar.
—Por si no lo habías notado, no soy como la mayoría —Lo miro con una cara de indiferencia —Bien —Mi expresión cambia a una sonrisa, lo tomo de la mano y ambos nos sumergimos.
Al salir del agua nos recostamos en unas rocas y comenzamos a hablar.
—Acabo de hacer algo que está fuera de mis parámetros.
—Ni siquiera sé que significa eso. Hay que disfrutar lo divertido de la vida.
—Eso lo dices porque no haz vivido todo lo que yo, tu vida es corta pero divertida, la mía es larga y tediosa, llena de responsabilidades, tengo que cuidar a Hank, a Debby, alimentar a las criaturas, evitar que se coman... —Un sonido extraño capta su atención y lo interrumpe.
—¿Qué fue eso?
—Las cosas peligrosas de las que te hablé, ¡Vámonos! —Me toma del brazo y salimos corriendo, a penas me da tiempo de recoger mi ropa.
Salimos del cuarto de máquinas, no subimos por las escaleras por las que llegamos, Kevin busca otro camino, corremos por un pasillo, aquí también hay tuberías pintadas de blanco en las paredes.
Las luces titilan, por eso no me doy cuenta cuando Kevin se detiene, y choco con él.
—Kevin, ¿Qué pasa?
—¿No lo ves?
—¿Ver qué?
—Zadisskkia —Levanta el brazo con dificultad apuntando, al principio no entiendo qué apunta, pero luego las luces se encienden y lo veo.
Un extraño ser aparece frente a nosotros, respira entrecortadamente como Kevin, usa pantalón y botas de mina, un cinturón hecho de cadenas, también tiene la misma musculatura que Kevin, pero mas desnutrido y mugroso, una X de cadenas se forma en su torso, usa guantes de minero y sujeta dos tibias (hueso), rotas y afiladas en las manos que supongo usa como armas, tiene un cinturón de cuero como collar, es completamente calvo, no tiene párpados, pero lo más perturbador y sorprendente, es el hecho de no tener mandíbula, la piel cuelga a mitad de la mejilla y también se le logra ver parte de la lengua, que se retuerce bajo el paladar. Este hombre me apunta con el dedo.
—¡No!, no le hagas daño, solo quería un poco de agua —La persona solo responde con gruñidos, mientras me sigue apuntando —Ya sé que estos son tus dominios pero... —Lo interrumpe con otro gruñido, el hombre me toma del brazo y me hala.
—¿Qué dijo?
—Que la próxima vez no me dejaría ir tan fácilmente, tú eres el precio de mi libertad.
—No pudo haber dicho eso, solo gruñó.
—Jamás lo entenderás....Adiós.
—¡¿Y no harás nada?!
—Él es muy fuerte, pero lo intentaré.
El hombre me pone la mano en la cara y mis ojos comienzan a cerrarse, la imagen de Kevin cada vez se vuelve más borrosa...