Capítulo 15: Entendiendo cosas

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Un silencio incómodo invade la cueva, nadie habla, nadie se mueve, ni siquiera Kevin, todos están atónitos por lo que acaba de pasar. Pero el silencio se interrumpe, ahora solo se escuchan los gritos de las criaturas, éstas se acercan a mí y me levantan, como en los juegos de fútbol, cuando levantan al jugador que hizo el único gol en ese partido, luego me llevan a la silla de huesos y continúan gritando, Kevin aparece y me entrega un cetro, también hecho con huesos.

—¿Qué es esto, Kevin?

—Era una pelea a muerte, se supone que quien mate a su oponente se queda con el trono, y tú mataste a Horast.

—Pero yo no quiero ser reina de estas cosas.

—Tendrás que decírselos pero no creo que te dejen ir tan fácilmente.

—Aun así quiero intentarlo. ¡Queridos súbditos!, me complace anunciar mi retiro del poder, después de 2min de ser la soberana de este pueblo, me percaté de que no soy la indicada para liderarlos. A mi izquierda tengo a su verdadero rey, el que los llevará a tener un mejor futuro —Las criaturas siguen gritando, supongo que están de acuerdo con mi decreto aunque no me hayan entendido, y sino, lástima.

—Tal ves deberías reconsiderar lo de dejar el poder, tienes talento para los discursos.

—Todo eso lo ví en la tele. A demás, me iré el martes, ¿No? —Me levanto con dificultad y le devuelvo el cetro a Kevin —De ahora en adelante, serás el rey.

—Gracias. Juro que utilizaré el poder con fines justos.

—Que bien porque yo ya no aguanto —Me desplomo sobre Kevin y luego él me carga como a una doncella.

—Debemos volver al refugio. Tus heridas están mal —Él comienza a correr entre las criaturas y ellas le dan paso libre a su nuevo líder.

—¿Que hay de ti?, también estás herido.

—No te preocupes, a mí no me afecta tanto.

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Despierto en la habitación de Debby muy desorientada, estoy mareada y me duele todo el cuerpo. Me levanto con dificultad, con fatiga y dolor de cabeza. Salgo de la habitación y ahí están Hank y Debby, sentados en el sofá de la sala.

—Hola.

—Oh..., hola —Kevin aparece detrás de mí tapándose los vidrios que simulan sus ojos con la mano —Creo que yo no debería ver esto, y tú deberías cubrirte.

Miro hacia abajo y me doy cuenta de que no estoy usando camisa, solo tengo un parche de gasa donde debería estar la herida del cuchillo, estoy medio desnuda frente a estas personas. Que vergüenza.

—Oh... —Me tapo con los brazos y corro de vuelta a la habitación de Debby. Luego ella aparece por la puerta con una tela roja.

—Traje tu ropa, la lavé lo mejor que pude.

—Qué linda. Gracias —extiendo mi camisa y hay una mancha roja en el rayo del logo de Flash.

—Debes tener hambre, te traeré algo de comer —Y se va corriendo.

Yo me visto lo más calmada que puedo, cualquier movimiento hace que me duela todo. Cuando termino me volteo y en la puerta está Kevin con una botella.

—¿Te duele mucho?

—No tanto, casi no siento nada.

—Traje algo para que te mejores.

—¿Vino?

—No exactamente. Encontré esta botella y muchas más en una caja escondida, pensé que querrías.

HangmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora