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16

“Corazón hecho de cristal, mi mente de piedra. Desgárrame en pedazos”

Corea del sur, Seúl: año 2009-12-13.

Jimin caminó despacio por el pasillo de la mansión buscando a su abuela. Se detuvo frente a dos chicas, ellas eran parte del personal de la mansión, él sonrió pero ellas no se dieron cuenta de eso porque el chico llevaba esa horrible máscara.

— Joven Park — ambas hicieron una reverencia al verlo — ¿Necesita algo?

Él negó y ladeó la cabeza, había algo que tenía que recordar. Algo relacionado con ese uniforme, vagas imágenes venían a su mente.

— Váyanse — dijo y siguió su camino.

Al fin encontró a su abuela, estaba en el salón de reuniones con dos agentes de la estación de policía. Jimin se quedó para escuchar.

— ¿Sabe usted el nombre completo de la chica? — preguntó uno de ellos.

— Lee EunAh... — contestó la señora mayor y bajó la cabeza — Era una chica tan buena, no sé quién pudo ser capaz de hacerle algo así.

Jimin quitó la máscara de su rostro y entonces recordó, él había matado a esa chica.

Miró a su abuela y esta lo estaba observando.

“Vete”

Articuló con sus labios sin hablar, ella lo sabía. Había sido Jimin quién la había matado, al igual que a su padre. Pero no le diría a nadie, lo protegería a pesar de todo. Porque no era su culpa.

Jimin corrió a su habitación y se encerró allí, ¿por qué? No encontraba la razón de haber hecho algo así, ¿por qué no sentía lástima ni miedo? Simplemente no sentía nada. Se miró al espejo y no vio nada más que su rostro.

— ¿Este soy yo? — tocó su rostro y tomó la máscara — No... — se la puso — Este soy yo.

(...)

Corea del Sur, Seúl: año 2019.

SunJi se levantó de su cama decidida, decidida a saber que era lo que ese pequeño Jimin intentaba decirle. Decidida a saber por qué ella. No lo conocía, nunca lo había visto. No eran familia, entonces, ¿por qué ella? Salió de su habitación y se detuvo frente a la de Jimin, suspiró y fue a tocar la puerta, pero esta fue abierta antes.

— SunJi — Jimin alzó una ceja — Que grata sorpresa.

La chica lo miró, Jimin llevaba un inusual traje negro y flores en la mano.

— Hola, Jimin — saludó — Venía a hablar contigo pero veo que vas de salida, perdón. Ya te busco luego.

Se dio la vuelta para irse pero fue detenida por la mano de Jimin.

— ¿Te gustaría venir conmigo? Así me dices lo que quieres y de paso me haces compañía — la miró a los ojos con profundidad y la piel de la chica se erizó completamente — Aunque no sé si te guste el lugar al que voy.

SunJi suspiró. Estaba segura de que Jimin iría al cementerio y tal y como él lo pensó, a ella no le agradaba ese lugar. Luego de enterrar a su madre allí, ese sitio se había convertido en algo que no quería ver nunca más.

— Si me das unos minutos para cambiarme te acompaño, también tengo a alguien que quiero visitar.

— Por supuesto — dijo él — Esperaría una eternidad por ti.

Y ahí estaba de nuevo él con sus indirectas muy directas. Pero esta vez a SunJi no le pareció inapropiado, le había gustado.

Se fue a cambiar lo más rápido posible y luego fue hacia donde estaba Jimin.

Ambos subieron a un taxi para dirigirse a su destino. Extrañamente el pelinegro no dijo ni una palabra en todo el camino. Al llegar bajaron y la chica lo siguió hasta las tumbas de los Park.

Señor y Señora Park, 1970-2009.

Lee SoKyung, 1920-2009.

Su abuela también había muerto en el 2009, ¿habría sido antes o después del incendio? Pensó ella, NamJoon tenía razón, había algo raro.

Jimin dejó las flores en la tumba de su abuela y se dio la vuelta.

— ¿Jimin? — ella lo detuvo — ¿Ya nos vamos?

Preguntó y volvió a mirar las tumbas, sobre una de ellas, la de la madre de Jimin exactamente estaba ese pequeño llorando. SunJi abrió mucho los ojos y miró a Jimin, ¿él también podía verlo o no?

— ¿Qué pasa? — preguntó él y se volteó.

— Yo... — miró al niño, este señalaba a Jimin negando — No sé, Jimin, ¿que pasó en 2009?

Preguntó y Jimin la observó con una mirada seria. Se cruzo de brazos.

— ¿En el 2009? — se acercó a ella — Muchas cosas. Más de las que puedo recordar. Mi mamá y mi papá murieron, mi abuela murió también y mi casa se incendió. Ah, y antes de todo eso, cumplí catorce años — sonrió y se alzó de hombros — Esas cosas sucedieron en 2009, ¿por qué preguntas?

SunJi lo observó con lástima y luego miró al pequeño Jimin.

— No, en 2009 cambiaste — lo miró a los ojos — Tú te pusiste una máscara.

Ella había entendido algo, ese Jimin de veinticuatro años no era el pequeño que veía. Había cambiando y mucho. Tal vez, ese niño de seis años estaba oculto queriendo volver a ser él.

— ¿Todos cambiamos, no?

— Sí, pero no dejamos de ser nosotros mismos — respondió.

— ¿Qué quieres decir? — rió sarcástico — ¿Estás intentando decir que no soy yo mismo?

— No el que solías ser...