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07

Era demasiado extraño ¿Por qué? ¿Por qué esa persona la seguía? SunJi estaba pensado en llamar a la policía pero la verdad esa persona no le había hecho daño. Incluso ella creía que la estaba protegiendo. La acompañaba en silencio a casa y esperaba que entrara para irse.

Pasó sus manos por su rostro para despertarse un poco y volver a su lectura. Ya estaba cansada, si su amigo no llegaba en diez minutos se iría y lo dejaría todo en manos de él, ¿cómo se atrevía a dejarla sola con tanto trabajo que hacer?

Vio unos libros caer sobre la mesa de la biblioteca donde se encontraba y alzó su rostro para encontrarse con el de su amigo, se veía tal y como ella lo que peor.

— No preguntes — jadeó tomando la botella de agua de SunJi, la bebió toda y se sentó — Es el mismo Park Jimin de la mansión.

Dijo captando la completa atención de SunJi ¡Eso era genial! Pensó ella, no podía esperar para escuchar todo lo que NamJoon tenía para contar.

Este sacó unos documentos y se los extendió a su amiga. Bien, él no tenía por qué tener estos papeles. Al verlos SunJi lo miró dudosa, ¿cómo había logrado obtenerlos? Debía aprender los trucos de su compañero.

— Como vez Jimin es dos años mayor que nosotros. No entiendo que hace en nuestro año — habló y SunJi frunció el ceño mirando la edad de Park.

Nombre: Park Jimin.

Año de nacimiento: 1995

— Mm, no lo sé. Tal vez perdió dos años por viajar o tal vez estuvo enfermo. Esas cosas suelen pasar.

— Ajá — asintió el chico sin creer en nada de lo que su amiga decía, había algo raro en ese tal Park Jimin.

Lo había conocido el mismo día en que llegó a su Universidad luego de que su mejor amiga le contara de su llegada. No habían tenido ningún problema, pero tan solo su mirada lo hizo desconfiar.

— Y ya sé también porqué la mansión está en tan mal estado en tan solo diez años — contó y SunJi lo vio revolver algunos papeles — En diciembre del 2009 ocurrió un pequeño incendio, supuestamente fue un accidente. Pero algunas personas rumorearon por aquel entonces que había sido provocado por personas que querían matar a los dueños de la mansión o sea, tu amigo Park. Él era el único heredero después de la muerte de sus padres y su tío. Todo el mismo día.

— Wao — exclamó la castaña sintiendo una opresión en su pecho — Pobre, debe haber sido muy duro para él.

El pelirubio parpadeó varias veces, ¿nada de lo que dijo le había parecido extraño? ¡Los únicos familiares que tenia habían muerto todos el mismo día y nadie se enteró como!

Un celular comenzó a sonar y ambos desviaron la mirada, era el de SunJi.

— Es mi vecina, tengo que irme a casa.

— Vamos, te llevo.

— No hace falta de verdad, debe ser algo con mi padre — suspiró cansada.

No quería que su amigo tuviera que pasar por un mal rato por su culpa. Porque lo sabía, su padre debía estar borracho de nuevo, su vecina siempre la llamaba para quejarse del ruido y decirle cosas hirientes a la menor de su progenitor.

— Con mas razón, anda vamos — le dio una pequeña sonrisa y tomó su mano para caminar juntos.

NamJoon y SunJi se conocían desde pequeños y ambos se tenían gran cariño. El chico sabia de todos los problemas por los que pasaba su mejor amiga, había estado ahí cada vez que pasaba algo para ayudarla y reconfortarla. Pero después de tanto tiempo, aun SunJi no se acostumbraba a que Nam tuviera que ver esas cosas. Deseaba que nunca se entera porque no quería preocuparlo en vano y mucho menos molestarlo con sus problemas. En cambio, el deseaba poder estar ahí siempre para poder ayudarla.

Llegaron a la casa de la chica y como se lo esperaban, encontraron un gran desorden. SunJi se agachó para recoger los vasos rotos y las botellas de bebida.

— Espera, debes ponerte al menos un guante, te cortarás — alejó las manos de su amiga de los cristales y la miró. Su rostro estaba triste — Hey... — acarició su mejilla — No estés así, estoy aquí — la abrazó.

(...)

— Gracias Nam — agradeció a su amigo luego de terminar de recoger todo — Y lo siento.

El chico negó.

— No tienes que agradecer y mucho menos disculparte. Somos amigos, y los amigos están para los momentos buenos y para los malos también, no sería una verdadera amistad si no fuera así  — sonrió dejando al descubierto sus hoyuelos — Vete a la cama, debes descansar.

— Si.

SunJi observó a su amigo irse y cerró la puerta luego de perderlo de vista. No sabía adonde se había ido su padre, seguramente estaría en un bar ahora mismo, suspiró y entró a la ducha.

Salió luego de un rato y se paró frente a su ventana. La persona que la había seguido días atrás no había aparecido hoy, pensó que era debido a su amigo.

Se acostó y se durmió rápidamente gracias al cansancio del día. Y aunque su desconocido no había aparecido, otro vino a visitarla. Esa dulce voz había vuelto, desde su cama podía escuchar los pequeños pasos en el pasillo de su casa. Podía jurarlo, aquello era real.

¿Que estaba pasando? ¿Por qué había vuelto a escucharlo?

Se levantó y abrió la puerta de su habitación, no había nadie fuera pero seguía escuchando el sonido de esos pasos. Caminó hacia la ventana y sus ojos se abrieron de la impresión. Allí estaba él, los pasos se dejaron de escuchar cuando los ojos de aquel desconocido se fijaron en los de ella.