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“Nunca conocerás al psicópata sentado a tu lado. Nunca conocerás al asesino sentado a tu lado”

— Estás loco, Jimin — SunJi caminó hasta la puerta y al intentar abrirla girando la manija se dio cuenta de que estaba encerrada.

Estaba sola, con Jimin. Un chico que creyó conocer bien. Alguien que creyó que la amaba, que era una persona buena. Pero no, él era todo lo contrario. Jimin era un mentiroso, un embustero y lo peor, un asesino.

— ¿Has cerrado la puerta con llave? — se giró hacia él con lágrimas en los ojos.

Se encontraba asustada, temblando de miedo por observar a alguien que no conocía. Porque se había dado cuenta de que no conocía a Jimin, no a ese que la estaba mirando ahora.

— Sí — respondió él — Sabía que no me ibas a entender, que en cuanto te dijera esas cosas ibas a salir corriendo pensando lo peor de mí.

— ¿Y qué querías que hiciera? — frunció el ceño — ¿Que te aplaudiera por haberme engañado? ¿Que te dijera que está bien todo lo que hiciste? Jimin, tu eres malo...

Jimin la observó sintiendo que su corazón se oprimía. Sintiéndose lastimado por ella, la única persona que amaba en el mundo no lo comprendía, estaba mirándolo de esa manera que odiaba.

— Jimin, abre la puerta — pidió — Aún puedes arrepentirte, yo te ayudaré — se acercó a él — Estaré a tu lado porque te quiero.

— ¿Estarás conmigo? — ella asintió — ¿Y seremos felices? — preguntó el pelinegro con una sonrisa — Sí, seremos muy felices. Porque eres mía, y serás mía para siempre.

— Jimin...

— Shh — puso un dedo sobre sus labios — Todo va a estar bien, estoy aquí — la abrazó — SunJi yo te amo, tienes que quedarte conmigo. Seremos solo tu y yo, haré todo por ti, te protegeré. Te protegí de tu padre...

SunJi abrió mucho los ojos, ¿había escuchado bien?

— ¿Que hiciste?

El chico se separó.

— Lo que tu deseaste, lo maté — sonrió — No como hubiera deseado, pero para no levantar sospechas tuve ponerle una sustancia en su bebida. Sabes muy bien cuanto bebía, por eso la policía dedujo que había sido el alcohol.

— Por dios...

La chica lloró. Se había dicho que no lloraría por la muerte de ese hombre, pero ahora todo era diferente. Porque se sentía culpable de su muerte, porque por su culpa Jimin lo había matado.

— Tu... — lo miró — ¡Le hiciste eso a NamJoon!

Gritó y se fue contra él llorado, lo golpeó varias veces pero Jimin lo detuvo.

— No fui yo — dijo tranquilo — Fue el idiota de TaeHyung — suspiró — Quiere vengarse de mi, le dio pruebas de todo lo que hice a SeokJin y NamJoon. Luego lo apuñaló y se las quitó para que tu amiguito Jin se enfureciera más, tú te pusieras en mi contra y al final. Salvarme de todo eso.

— ¿Salvarte?

— A ver... — se volvió a sentar — Aunque él diga odiarme, no es cierto. Solo se siente herido porque lo dejé, TaeHyung me ama y hará todo lo que yo le diga. Tal y como está haciendo ahora.

Alzó sus cejas y miró a SunJi, ella se dio cuenta de que algo tramaban.

— ¿Que tratas de decirme?

— Llama a SeokJin — le dio su celular.

La chica negó y con las manos temblorosas marcó el número de su amigo.

— Hola SunJi.

Escuchó la voz de TaeHyung del otro lado.