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SunJi se arrodilló frente a SeokJin y lloró

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SunJi se arrodilló frente a SeokJin y lloró. Lloró porque sentía que el pelinegro estaba en esa situación por su culpa. Si ella no hubiera tomado esa máscara, si no hubiera elegido entrar aquel día a esa casa. Si hubiera evitado a Jimin, nada de eso les estuviera pasando.

— SunJi... — susurró su nombre — Mírame, no es tu culpa. Hey... — ella alzó su mirada y lo observó con lágrimas en los ojos — No es tu culpa, él es un asesino.

— Jin... — la chica limpió sus lágrimas — Debes olvidarte de esto, ¿vale? Debemos seguir adelante y hacer como si no supiéramos nada. Así podrás vivir.

Él negó. Eso iba a ser imposible, no iba a dejar que Jimin siguiera viviendo como si no le hubiera hecho daño a nadie, viviendo sin tener remordimientos por haberle quitado la vida a esas personas. Jimin no tenía corazón y debía pagar por todo lo que había hecho.

— Jin, por favor.

— Te amo.

Dijo y SunJi lo observó, ¿había escuchado bien? Si lo había hecho, Jin acaba de decirle te amo. Y eso no podía ser posible.

— Lamento tanto haber sido tan cobarde todo este tiempo, debí habértelo dicho antes — sonrió — Pero te lo digo ahora, te amo SunJi y saldremos de esto juntos. Te lo prometo.

Los dos escucharon aplausos y la risa de Jimin acercase a ellos, el pelinegro se recostó a la pared y los observó.

— Tan lindo, hasta creo que voy a llorar de la emoción — miró a TaeHyung — ¿Verdad que estuvo genial, Tae?

— Encantador — contestó el menor.

— Ya veo que SunJi no ha logrado que entres en razón — se acercó a ellos y tomó la mano de la chica — Llévatela, TaeHyung.

Tae se acercó a SunJi y la tomó de la mano.

— ¡Espera! — se soltó y se puso frente a Jimin — Por favor, te lo pido. No le hagas daño. Jimin creo en ti, confío en que puedes cambiar...

— ¿Cambiar? — frunció el ceño — No, esa máscara ya me la quité. Solo la utilicé para que confiaras en mi.

– ¿Máscara? – ella negó — Ni siquiera sabes en que momento te pusiste esa máscara, no sabes si ser malo es tu verdadero yo. No sabes si amarme es tu verdad ¡Ni siquiera sabes quién eres ahora mismo! Pero te puedo decir quién creo que eres, Jimin creo que eres ese chico que lloró viendo la foto de su abuela, ese que alejó a su primo para no hacerle daño, ese que sintió lástima al verme llorar. Ese que me ama.

El silencio reinó cuando la castaña dijo sus palabras. Jimin la observó sin apartar la vista de ella y sus ojos se llenaron de lágrimas, lágrimas que había jurado nunca saldrían de sus ojos pero que ahora no podía parar.

Él tampoco sabía quién era, porque su corazón y mente estaban destrozados.

Pero ciertamente no era una buena persona, porque él había matado y no sentía remordimiento de ello, solo de una cosa. Jimin solo se arrepintió una vez y fue cuando vio a su abuela dedicarle una sonrisa antes de cerrar sus ojos para siempre, ¿por qué entre tanto dolor ella había sonreído? Tal vez había sido para enseñarle que no importaba el tamaño de la sonrisa que aquella máscara le brindaba, al final era falsa y estaba devorando su alma.

Y Jimin comprendió que todo lo que tenía era falso, por eso se alejó. Dejó todo atrás y quiso comenzar de nuevo. Pero todo volvió a él.

— ¿Qué hago? — preguntó TaeHyung luego de unos minutos.

— Llévatela...

— ¡No! — gritó. TaeHyung la agarró fuerte y la sacó de allí llevándola hacia otra habitación. La soltó y se puso en medio para evitar que intentara escaparse — ¿¡Qué estás haciendo!? TaeHyung, estoy segura de que no eres así, ¿qué pasa?

— Es mi primo, es mi familia — la miró — Y como tu misma acabas de decir, tal vez no sea malo del todo. Hay algo bueno en él y es lo que quiero rescatar.

— ¿Rescatar? Dime como vas a rescatarlo, ¿dejando que mate a alguien inocente? — SunJi se acercó a él — Lo que le pase a Jin será culpa tuya, al final de cuentas tú fuiste quién lo metió en esto. Le enseñaste las pruebas contra Jimin y luego te arrepentiste cuando te diste cuente que Jimin había hecho aquello para salvarte. Y además manchaste tus manos de sangre cuando heriste a NamJoon, ¿por qué Tae?

— Me arrepiento — dijo, y bajó la cabeza — De verdad siento mucho lo que le hice a tu amigo. Pero estaba tan cegado que no pensaba con claridad.

SunJi negó y caminó de un lado a otro nerviosa. Tenía que hacer algo, no podía permitir que le pasara algo a Jin. De repente pensó en algo que siempre quiso saber.

— ¿De dónde sacaste las pruebas, qué son? — frunció el ceño mirando al chico frente a ella.

— La abuela las tenía guardadas, la policía nunca apresó a Jimin porque ella les había pagado por su silencio. Porque se sentía culpable de lo que le estaba sucediendo a su nieto — tragó en seco y prosiguió — No sé por qué no las quemó, yo las encontré y las guardé esperando el momento indicado.

— ¿Cuál fue ese momento?

— Cuando te conoció, antes no tenía un propósito. Jimin vivía solo y no tenía nada que perder. Pero cuando apareciste tú, supe que era el momento indicado. Puedes pensar cualquier cosa de él. Pero Jimin te ama.

 Pero Jimin te ama

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Mask; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora