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La Universidad estaba relativamente cerca de los dormitorios, veinte minutos de camino y estarías allí

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La Universidad estaba relativamente cerca de los dormitorios, veinte minutos de camino y estarías allí. Y por supuesto, ningún estudiante en su sano juicio y con pocas ganas de caminar haría ese trayecto a pie. Pero, ahí estaba SeokJin caminando a paso lento hacia los dormitorios mientras escuchaba la música proveniente de sus auriculares. Pateó una piedra cuando el mismo pensamiento pasó por su cabeza otra vez, se detuvo y bufó molesto. Sí, estaba molesto y sabía que no tenía derecho a estarlo. Si hubiera sido valiente y hubiera enfrentado sus sentimientos ante SunJi nada de eso estaría pasando. Que el maldito se la estaba robando y él ahí de brazos cruzados.

No tenía nada contra Park, solo ese resentimiento cuando vez a la persona que quiere robarse a la chica que te gusta, solo eso.

Tocó el botón de detener la música y abrió la app de llamar marcando no muy seguro el número de la castaña. Esperó a que contestara y cuando lo hizo, la citó a encontrarse en unas horas en la recepción del dormitorio, hablaría ahora o tendría que callar y aguantar para siempre.

Aunque sentía que era demasiado tarde.

Retomó el paso y sintió algo extraño, antes no lo había notado por la música pero ahora sentía pasos detrás de él, frunció el ceño y sin vacilar miró hacia atrás encontrándose con un chico a pocos pasos de él.

— ¿Estás siguiendome? — alzó una ceja y miró el rostro del chico con atención. Nunca lo había visto.

— ¿Es ahora cuando digo que no y sigo mi camino? — el castaño rió — No, es broma. Si te estaba siguiendo.

— ¿Por qué?

— Porque eres una pieza del juego.

SeokJin dejó escapar el aire de su boca y miró no muy bien al desconocido, ¿juego? De verdad que ese extraño tenía ganas de joder.

— Mira, no te conozco y no me interesa hacerlo — se dio la vuelta para seguir caminando.

— Mi nombre es TaeHyung — el mayor lo siguió — Soy primo de Jimin.

Y se detuvo, Tae rió cuando logró detener al pelinegro tan fácilmente. Eso era pan comido.

— ¿Y por qué debería interesarme? — preguntó llevando sus manos a sus bolsillos.

— No lo sé, ¿por qué te has detenido de repente cuando lo comenté?

Se alzó de hombros divertido, en cambio Jin se estaba sintiendo estúpido y utilizado por él.

— Dime, ¿qué quieres?

— Ayudarte — dijo — Tengo algo que seguro te interesará — sonrió de lado.

(...)

SunJi estaba muy, pero muy nerviosa. Jin la había citado para hablar de la nada. No era algo tan extraño, ambos se reunían a veces para estudiar. Pero esta vez estaba segura de que no era para estudiar, el tono de voz de Jin la alertó en cuanto lo escuchó.

Mask; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora