Mask; pjm

29

La noticia de que NamJoon había despertado me desvió de mi camino. Iba a ir a hablar con Jimin, quería saber por qué había dejado a TaeHyung solo. Llegué al Hospital y entré a la habitación donde se encontraba mi mejor amigo. Me detuve cuando vi a un hombre con traje allí con él y dos policías a su lado.

— SunJi — la mamá de Nam tomó mi mano y me llevó fuera.

— ¿Qué pasa? — pregunté.

— Están haciéndole algunas preguntas, pero Nam dice que no vio quién lo atacó.

Fruncí el ceño, su herida fue en el estómago y a menos que su agresor tuviera el rostro cubierto sería imposible no haberlo visto.
Esperé allí hasta que salieron esas personas y luego entré, sonreí al verlo despierto.

— Aún sigo vivo, ¿por qué lloras? — rió.

Quise matarlo por ese comentario pero sonreí aún más mientras mis lágrimas caían, me acerqué y tomé su mano.

— ¿Estás bien?

— ¿No me veo bien? — alzó una ceja. Lo miré seria — Vale, ya no bromeo más.

— ¿Qué pasó? — lo miré a los ojos. Si le mintió a la policía me daré cuenta. NamJoon no es bueno mintiendo.

— Yo no recuerdo mucho. Solo sentí ese dolor en mi estómago y cuando me di cuenta ya estaba en el suelo... — habló sin mirarme.

— Estás mintiendo — dije — NamJoon dime, ¿quién te hizo esto? ¿Dónde están las pruebas contra Jimin?

— Jimin... — aguantó mi mano fuerte — Debes alejarte de él, no es buena persona. Está mintiendo SunJi.

Soltó un gemido de dolor y la máquina comenzó a sonar extraño. Me asusté y fui a buscar ayuda. Los médicos lo estabilizaron y se durmió.

Supieré aliviada, ¿qué pasa? No comprendo qué está pasando.

— SunJi — alzó su rostro y observó a Jin.

— No fue Jimin — dijo y se sentó a su lado — Ahora no sé quién pudo haber hecho esto, ¿por qué se llevarían las pruebas?

— No lo sé pero todo esto se arreglará. Ya verás...

Se levantó de la silla y caminó hasta elevador para bajar, miró al pequeño.

— Sé que estás aquí para decirme algo, pero no lo haces, ¿por qué? — preguntó — ¿No vas a decir nada? ¡Entonces desaparece! — gritó.

— Bienvenida a casa... — susurró el niño.

— ¿Qué? — las puertas se abrieron y él desapareció.

SunJi salió y se fue. Quería ir a hablar con Jimin, necesitaba alejar las dudas que rondaban por su cabeza.

Llegó a la puerta de su habitación y tocó la puerta. Jimin abrió y sonrió al verla.

— Escuché que NamJoon había despertado, me alegra.

— Sí.

Está mintiendo.

— ¿Por qué no me dijiste que Tae era tu primo?

Jimin frunció el ceño.

— Disculpa, no tuve tiempo. La verdad que no somos muy cercanos — contestó tranquilo.

— ¿No? — suspiró — Pero Tae vivió contigo, él estuvo el día del incendio y salió lastimado mientras intentaba ayudarte.

— ¿Cómo sabes eso?

— Y tu lo dejaste solo en el Hospital, desapareciste como si no te importara.

— No es así — negó — No fue así.

Dio pasos hacia ella. SunJi se quedó en el mismo lugar.

— ¿Cómo fue Jimin? — ladeó la cabeza — Dime, ¿por qué lo dejaste solo?

— Tenía que hacerlo...

— ¿Por qué? No lo entiendo, ¿por qué? Es tu primo, es parte de tu familia.

— ¡Porque lo iba a matar! — gritó.

SunJi tragó en seco y abrió mucho sus ojos.

— Porque tenía que estar solo — dijo él — Porque no es nada, porque soy el único heredero. Porque ya me había quitado suficiente. Porque soy el cazador.