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— Si es cierto que solo quieres su bienestar ayúdame a convencerlo de que no tiene que hacer esto

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— Si es cierto que solo quieres su bienestar ayúdame a convencerlo de que no tiene que hacer esto. Tae, podemos deshacernos de las pruebas, Jin y Nam olvidarán todo lo que saben, por favor.

Pidió con un hilo de voz, habían pasado varios minutos ya. Cualquier cosa podría haber pasado con Jin. Estaba tan asustada e impresionada por todo lo que estaba presenciando que ya ni siquiera sabía qué hacer.

Y sí, estaba dispuesta a dejar todo atrás con tal de salvar la vida de SeokJin y NamJoon, con tal de que Jimin no cometiera otro asesinato.

TaeHyung lo pensó, él también estaba asustado por Jimin, era cierto que quería verlo libre y a salvo. Verlo feliz y poder al fin ver esa sonrisa que anheló volver a ver. Porque aunque pasara el tiempo, Tae seguía soñando con que Jimin volviera a ser ese niño que una vez fue.

— Está bien, hablaré con él — la miró y caminó hacia la puerta — Deberías quedarte aquí...

— No, quiero ir contigo. Como has dicho, Jimin me ama. Tal vez si trato de convencerlo podamos hacer que entre en razón.

Tae suspiró y salió de allí para encontrase con su primo. SunJi lo siguió implorando que nada malo hubiera sucedido. Llegaron a la habitación y no había nadie.

— ¿Dónde están? — preguntó ella asustada.

— No lo sé — el castaño miró a su alrededor y vio las cuerdas en el suelo con las que había atado a Jin — Creo que lo desató...

— Vamos a buscarlos.

Sin esperar una respuesta la chica comenzó a correr por el pasillo en busca de su amigo y Jimin. Solo esperaba que sus sospechas no fueran ciertas, sospechaba que Jimin lo había matado y se lo había llevado de allí para enterrarlo en algún lugar.

Jadeó y se detuvo, sus pies dolían de tanto correr y buscar por todas las habitaciones.

Sintió una mano en su boca y ahogó un grito al darse cuenta de que era SeokJin quién la sostenía. Todo estaba oscuro pero podía ver su rostro a pesar de todo.

— Tranquila, vamos a salir de aquí — susurró y tomó la mano de la castaña para comenzar a caminar en busca de la salida.

Mientras, un Jimin bastante furioso y con un cuchillo en la mano también buscaba entre la oscuridad. Debió haberlo matado allí mismo como una rata, si no lo hubiera soltado no se hubiera escapado. Tocó su frente y se quejó del dolor, el muy carbón lo había golpeado tan fuerte que logró desestabilizarlo.

Escuchó pasos provenientes del gran salón y giró sobre sus talones para encontrar al dueño de esos pasos.

Llegó hasta la puerta y un cuerpo se puso frente a él. Preso de la impresión y la inesperada aparición atacó enterrando el cuchillo en el abdomen del sujeto.

— Jimin...

Sus ojos se abrieron de par en par cuando escuchó esa voz. No podía creer que era él.

— Tae... — susurró con lágrimas en los ojos — TaeHyung...

El cuerpo del menor se desvaneció y Jimin lo agarró hasta llegar al suelo y recostarlo sobre su regazo. La mano de Tae agarró la de él.

— Tae, lo siento... — sus lágrimas cayeron sin control y sus sollozos se hicieron más fuertes — Aguanta...

— Jimin... — Tae tosió por la sangre en su boca  — No eres igual que él, ¿me escuchas? Tú tienes que ser feliz, por favor. Sonríe como antes, Jimin...

— Lo siento, solo soy esta mierda, siento mucho no poder volver a ser él.

El pelinegro se levantó y cargó a su primo en brazos.

— Por favor, aguanta, ¿sí? — lo miró — Aguanta...

Corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron.

— Promete que, sonreirás.

— No hables.

— Prométemelo.

Volvió a toser y cerró sus ojos. La herida había sido profunda y sabía que estaba muriendo, pero no se iba a permitir irse sin lograr ver esa sonrisa de nuevo.

— Jimin...

Jimin se detuvo en la entrada y lo bajó, pudo observar sus ojos con claridad, miró la sangre que manchaba sus manos y su ropa.

— ¿Recuerdas cuando me dijiste que estaríamos juntos siempre? — Tae lo observó — Fue la primera vez que nos vimos y la última porque cuando volvimos a encontrarnos ya, ya no eras tú — sus lágrimas brotaron de sus ojos — Sé que todavía puedes ser tú, todo es una mentira ahora mismo, Jimin. Porque hasta en cazador puede salir herido. Así que por favor, vuelve a ser tú.

Jimin le sonrió con tristeza y lo abrazó. Estaba destrozado, lo había tratado de proteger pero al final terminó haciéndole daño.

— Yo... — lo separó para mirarlo — Te prometo, soy yo. Seré yo otra vez.

— No más máscaras, no escondas tu dolor Jimin.

— Te lo prometo.

Tae sonrió al escuchar esas palabras y cerró sus ojos sintiendo como se desvanecía para siempre. Solo deseó otra cosas más, esperaba que esas palabras fueran ciertas.

 Solo deseó otra cosas más, esperaba que esas palabras fueran ciertas

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Mask; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora