Luego de repartir la receta para la próxima semana, Winston tomó sus cosas muy rápidamente y se marchó, diciendo que tenía que llevar a su hijo a una cita con el pediatra antes de las tres.
—¡ESTUPENDO! —la sonrisa de George se tornó amplia, mientras sus ojos todavía veían la receta—. El pie de limón siempre ha sido mi favorito. ¿Y el tuyo cual es?
—Mmh, supongo que el pastel de red velvet —contesté, colgando la mochila en mi hombro y colocando el bléiser sobre mi antebrazo—. Siempre que lo hacen como dos rebanadas.
—Y toda la grasa se va a tu trasero. ¡Con razón!
Golpeé la costilla de George con mi codo, haciéndolo reír a carcajadas mientras guardaba la receta en su mochila. Acto seguido la cerró y, luego de colocarse el bléiser de uniforme, se colgó la mochila y juntos nos dispusimos a salir de la cocina que ya quedaba vacía.
—Me gustó mucho la clase de Winston. Nos hizo reír mucho con cada cosa que decíamos. —George comenzó, mientras cruzábamos el campus para ir hacia la salida. Las instalaciones estaban notablemente solas, ni hablar de cómo se veían en horas de la mañana—. Siempre dice cosas graciosas y la clase se vuelve muy amena.
—Sí, es cierto —emití una carcajadita, llevando la mano a los bolsillos de mi pantalón para poder sacar mi móvil—. Le tomé muchas fotos. ¿Quieres que te las envíe?
—¡NOOOO! ¿¡Para qué quisiera tener fotos en mi celular de él!? Se las mostraba a mamá, pero ya no porque papá se puso muy celoso y triste al mismo tiempo. —Se rió—. Por eso mamá las borró y ahora tiene fotos de papá haciendo cualquier cosa.
Me reí a su compás, sin dejar de deslizar mi dedo pulgar por la pantalla para ver las fotos que había tomado de Winston.
—Creo que voy a llenar la memoria de mi celular en fotos de ellos dos. Es que son tan lindos...
—Ni siquiera hacías eso con Klaus. Pobrecito.
Chasqueé mi lengua en un claro gesto de fastidio cuando aquel nombre penetró mis oídos y me hizo recordar la cara de mi ex novio.
—Ya deja de mencionar a Klaus, George. Por favor...
—KLAUS, KLAUS, KLAUS, KLAUS, KLAUS, KLAUS, KLAUS.
—¡George!
El mencionado soltó una sonora carcajada, al momento que llevaba su mano a mi cabellera para alborotarla. Cuando llegamos a la salida de la universidad, lo único que pude ver fue un auto negro detenido detrás del portón que tocó bocina cuando George lo saludó.
—Me voy, Paul. —se despidió de mí, añadiendo un ademán—. No vemos el lunes, ¿sí?
—Sí, está bien... Cuídate.
—¿Cuándo vienen por ti?
—Se supone que ya deberían estar aquí. Papá me dijo que me buscaría.
—Uh, bueno, ya deben estar cerca. ¡Adiós! —.Corrió hacia el auto diciendo—: ¡No te emociones tanto el sábado!
Lo miré feo, mientras tomaba asiento en uno de los banquitos de cemento y sentía mis mejillas arder. Vi cuando se subió al auto y este se marchó enseguida, dejándome solo ante el sol de la tarde que reinaba alto y que era cubierto por nubes grises. Iba a llover pronto, seguramente.
Busqué el número de papá y le di a la opción llamar. Este repicó solo dos veces hasta que escuché su voz.
—¡AY, HIJO! ¡OLVIDÉ BUSCARTE AL COLEGIO! ¡PERDÓN!

ESTÁS LEYENDO
A Little Trace of Innocence ➳ McLennon
FanficPaul es un joven universitario que se enamora perdidamente de su profesor de literatura y de su hermano gemelo. Está prohibida y penada la reproducción total o parcial de esta obra (texto, ilustraciones, diagramación), su tratamiento informático...