Sus labios fueron hasta mi cuello, luego hacia mi hombro e hizo acostar mi cuerpo bocabajo, mientras que el suyo se posicionaba sobre el mío. El bulto de su entrepierna chocaba directo con mi trasero desnudo, logrando una sensación bastante envolvente.
—Eres hermoso —habló en todo de susurro, dejando sus besos por mi espalda y logrando erizar mi piel—. Perfecto. Lindo.
Depositó un beso en mi mejilla y se separó de mí para colocarse de pie y proceder a desprenderse la camiseta. En ese preciso instante mi móvil —que estaba sobre la cama— comenzó a sonar y la pantalla se iluminó: era la vídeo llamada de mis padres que estaba esperando.
Con el corazón acelerado, tomé el móvil y sostuve entre mis manos. Me aseguré de que lo único que se viera fuera mi rostro y, al hacerlo, contesté. Se veía el panorama de papá y, de fondo, mamá. Estaban en la suite del hotel.
—¡Hola, hijo! —papá no tardó mucho en sonreírme. Agitó su mano—. ¿Cómo estás?
—¡Bien, bien! —respondí rápidamente, intentando parecer sereno y para nada excitado. Aunque eso ya había desaparecido de mí cuando la llamada entró—. ¿Y ustedes cómo están? ¿Cómo les va allá?
—De maravilla. Saluda, Mary de mi corazón —enfocó a mamá y esta se acercó a la cámara, luciendo un vestido de cuadros blancos. No tardó en decir—: Hola, Paulie.
—Hola, mamá... ¿Todo está bien?
Y en ese momento sentí que John se posicionó detrás de mí y se dedicó a besar mi espalda, logrando que la excitación volviera a ser parte de mis emociones que, como era de esperarse, no podía disimularse.
—Sí, cariño, estamos por salir a seguir inspeccionando la obra —me contestó. Los besos de John bajaron hasta mi trasero—. ¿Y tú qué haces?
—V-Voy hacer ta-tarea... —le respondí. Los besos de John se escabulleron espalda abajo rápidamente y al llegar a mis glúteos los separó, para luego deslizar su lengua por mi entrada—. ¡Ah!
Papá y mamá me miraron confusos.
—¿'Ah'? ¿'Ah' qué, Paulie? —mamá preguntó.
Deslicé saliva por mi garganta, intentado contener los gemidos que la lengua de John me hacía soltar. Apreté mis labios y sacudí mi cabeza en negación.
—Nada, nada. Eh, p-por cierto... mmmh... —Para disimular mi jadeo, lamí mis labios—. El profesor J-John va a venir para ayudarme con lo del capítulo...
—¡Ah, qué amable es John! —Mary se sonrió al compás de papá.
—Trátalo bien, hijo. Y hazlo sentir cómodo.
—Sí, sí, sí... —me apresuré a decir. John seguía lamiendo y causándome cosquilleos—. Claro que sí.
—Debemos irnos ahora —papá habló—. Te llamaremos en la noche, ¿está bien?
Me reprimí un gemido y asentí sonriendo. Mamá me lanzó un beso, papá agitó su mano y cortó la llamada. Fue entonces que, dejando el móvil a un lado, solté un gemido alto que estaba conteniéndome.
—¡AH! ¡Ah, John!
Subió sus labios hasta mi espalda y besó, encaminándose hacia arriba hasta lograr llegar a mi cuello, el cual chupó un par de veces para después besarme los labios de manera brusca.
Se había desnudado totalmente: su ropa yacía en el suelo, dándole compañía a la mía. Sus brazos tatuados estaban apoyados en la cama, a mi costados, y sus piernas acobijando las mías. Sentí su pene entre mis glúteos una vez más.
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A Little Trace of Innocence ➳ McLennon
FanficPaul es un joven universitario que se enamora perdidamente de su profesor de literatura y de su hermano gemelo. Está prohibida y penada la reproducción total o parcial de esta obra (texto, ilustraciones, diagramación), su tratamiento informático...