Sentí sudoración en mi frente y mi ritmo cardíaco aumentó de manera veloz. Había leído y releído el mensaje, y podía jurar que cada vez que mis ojos recorrían la frase "Paul, tenemos que hablar", mi miedo aumentaba más.
Sin saber qué hacer ni cómo reaccionar, me coloqué la ropa interior de forma muy rápida y luego volví acunar el móvil entre mis manos. Mordí mi labio inferior y, mientras me dirigía a la salida de la habitación escribí: "¿Sobre qué?" y lo envié.
—¡John! —vociferé con un toque de molestia cuando estuve en la sala. Él estaba sentado en el sofá con su portátil en las piernas y su pectoral desnudo luciendo sus tatuajes; en la pantalla se mostraba la bandeja de entrada de su correo electrónico—. ¿Qué fue lo que le dijiste a Winston?
John rodó los ojos y, soltando un suspiro de fastidio, giró su rostro para verme.
—Nada. —Replicó—. Ya te dije que no le he dicho nada a Winston. ¿Por qué sigues insistiendo en esto?
—Acaba de enviarme un mensaje diciéndome que tenemos que hablar.
—¿Y?
—¡Que tuviste que habérselo dicho! —exclamé.
—¡No lo hice! —insistió irritado—. Yo qué sé por lo que él quiere hablar contigo. Tal vez sea por otra cosa. Winston es así, ¿sabes? Hace que la gente se preocupe por cosas que no lo merecen.
Sentí un hueco en el estómago y volví a mirar la pantalla de mi móvil: el mensaje que le había enviado lo había recibido, pero no daba indicios de haberlo leído.
—¿Tú qué crees que sea? —le pregunté en voz baja, mientras me dirigía hacia el sofá para tomar asiento—. ¿Qué crees que sea lo que tiene que decirme?
—No lo sé —contestó, moviendo sus dedos sobre el teclado de su laptop. No me dirigió la mirada—. Quizá sea una tontería y te estás preocupando mucho. Tal vez quiera preguntarte cuál es tu sabor de helado preferido o si estarás ocupado el otro fin de semana. Winston es así. Me ha dado sustos así muchas veces.
Intenté que aquello me convenciera, y volví a poner mis ojos sobre la pantalla del móvil. Todavía no había recibido respuesta, razón por la cual me motivé a llamarlo. Así que luego de haber marcado su número, coloqué el dispositivo en mi oreja y escuché el repique.
Pero no contestó. Chasqueé mi lengua y lo intenté una vez más, pero tampoco respondió. Resignado, bloqueé el móvil y lo coloqué sobre el sofá.
—No contesta... ¿Crees que esté molesto?
—No lo sé, soy John. No Winston. Si quieres saber si Winston está molesto, pregúntale a Winston.
Le dediqué una mirada fea y abrí mi boca para formular algo, pero el sonido de mi móvil me interrumpió. Di un brinco y, acunándolo entre mis manos, me di cuenta que se trataba de Winston. Enseguida contesté:
—¿Sí, Wi-Winston? —hablé de inmediato, delatando mi sentir por mi timbre de voz algo quebrado—. ¿Qué pasó, amor...?
—Ah, ehm... Nada. Es que tengo dos llamadas perdidas tuyas...
—Sí, t-te estaba llamando p-para preguntarte qué quieres hablar conmigo.
Hubo un silencio. Miré de reojo a John, percatándome que este seguía mirando y tecleando en su portátil, manteniendo su ceño muy fruncido. Seguramente se había puesto celoso por haber llamado "amor" a Winston.
—Ah, eso —escuché una leve risita de su parte—. No es nada, creo que exageré... Ehm, quería hablar porque quería preguntare algo sobre tus padres, pero ya logré comunicarme con ellos. —Volvió a carcajear—. Es que la señal está pésima... ¿Cómo van tus trabajos?
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A Little Trace of Innocence ➳ McLennon
FanficPaul es un joven universitario que se enamora perdidamente de su profesor de literatura y de su hermano gemelo. Está prohibida y penada la reproducción total o parcial de esta obra (texto, ilustraciones, diagramación), su tratamiento informático...