.15.Stark.

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Los siguientes días me las pasé enfocada en la información que me ha brindado Jarv. Ya puedo manejar la mayoría de las cosas que hay en la casa. Eso me ha ayudado a enfocarme en cualquier otra cosa que no sea en lo ocurrido en el cementerio. Sigo con mis habituales pesadillas, pero no despierto a Steve.

Steve... lo noto que se siente culpable y que respeta mi espacio y mi silencio. No quiero hablar del tema. Esta tarde parecía igual de aburrida, pero el timbre suena y eso llama mi atención.

Al abrir la puerta, me encuentro con un hombre robusto con barba que posee una mirada amable y carga una gran caja.

- Buenas tardes Señorita Stark, soy el señor Hogan, pero mi jefe me ha bautizado como Happy – me dice presentándose y sonrío al recordarlo.

- Sí, ya lo recuerdo, es un gusto conocerlo, pase – le pido moviéndome para dejarlo entrar.

- Déjeme ayudarlo – le dice Steve acercándose y toma la caja.

- Gracias Capitán.

- ¿Quiere una taza de café? – le pregunto.

- Será para otro momento, aún tengo trabajo por hacer – me responde – El Señor Stark, le envía su traje "viejo" y que al nuevo ya lo ha limpiado y que esperara su visita para que reparen juntos – agrega divertido – Siendo honesto, sonaba como un niño.

Ese comentario me hace reír, por primera vez en días y me doy cuenta que ha Steve no se le escapa ese detalle.

- Es un niño grande – le digo en cambio.

- No lo voy a negar – me dice – Vendré por ambos mañana al mediodía, fue un gusto al fin conocerlo.

- Lo mismo digo – le respondo estrechando su mano y verlo irse.

- Tones... ¿En dónde quieres que deje la caja? – me pregunta Steve.

- En la sala, por favor – le respondo y me doy cuenta que he sido muy egoísta con él.

- Iré a entrenar un poco – me dice.

- De acuerdo, Jarv te avisara cuando este la cena – le respondo y solo asiente, antes de salir hacia el gimnasio que hay en el edificio.

Voy a reparar esto... empiezo agradecer las lecciones de dama que me obligaba a tomar mi madre, porque en este momento me son de gran ayuda. Pongo manos a la obra y comienzo a preparar la cena, junto a un delicioso postre que es una receta de la familia. Dejo todo listo, la comida en el horno a fuego mínimo y el postre enfriándose en la mesada.

Me doy una rápida ducha y me pongo una de los vestidos que hay en mi guardarropa, elijo el más sencillo y me arreglo un poco en tanto le pido a Jarv que llame a Steve. Sonrió al ver que la herida de mi hombro ya casi ni duele, bendito sea el suero de súper soldado.

Para cuando Steve ingresa al departamento, parece confundido al verme así vestida y con el delicioso aroma de la comida. Juro que estoy haciendo mi mayor esfuerzo por no reírme por su expresión de niño perdido.

- Creo que me he equivocado de departamento...

- No lo ha hecho Señor Rogers, es el lugar indicado – lo interrumpe Jarv y es cuando mi risa sale por si sola.

- Gracias Jarv, mi prometido es algo distraído – le digo acercándome a él y cuando lo quiero besar retrocede.

- Estoy todo sudado – me explica enseguida – Y tú luces muy hermosa.

Mente brillante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora