Pesadillas del pasado

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El ruido era estremecedor las explosiones no sesaban solo el dolor era mas molesto que el ruido, el sonido aumentaba mientras se escuchaban las botas de los soldados pisando el suelo acompañado de pisadas metalicas y multiples orugas triturando la tierra.

_ayudaaaaaa....._ gritaba.

Nadie parecia responder. Ella un podia moverse entre aquel pequeño espacio, con toda su voluntad y fuerza se arrastro entre aquellos conductos pequeños, la zona era inestable y aquellos conductos parecian querer derrumbarse y el polvo no dejaba respirar.

_¡vamos! ¡vamos! ¡vamos!_ repetia a duras penas.

La salida estaba muy cerca la luz podia notarse al final del camino.

_estoy cerca_ afirmaba su situacion _unnnn poco mas_ decia con esfuerzo.

De pronto el temblor se hizo mas fuerte y rapidamente la entrada se sellaba.

_noooooo_ gritaba con desesperacion.

ya todo estaba acabado el pequeño rincon en donde estaba se mantenia estable a duras penas, pero por cuanto tiempo mas. No mas de media hora otra replica fuerte sacudio de nuevo, esta vez su refugio se habia convertido en su ataud, un enorme y pesado pedaso de concreto alcanzo su brazo izquierdo la cual sosteniendo su mas querida posecion en medio del desatre no la soltaria por nada del mundo, presionandolo en un punto. La pelirosa gritaba de dolor y el olor a sangre era lo unico que sentia ademas de estar mezcladas con el olor del mortero y el hierro oxidado.

La pelirosa ya habia perdido toda esperanza, de pronto otra replica se hizo presente, ahora si pareceria que la muerte ya estaba cerca para ella. De pronto el enorme pedaso de mortero que recorria lentamente presionando su cuerpo se detubo y en lugar de descender este comenzo a ascender, al parecer algo lo estaba levantando, parecia que su suerte habia cambiado pero al mismo tiempo que el pedaso de concreto subia el bloque que aprisionaba su brazo tambien ejercia su propia fuerza, la pelirosa dio un grito ahogado mientras sentia como su brazo era sersenado, al final solo el dolor prevalecia pero el aire fresco podia respirarse.

_señora encontramos a una mujer enterrada entre los escombros_ informaba un saldado sovietico a su superior.

La misma se dirigio hasta la escena, la pelirosa apenas se mantenia conciente mientras sostenia su brazo cersenado frenando su hemorragia.

_parece ser que el ejercito del eje tambien abandona a sus soldados_ cuestionaba a la faccion del eje _podria servirnos como prisionera, saquenla y curen sus heridas, y procuren mantenerla con vida, nesecitamos sacarle imformacion_ ordenaba la oficial al mando.

_¡si!_ afirmaron un par de hombres.

_ustedes continuen cavando, nesecitamos ese arsenal nuclear antes de que lleguen los refuerzos del eje_ continuo mandando sus ordenes.

La pelirosa perecia haberse salvado, pero habia saltado del sarten solo para terminar calcinada en las brasas del fuego.

Aqui la medicina era tan rudimentaria, que los metodos parecian crueles, amputaban a los heridos con serruchos cubrian a sus quemados con simples telas hechas de su misma ropa, a la teniente le habia tocado el peor de los hospitales.

_¡sostenganla!_ ordenaba el medico, los hombres que la habian traido la sujetaban mientras uno de ellos le amarraba la boca con una pieza de tela para que no gritara.

_esto dolera_ afirmaba el medico extrayendo una plancha de metal al rojo vivo.

El simplemente acerco la plancha de hierro y presiono en la parte sersenada de su brazo. La teniente se agitaba y retorcia en su lugar mientras sus gritos apenas podian oirse y el olor de su carne quemada se esparcia en el ambiente.

Te Regalo Una Felicidad Envuelta En InfelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora