XXIV

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La noche había caído, Changbin y yo nos dirigimos a casa, estábamos sentados cenando unas tostadas con mantequilla y mermelada.
Habíamos dejado de lado el tema de la polícia.
Simplemente estábamos hablando de temas aleatorios, estábamos conociendonos un poco más.

— Y, ¿qué eres? ¿Tines un gusto específico por algún género? — Cuestionó mi compañero mordiendo su tostada.

— Sí, supongo que habrás notado que sí tengo un gusto específico hacia un género — Dije para posteriormente beber mi café con leche.

— O sea, ¿eres cien por ciento gay? — ¿por qué ahora la duda sobre mi sexualidad?

— Sí, así me tocó ser. — Dije mirándole — ¿A qué viene la pregunta?

— Tal vez pude haber sido una excepción, yo no soy gay, pero me gustaba coger con hombres, físicamente, los hombres no me gustan, o sea sí, pero... Ahhh es difícil de explicar, mmm, tú, tú tienes una complexión delgada, pequeña, como una mujer. Pero tienes "lo que te hace hombre" y eso es lo que me gusta. Eres la mezcla perfecta. — ¿cómo debería reaccionar ante esto?

— Está bien que no te quieras poner una etiqueta — Acaricie su ruborizada mejilla — no es necesaria.

— Ah, gracias — acarició mi mano, y me regaló una sonrisa.

Continuamos cenando y hablando, con tranquilidad, hasta que tocaron la puerta. La cual Changbin se levantó a abrir.
Empecé a escuchar voces afuera, en la sala.
Seguido de esto, Changbin me habló.
Me levante tranquilamente y fui hacia la voz que me llamó.

— ¿Qué pasó Changbin? — apenas pasar el lindar de la puerta, me tope con la mirada de aquel oficial que había conocido unos días antes, Changbin estaba en el sofá sentado, sus manos tapaban su rostro. — Oh, buenas noches oficial Woojin.

— Buenas noches, gracias por llamarlo. Anda niño, alguien te espera en la patrulla — ¿qué ha dicho?

— Cállate, él estará aquí y no se irá. Felix, no te irás no dejaré que te lleven— ¿quién?

— Changbin, no seas necio, su padrastro lo ha buscado por muchas partes. Él debe estar con su padrastro

Cuándo dijo quién era aquel hombre que me buscaba, caí al piso, las voces, las manos, los suspiros, el dolor y la tristeza han vuelto, me encontró, sabe donde estoy viviendo.
Changbin al ver mi reacción, se levantó apresurado hacia mí, me abrazó muy fuerte.

— ¡Vez, Felix no quiere ver a ese bastado aquí!, ese estúpido — interrumpí a Changbin antes de que dijera algo.

— No le digas, no le digas por favor. — dije llorando, Changbin solo me miró

— ¿Qué es lo que está pasando Changbin? .

Seguidas de esas palabras, una cuarta voz se hizo presente.

— Lixie, hijo, al fin puedo verte para tenerte en mis brazos de nuevo — aquella voz me hizo estremecer.

[Changbin]

Miraba a Felix, cuando ese bastado dijo eso supe claramente a que se refería con "tenerlo entre sus brazos". Felix se limitaba a susurrar "no, no, no, me encontró", puedo matarlo ahora mismo, pero hay alguien que no entiende nada y me lo impedirá.
En cuanto más se acercaba ese hombre, Felix se tenzaba más, las lágrimas brotaban por sus ojos, temblaba, estaba mal.

— ¡Largo los dos de mí casa! — le grité a él estúpido que se encontraba a unos pasos de llegar a Felix, mi hermano se encontraba sorprendido. — Felix es mayor de edad, así que puede hacer los que quiera, éste señor no puede llevarlo.

— Él es su padre Changbin, entiéndelo — Woojin respondió

— Solo vine por mí hijo, no a pelear con un insecto.

— Su hijo, ¿o su juguete? — le dije con una ceja alzada — Lo sé todo, así que si no quiere terminar en prisión, largo de mi casa — le amenace.

—No sé de qué me hablas, levántate Felix y ven con papá.

Éste estúpido está pasando mis casillas.

— Kim Woojin, saca a este bastado de mi casa. —

— No lo haré, no hasta que me expliquen qué pasa

— Suficiente, si regreso, y sigue aquí lo sacaré con mis propias manos.

Cargué a Felix, caminé rápidamente hacia mí auto, aquel estúpido trató de impedirme el paso, pero al final pude quitarlo de mi camino, así pude sentar a Felix en el asiento del copiloto.
Subí y arranqué, podía ver que el auto de mi hermano me seguía.
Como pude, lo perdí.

— B-innie, d-ebo Hu-ir — dijo sollozando. – La voz regresó, sabe dónde vivo.

— Tranquilo, no es la única casa que tengo. El problema, es que aquella casa a la que vamos, hace más de 5 años que no voy, debe estar sucia. — por no decir lo mal que me hacía sentir estar en aquel lugar.

— Ese oficial debe saber donde está – dijo un poco más alterado.

— No, él no conoce esta casa. Pero debemos caminar, porque puede buscar el auto, algo que no te había contado, él es mi hermanastro.

— ¿Ah?  ¿C-cómo así? Él con más razón sabrá dónde queda esta casa — parece que esta calmandose, al menos ya me habla mejor.

— Larga historia de infidelidades. Y no lo sabe, pues cuando nos conocimos, fue directamente en esa casa donde vivimos ahora. — pare el auto. — Dejaré el auto aquí. Bajemos y caminemos.

— Esto es un bosque.

— Solo es una pequeña subida, verás que no sólo es bosque.

Bajamos y comenzamos a adentrarnos en la espesa oscuridad de aquellos árboles. Felix iba agarrado a mi, como si su vida dependiera de eso. Y es que realmente él sentía eso, sentía que su vida dependia de mi y el nuevo escondite.
Empezaron a haber más luces, y un pequeño pueblo comenzó a azomarse.
Felix estaba maravillado con las luces tenues que emanaban de esas casas pequeñas.

Mientras muchos más recuerdos comienzan a aparecer en mi memoria.

𝐿𝑒𝑡 𝑚𝑒 𝑏𝑎𝑐𝑘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora